_
_
_
_

El emporio oculto de ‘El Patriarca’: 77 millones en Suiza y Luxemburgo y 242 propiedades

La que fuera la principal organización para rehabilitar toxicómanos de Europa cambió su nombre en 1998 por Dianova, una ONG que ha recibido 4,4 millones de la Comunidad de Madrid desde 2016

Joaquín Gil
El Patriarca Dianova
El fundador de la asociación de toxicómanos El Patriarca, Lucien Engelmajer, en 1989 en París.AFP

La que fuera la principal organización de rehabilitación de toxicómanos de Europa, El Patriarca, ocultó –al menos– 77,5 millones de euros en Suiza y Luxemburgo a través de un alambicado entramado financiero. La asociación acumuló, en paralelo, un emporio inmobiliario de 242 propiedades en 14 países que se desplegó hasta 1998, según los documentos a los que ha tenido acceso EL PAÍS.

El Patriarca cambió su nombre por Dianova en 1998. Y, desde entonces, funciona en España como una ONG “de acción social sin ánimo de lucro”. La organización tiene acuerdos con la Generalitat de Cataluña, la Diputación de Álava, el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid, que le ha otorgado 4,4 millones de euros desde 2016 por acoger a menores con trastornos de comportamiento y tratar a toxicómanos.

La entidad de la que es heredera la ONG Dianova tenía el 31 de marzo de 1994 un total de 77,5 millones de euros en Suiza y Luxemburgo, según un documento interno de una firma de asesores financieros contratada por El Patriarca. La fortuna acumulaba 66,7 millones en 13 cuentas en los bancos helvéticos SBS (hoy integrado en el UBS), Banque Cantonale de Genève y BSI Genève, y 10,7 millones en una institución del Gran Ducado.

Los fondos, que hoy rozarían los 122 millones con la actualización de la inflación, se depositaron en cuentas a nombre de instituciones como la Fundación Engelmajer, una entidad que fue constituida en Pamplona y bautizada con el nombre del fundador de El Patriarca, Lucien Engelmajer, que falleció en Belize en 2007.

El dinero de Suiza y Luxemburgo de El Patriarca procedió de los ingresos no declarados entre 1983 y 1998 de donaciones privadas y la venta callejera de libros y revistas por parte de toxicómanos, según dos exdirectivos que permanecieron en la organización hasta 1998.

El envío de divisas al país helvético y a Luxemburgo arrancó tras el aterrizaje de la asociación en España, a inicios de los 80, tal y como confiesa la primera presidenta de El Patriarca. “Cuando ocupé el cargo, vino a verme a Cataluña Engelmajer con dos banqueros suizos. Me negué a participar en lo que me proponían. A partir de entonces, me hicieron la vida imposible. Movilizaron a centenares de toxicómanos para que se manifestaran ante el negocio familiar de academias de mi familia en Cataluña. Incluso, amenazaron con secuestrar a mis hijos”, detalla esta exejecutiva, que asegura que en 1982 las cuentas de la asociación en España acumulaban 600.000 euros.

Dianova admite a este periódico que el fundador de la entidad que le precedió “creó un sistema de financiación cuyo destino era Suiza”. Y reconoce que en 1998 recibió fondos procedentes del país helvético tras el cambio de nombre de El Patriarca a Dianova. La directora de la ONG en España, Gisela Hansen, sostiene que el dinero de Suiza heredado se destinó a ayudas económicas para reinsertar a 600 personas, a contratar a 500 empleados y a pagar servicios de consultoría y auditoría, entre otros cometidos. “Se realizó un proceso de cambio organizacional”, justifica Hansen.

En paralelo a la ocultación de fondos, que se desarrolló entre 1983 y 1998, El Patriarca se hizo con un patrimonio de 242 propiedades en 14 países. Hoteles, restaurantes, naves, mansiones, terrenos...

Tinglado inmobiliario de 39 millones en 1998

El tinglado internacional estaba valorado en 1998 en 39 millones de euros, según un documento interno. Y en España se sustanció en 56 bienes con un precio de mercado de 9,1 millones en 1998. Las posesiones incluyeron 10 chalets en Palma de Mallorca, Sevilla y Llíria (Valencia), una pizzería en Burjassot (Valencia), dos hoteles (Palma de Mallorca y Sevilla) y una nave, entre otras adquisiciones.

El grueso de las inversiones en ladrillo se concentró en Francia, donde la entidad de rehabilitación de toxicómanos controló 92 propiedades valoradas en 16,8 millones de euros de hace 25 años. La cartera inmobiliaria gala se desplegaba por cuatro naves, tres chalets, cuatro tiendas, tres restaurantes y un hotel.

A través de una alambicada madeja societaria, el entramado ideado por Engelmajer se hizo con un patrimonio en Portugal (10 propiedades), Chile (10), Canadá (13), EE. UU. (9) y Belize (2). La red inmobiliaria se proyectó también por Nicaragua (13 inmuebles), Italia (7), Irlanda (3), Argentina (3), Uruguay (4) Alemania (2) y Bélgica (2).

Dianova admite que vendió la mayor parte de estos inmuebles heredados de El Patriarca. “Solo se conservaron las propiedades donde se realizaba una prestación social. El resto, las que no estaban relacionadas con la actividad de Dianova, fueron vendidas”, indica Hansen. La directiva explica que cada asociación nacional se hizo cargo de los bienes heredados. Los ingresos de la operación se destinaron a “financiar el proceso de cambio organizacional, reestructuración y profesionalización”, añade.

Nacido en 1972 en Toulouse (Francia), una ciudad radicada en la ruta de los toxicómanos franceses hacia Marruecos, El Patriarca fue el proyecto más personal del vendedor de muebles Lucien Joseph Engelmajer. Con una fórmula alternativa a la medicina tradicional que proponía superar el síndrome de abstinencia de 10 días con infusiones y baños, la organización tejió en silencio una red que en 1999 se sustanciaba en 350 centros en 18 países. Un entramado con cuatro holdings en Luxemburgo que el propio fundador cifraba en 1999 en 186 millones de euros.

En su ascensión, la multinacional de los drogodependientes encadenó controversias. En 1987, Engelmajer declaró en un juzgado de Valladolid por usurpación de la patria potestad de una niña de 12 años en un centro de acogida de la organización en esta provincia. Y en 2017, afloró que un edificio de Dianova subvencionado por la Comunidad de Madrid acogía bajo unas mismas instalaciones a toxicómanos y refugiados.

Dianova insiste en marcar las distancias con la institución cuyo relevo cogió, y de la que heredó millones en activos financieros y centenares de propiedades. “La asociación a la que represento no tiene nada que ver con El Patriarca”, asegura Hansen.

La ONG Dianova, que ingresó entre 2014 y 2016 un total de 10,5 millones de dinero público en España, mantiene un convenio con la Generalitat de Cataluña (Departamento de Asuntos Sociales) para tratar a 22 adultos con adicciones. También tiene un acuerdo con el Ayuntamiento de Madrid para atender a ocho personas con deterioro cognitivo y recibe subvenciones de la Comunidad de Madrid (Consejería de Asuntos Sociales) por gestionar 14 plazas en un centro de menores con trastorno de comportamiento.

Con unos ingresos de 3,1 millones de euros (el 17% de subvenciones públicas) en 2020, según su última memoria, la delegación de Dianova en España forma parte de un engranaje internacional con sede social en Ginebra, la ciudad que acogió la telaraña de cuentas que ocultaron los fondos de El Patriarca. La directora de esta ONG, una entidad que dice estar comprometida con la lucha contra la pobreza “en todas sus formas”, explica así esta coincidencia: “Se eligió seguir con la sede en Suiza porque este país tiene una vocación muy internacional con organismos como Naciones Unidas o la Organización Mundial de la Salud (OMS)”.

investigacion@elpais.es

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Joaquín Gil
Periodista de la sección de Investigación. Licenciado en Periodismo por el CEU y máster de EL PAÍS por la Universidad Autónoma de Madrid. Tiene dos décadas de experiencia en prensa, radio y televisión. Escribe desde 2011 en EL PAÍS, donde pasó por la sección de España y ha participado en investigaciones internacionales.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_