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El trazado del Gobierno canario para la nueva carretera en La Palma irrita a los isleños: “Es el volcán con corbata”

Un grupo de vecinos avisa de la pérdida de terrenos y fincas agrícolas si se lleva a cabo la obra proyectada por el Ejecutivo autonómico

Un turista se sube a la colada mientras otro le hace una foto, a 12 de febrero de 2022, en Tazacorte, La Palma, Santa Cruz de Tenerife, Canarias (España).Foto: KIKE RINCÓN (EUROPA PRESS)
Guillermo Vega

Para muchos palmeros, la pesadilla no acaba pese a que el volcán hace más de cuatro meses que dejó de escupir lava. Los trabajos de reconstrucción de alguna de las principales arterias destruidas por las coladas se han encontrado con la oposición de centenares de palmeros, que se quejan de que el trazado elegido va a suponer la pérdida de fincas agrícolas, va a perturbar irremediablemente la vida vecinal con una nueva carretera de 15 metros de ancho, elevada por taludes, a escasa distancia de sus puertas, y va a provocar expropiaciones innecesarias pagadas a un precio aún desconocido. “Este es el nuevo volcán de traje y corbata”, sentencia Cecilia García (39 años), óptica en el municipio de Los Llanos de Aridane.

García y su pareja encarnan como pocos la nueva angustia vecinal en La Palma: pidió un préstamo junto a su pareja para afrontar la construcción de su casa en La Marina, uno de los barrios desalojados durante la emergencia. Ahora, ha paralizado las obras debido a que el trazado de la nueva carretera a la costa decretada por el Gobierno de Canarias atravesaría su terreno. “Tengo el dinero en el banco y las ilusiones en la basura”, se queja. “Si nos expropian, no lo harán a precios de mercado tras el volcán. Si perdemos ese terreno no tenemos otro posible. No tendremos nada”.

Los daños provocados de momento por el volcán de La Palma ascienden a 982 millones de euros, de acuerdo con la última evaluación elaborada por la Consejería de Hacienda, Presupuestos y Asuntos Europeos el pasado mes de marzo y hecha pública esta semana. Buena parte de esta factura corresponde a los 73,8 kilómetros de carreteras perdidos. Entre ellos, destaca la LP-2, que unía Los Llanos de Aridane (25.000 habitantes) y El Paso (7.500 habitantes) con Fuencaliente a lo largo de toda la dorsal oeste. Esta reconstrucción aún tardará unos tres años en acometerse debido a la nueva morfología y la temperatura bajo la colada. La lava, sin embargo, también se llevó por delante otras cuatro carreteras de menor tamaño que unían el municipio de Tazacorte (4.600 habitantes) y diversas localidades turísticas y agrícolas como Puerto Naos, La Bombilla, Las Manchas o El Remo.

Carteles en contra del trazado de la carretera planeada por el Gobierno de Canarias en La Palma, en una foto cedida por los vecinos.
Carteles en contra del trazado de la carretera planeada por el Gobierno de Canarias en La Palma, en una foto cedida por los vecinos.

El Gobierno de Canarias puso en marcha el pasado día 19 las obras de reconstrucción para parchear la ausencia de estas cinco arterias, que soportaban un tráfico diario de 20.000 vehículos, según la Consejería de Obras Públicas, Transportes y Vivienda. El consejero de Obras Públicas, Sebastián Franquis, aseguró el pasado miércoles ante el Parlamento canario que los trabajos para definir el trazado de la nueva vía finalizaron “hace apenas una semana”, tras el acuerdo con el Cabildo de La Palma y los ayuntamientos implicados. Fue entonces cuando comenzaron las reuniones con instituciones y colectivos afectados, según explica la nota de prensa de su departamento, que ha rehusado ofrecer más explicaciones al respecto. El trazado, aseguró el miércoles, “está decidido, pero no es definitivo”.

La consejería no ha facilitado a este periódico el supuesto trazado actual proyectado por el Gobierno y asegura que el que fue presentado esta semana a las asociaciones de vecinos por el propio consejero y el delegado del Gobierno en Canarias, el palmero Anselmo Pestana, es una de las alternativas iniciales que se ha modificado ahora para afectar al menor número de cultivos posibles y dejar fuera cualquier vivienda. “Lógicamente”, manifestó Franquis, “si hacemos una carretera, siempre habrá alguna afección, pero en este caso, después de todos los estudios que se han llevado a cabo, solo afectaría en torno a 3,2 hectáreas de suelo agrícola y a ninguna vivienda”.

Los afectados, preocupados

Los afectados no son de la misma opinión. Elías Navarro, de 30 años, es licenciado en Derecho y opositor a judicatura y reside en San Borondón, uno de los barrios afectados y que durante la erupción fue confinado en dos ocasiones. Navarro es, a su vez, uno de los portavoces de la asociación que se ha creado para protestar por el trazado. “Pedimos un poco de empatía con gente que lo ha pasado fatal”, asegura en conversación telefónica. “Hemos hecho varias propuestas alternativas que eliminan las afecciones, para que el trazado propuesto no altere la vida vecinal y para que no nos quiten el poco suelo que nos queda en Tazacorte. Somos muchos los que vamos a perder fincas en producción de las que vivimos o terrenos urbanizables para construir y reconstruir nuestras viviendas. Si fuese la única alternativa, lo aceptaríamos, pero es algo innecesario”. ¿Cuál es la alternativa que han puesto sobre la mesa los vecinos? Aseguran haber recomendado varias. “Les pedimos recuperar el trazado antiguo, pero el Gobierno de Canarias se niega porque lo que quieren hacer es una carretera nueva, y aseguran que si no la hacen, el Estado les retira la financiación. Hemos pedido tunelar”, explica Navarro.

Carteles en contra del trazado de la carretera planeada por el Gobierno de Canarias en La Palma, en una foto cedida por los vecinos.
Carteles en contra del trazado de la carretera planeada por el Gobierno de Canarias en La Palma, en una foto cedida por los vecinos.

La plataforma asegura que afecta, fundamentalmente, a tres núcleos urbanos (Las Cuevas, Las Cabezadas y Marina) donde residen alrededor de 700 personas. La Asociación de Organizaciones de Productores de Plátanos de Canarias (Asprocan) sostenía a principios de abril que la nueva carretera eliminaría 10 hectáreas de cultivos, que se sumarían a las 370,1 hectáreas de cultivos sepultados por la lava (228,7 de ellos de plataneras). Uno de ellos es Francisco Gómez Curro, de 81 años, residente de la localidad de Marina Baja. “Nací pobre, y con trabajo pude comprar cinco fanegas de terreno”, unas 2,6 hectáreas, cuenta. Gómez fundó una empresa de camiones y aún gestiona sus fincas con la ayuda de un peón. O, más bien, trabaja en lo que queda de ellas. “El volcán me quitó la mitad de los terrenos y dos apartamentos, y el trazado actual de la nueva carretera me va a quitar lo que me queda”, se lamenta en conversación telefónica.

“Nos hablan de que nos pagaran la expropiación”, completa Cecilia García, “pero no dicen el precio. Nos hablan de recolocación, pero no hay terreno posible en la isla ahora mismo”. Los palmeros denuncian el inmovilismo del Ejecutivo autonómico. El consejero, por su parte, hizo propósito de enmienda en el Parlamento. “En todo este tiempo hemos trabajado bajo el consenso, con participación y transparencia”, aseguró el miércoles ante las críticas de los vecinos. “Nos han solicitado que mejoremos la comunicación, y lo haremos”.


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Sobre la firma

Guillermo Vega
Corresponsal en Canarias y miembro del equipo de edición del diario. Trabajó en la Cadena Ser, Cinco Días y fue jefe de EL PAÍS Retina y de la sección de Tecnología. Licenciado en Ciencias de la Información, diplomado en Traducción e Interpretación y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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