La cuarta dosis es insuficiente para evitar el contagio de ómicron, según un estudio israelí
Más de medio millón de personas han recibido ya la nueva inyección de refuerzo en Israel
Los resultados preliminares de un estudio efectuado entre el personal sanitario del Centro Médico Sheba, en el área de Tel Aviv (Israel), apuntan a que la segunda inyección de refuerzo, con una cuarta dosis de las vacunas de Pfizer y Moderna, resulta insuficiente para prevenir el contagio con la variante ómicron del coronavirus. Israel, que hace un año fue pionero en la vacunación contra la covid-19, ha sido también uno de los primeros países en ofrecer, a lo largo del último mes, una cuarta inoculación, que ya han recibido cerca de 560.000 personas (un 6% de la población) mayores de 60 años, inmunodeprimidas o empleadas en servicios de salud y sociales.
Presentado en la tarde del lunes, el primer estudio conocido sobre la cuarta dosis ha sido avalado por el Ministerio de Sanidad israelí. Destaca que su aplicación aumenta los niveles de anticuerpos, por encima incluso de la tercera inyección, y muestra una alta efectividad de protección frente a las variantes alfa y delta. Sin embargo, no ha impedido el contagio por ómicron de personas que habían recibido recientemente una segunda vacunación de recuerdo.
El anuncio de los resultados preliminares del ensayo clínico israelí se produce después de que las autoridades sanitarias de la Unión Europea alertaran de que una aplicación de inyecciones extra demasiado frecuente puede comprometer la respuesta del sistema inmunitario. La Organización Mundial de la Salud insiste además en que los países aplacen los programa de vacunación de refuerzo hasta que la mayoría de la población del planeta tenga la inoculación inicial. Dos terceras partes de los 9,5 millones de israelíes han recibido al menos dos dosis y más de la mitad cuentan ya con una tercera, o primera de recuerdo, en su certificado vacunal.
La directora de la investigación y jefa del servicio de enfermedades infecciosas del Centro Sheba, Gili Regev-Yochay, precisó que el estudio, aún pendiente de revisión final y publicación, ha sido efectuado entre 154 sanitarios del hospital que habían recibido la cuarta inyección de Pfizer y otros 120 inoculados nuevamente con la vacuna de Moderna, así como un grupo de control equivalente no revacunado. “La cuarta dosis no parece suficiente para frenar la variante ómicron”, aseguró la doctora Regev-Yochay, citada por la prensa hebrea, “y, por lo que sabemos hasta ahora, el nivel de anticuerpos exigidos para estar protegidos frente a la infección por ómicron es presumiblemente demasiado alto para ambas vacunas”.
El ensayo clínico israelí apunta a que solo se logra una protección limitada frente al contagio por ómicron tras recibir la cuarta dosis, pero también constata que los infectados durante el estudio han presentado síntomas leves de la enfermedad o ninguno en absoluto. La directora de la investigación ha respaldado la aplicación de una segunda inoculación extra frente a la covid a las personas más vulnerables, aunque sin extenderla por ahora a toda la población, ya que solo se muestra “parcialmente efectiva frente a la variante ómicron, que parece relativamente resistente a la vacuna”. Regev-Yochay se mostró también partidaria de revisar la escala de edad a la que ofrecer la cuarta dosis y limitarla a los grupos etarios más longevos.
A pesar de los datos iniciales del estudio del Centro Médico Sheba, el director general del Ministerio de Sanidad, Nachman Ash, ha informado este martes de que Israel va a proseguir con la campaña de vacunación con una cuarta dosis. “Es importante la protección ante una grave morbilidad que ofrece la inyección de refuerzo, sobre todo para la población de mayor edad y grupos de riesgo”, advirtió Ash, doctor en medicina especializado en salud pública. “Esperamos que en una semana comience a reducirse la cifra de contagios, aunque aún quedan por delante dos o tres semanas difíciles”, aseguró el máximo responsable médico del ministerio.
Como la mayor parte de los países desarrollados, Israel lleva dando constantes golpes de timón en la estrategia frente a la covid desde que se conoció en noviembre la propagación global de la variante ómicron. En apenas una semana, se ha recortado de 10 a siete días, primero, y a tan solo cinco, a partir del pasado lunes, la duración de la cuarentena obligatoria para quienes presenten un resultado positivo en las pruebas de detección. Los contagios se multiplican a diario entre decenas de miles de israelíes, pero en las plantas covid de los hospitales solo permanecen ingresados ahora medio centenar de pacientes en estado grave, en su mayoría no vacunados.
Israel cerró sus fronteras a los extranjeros no residentes a finales de noviembre, en un intento de prevenir la llegada de viajeros infectados con la nueva variante, pero las reabrió por completo (para turistas vacunados) a comienzos de enero tras constatar la propagación masiva de ómicron. El Gobierno ha optado por no imponer confinamientos ni restricciones estrictas para evitar un nuevo deterioro de la economía, pero mantiene en vigor la exigencia del pasaporte covid para acceder a locales públicos y centros de ocio y deportivos.
Estrategia de inoculación de recuerdo
Los analistas de la prensa hebrea advierten de que después de un rosario de bandazos de criterio a lo largo de la pandemia, la población se muestra confundida y cada vez menos dispuesta a acatar las pautas dictadas por las autoridades sanitarias. El Gobierno del primer ministro Naftali Bennet ha vuelto a confiar en la cuarta dosis para superar la oleada de la variante ómicron, al igual que hizo con la tercera dosis hace apenas seis meses. El estudio del Centro Médico Sheba viene a cuestionar ahora sus planes.
Quienes especularon en las últimas semanas con aplicar una estrategia de contagio general de la población en Israel a fin de adquirir una supuesta inmunidad de rebaño se han estrellado contra la inusitada virulencia de ómicron. Como recordaba recientemente en un encuentro virtual con la prensa extranjera en Jerusalén el epidemiólogo Nadav Davidovitch, miembro del equipo de expertos que asesora al gabinete interministerial sobre la covid, “en Israel no vamos hacia un modelo de contagio masivo; si fuera así no estaríamos llevando a cabo cientos de miles de pruebas de detección a diario”.
“Hacemos test al 5% de la población cada día”, aseguró Bennett este martes en su intervención en remoto ante el Foro Económico Mundial de Davos, “por eso tenemos un nivel de casos tan alto, no porque exista un contagio masivo”. El Gobierno israelí maneja la previsión de que entre cerca de una cuarta parte y casi mitad de los israelíes se habrán infectado tras el paso de la ola de ómicron.
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