La lava del volcán de La Palma entra en el casco urbano de La Laguna y provoca nuevas evacuaciones
A última hora de la noche, las autoridades ordenan el vaciado de cuatro barrios de Tazacorte y Los Llanos de Aridane
La gasolinera que estaba justo al lado de la iglesia del pueblo, la propia iglesia ante la que los reyes España escucharon hace apenas un mes los lamentos de los afectados el colegio de La Laguna, el supermercado, el campo de fútbol... y las casas de cientos de vecinos. Uno detrás de otro, la lava que emite el volcán de La Palma sigue engullendo los proyectos vitales de ciudadanos y empresarios en su avance inexorable. Esta vez, el trágico turno ha llegado al casco urbano de La Laguna, una de las mayores poblaciones del municipio de Los Llanos de Aridane. “Sueños rotos y años perdidos”, según las palabras expresadas este miércoles por el presidente del Cabildo, Mariano Hernández Zapata.
La angustia de las evacuaciones ha regresado a última hora del miércoles. Ya de noche, el avance de las coladas que amenazan han obligado al vaciado desde las 20.30 hora local de unas 50 viviendas en los barrios de Las Martelas en el municipio de Los Llanos de Aridane, y Marina Alta, Marina. Baja, La Condesa y Cuesta Zapata en el municipio de Tazacorte. Muchas de ellas ya habían sufrido confinamientos en recientemente. Los vecinos de estos barrios, entre ellos bastantes personas de avanzada edad, se apresuraban a volcar en coches y furgonetas sus enseres básicos, coordinados por la Guardia Civil y asesorados por trabajadores del Ayuntamiento de Tazacorte. “Nos tenía que tocar a nosotros también... ¿Esto no se va a acabar nunca”, exclama angustiada Mariam González, vecina de 76 años de Marina baja. Su hija y su yerno han venido de Los Llanos para ayudarla a salir de casa. “Llévese lo básico esta noche, mañana podrá volver a coger más cosas, no se preocupe”, le explica unos metros más adelante calle abajo un trabajador municipal a un matrimonio alemán al que el idioma y los nervios ha dejado casi en estado de conmoción.
“Son momentos tremendamente duros, y los síntomas no evidencian que estemos cerca del final”, recalcaba a mediodía el presidente del Gobierno de Canarias, Ángel Víctor Torres, que ha subrayado los esfuerzos a contrarreloj para asegurar el reparto de viviendas a la población damnificada y el riego a los agricultores. “No podemos decir si el caso de La Laguna va a causar un daño parcial o absoluto, esperemos que no”, ha manifestado. “Estamos a merced del volcán, pero haremos lo humanamente posible para paliar sus daños”. Los destrozos materiales se pueden cuantificar en números: 845,88 hectáreas arrasadas y 1.122 edificaciones destruidas según el Catastro, 902 de ellas de uso residencial.
Los datos, sin embargo, no cuantifican la angustia de centenares de vecinos. El casco urbano de La Laguna, evacuado en tres operaciones distintas desde el pasado 12 de octubre, está siendo atacado por dos coladas distintas, la 8 y la 10, según la nomenclatura de la Unidad Militar de Emergencia. El director técnico del Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (Pevolca), Miguel Ángel Morcuende, ha explicado que de ellas, además, se ha desgajado un apéndice “mucho más potente en calorías”, que es el que a las 14.30 hora local ha arrasado la estación de servicio. “Esta colada ha crecido durante la mañana”, asegura el portavoz: “Ha sido bastante rápida”. La lava, cuando se separa “de zonas ya trilladas, ya destrozadas”, lo que hace es “acumular sólidos y comunicar mucho calor al suelo” por el que discurren las coladas. En consecuencia, pierden velocidad y ganan en viscosidad. Es lo que está sucediendo en esta zona.
Morcuende también se ha referido a otra colada, la que puede llegar al colegio de la localidad, un centro que empezó el curso con 160 alumnos. En su opinión, “la mejor posibilidad” pasa por que el grupo de coladas “se dirija a la primera vaguada que discurre por el sur de la montaña de La Laguna. El escenario “peor”, por contra, es que estas lenguas tomaran camino al norte de la montaña, en dirección a La Laguna. “Ya se pueden imaginar ustedes que estaríamos ante un nuevo escenario poco deseable”, ha manifestado, en especial por la posible caída del colegio.
La Laguna, casco urbano, 13:40 hora canaria / Downtown La Laguna, 13:40 Canarian time pic.twitter.com/grFYnr8Q49
— INVOLCAN (@involcan) October 20, 2021
La colada que discurre por el sur de la montaña de La Laguna va avanzando, y al principio de la mañana se encontraba a 90 metros de la línea de costa, a más distancia de la revelada ayer por los drones de los vulcanólogos. “Si la colada llega al mar llevaremos a cabo un confinamiento, que ya está preparado”, ha explicado Morcuende. Este confinamiento afectará a unas 3.000 personas.
Los terremotos siguen atemorizando a la población local. Durante la noche se pudo sentir en toda la isla uno de 4,9 situado a 37 kilómetros de profundidad. En general, la sismicidad continúa localizándose, principalmente, cercana a la de los primeros días de la erupción, es decir, a profundidades entre 10 y 15 kilómetros, pero “se registran también terremotos situados a profundidades superiores a 20 kilómetros, que en las últimas horas siguen teniendo una elevada magnitud”. La buena noticia es que no se registra sismicidad superficial significativa, lo que descarta la aparición de nuevas bocas eruptivas.
Durante al menos las próximas 48 horas va a predominar el viento del nordeste, que dispondrá la nube de cenizas y el dióxido de azufre hacia el suroeste del foco eruptivo (afectando a localidades como Los Llanos, Tazacorte o Fuencaliente, tres de los puntos más poblados de la isla. La posición esperada del penacho supondrá, en cambio, “un escenario favorable, tanto para la operatividad del aeropuerto de La Palma, como para el resto de aeropuertos canarios”, según el Pevolca. La calidad del aire es buena en la totalidad de la isla, y llega a ser muy buena en las zonas alejadas del entorno de la erupción. No se descarta llegada de ceniza fina a la isla de El Hierro.
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