El ritmo de vacunación cae a menos de la mitad en España en plenas vacaciones de verano
El objetivo del Gobierno de inmunizar con la pauta completa al 70% de la población no se alcanzará hasta el mes de septiembre
España está en el pelotón de cabeza de los países que más rápido vacunan a su población frente al coronavirus, pero el ritmo de pinchazos ha sufrido un notable frenazo en el último mes. La mayor campaña de la historia del país vivió sus momentos más trepidantes en la segunda semana de julio, cuando cada día se superaba ampliamente el medio millón de dosis administradas y completaban su vacunación 379.000 personas. Pero desde entonces esta última cifra no ha dejado de descender: 272.000 pautas diarias completadas a finales de ese mes, 189.000 en la primera mitad de agosto y 172.000 en los últimos siete días. El descenso en apenas cinco semanas es del 55%.
Con el actual ritmo, España no alcanzará hasta septiembre el hito del 70% de población vacunada prometido por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. El anuncio, hecho el 10 de mayo, situaba para finales de esta semana (o finales del mes, según la interpretación más laxa) la fecha en la que el país iba a alcanzar un porcentaje que por entonces se creía suficiente para alcanzar la inmunidad de grupo, aunque la mayor contagiosidad de la variante delta había dejado este objetivo casi como algo simbólico. Los expertos consideran que ahora será necesario superar el 80% y son muchos los que dudan de que la inmunidad de grupo llegue a alcanzarse algún día.
Actualmente son 29.794.008 las personas (el 62,8% de la población total, el 70,7% de la población vacunable, es decir, a partir de 12 años) con la pauta completa en España. Faltan casi 3,4 millones para llegar a los 33,2 millones que suponen el 70% de los habitantes del país. Si se mira el ritmo de primeras dosis administradas desde mediados de julio —sobre los 1,3 millones semanales— y se tiene en cuenta la separación entre los dos pinchazos —21 días para Pfizer y 28 días para Moderna—, agosto se cerrará con poco más de 32 millones de vacunados con la pauta completa, a un millón de personas del objetivo.
El jefe de medicina preventiva del Hospital Clínic (Barcelona), Antoni Trilla, explica: “Dadas las circunstancias, sería una muy buena noticia que hayamos alcanzado el 70% cuando empiece el curso escolar. Nosotros solemos decir que los últimos kilómetros son los que más cuestan, porque es más fácil y rápido vacunar a los que ya están motivados. Empezamos muy bien, pero estamos viviendo una ralentización preocupante del ritmo de vacunación, especialmente entre menores de 50 años”.
Las vacaciones, la menor percepción del riesgo entre los grupos pendientes de inmunizarse (los más jóvenes) y la magnitud de la quinta ola —que obligará a esperar unos meses a vacunarse a quienes aún no lo habían hecho y se han contagiado— son las razones más señaladas entre expertos y administraciones para explicar el frenazo.
Ante este escenario, comunidades como Cataluña y País Vasco han decidido reducir de seis a dos meses el tiempo que deberán esperar quienes han pasado la infección para vacunarse. Murcia ha reducido este plazo aún más, a cuatro semanas, y Galicia, Madrid, Comunidad Valenciana y Baleares han confirmado a este diario que estudian aplicar una medida similar.
Para Elena Vanessa Martínez, presidenta de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE), seguramente es el periodo vacacional y el hecho de que las personas deban pincharse en la comunidad en la que residen lo que explique el actual parón. “No creo que haya un problema de rechazo, que es mínimo. Lo previsible es que a la vuelta de vacaciones recuperemos un buen ritmo”, afirma.
Este descenso ha coincidido con el aumento de la disponibilidad de sueros, lo que ha dado un vuelco a la situación vivida hasta principios de verano, cuando eran más las personas que deseaban vacunarse que las dosis a mano. Si a mediados de julio las comunidades empezaron a tomar medidas específicas para atraer a los centros de vacunación a los rezagados —personas que no habían acudido a vacunarse pese a que les tocaba por edad—, a partir de agosto ya se lanzaron a la búsqueda de cualquier personas susceptible de ser inmunizada.
Pinchazos para mayores de 12 años
Aunque con leves diferencias entre comunidades, los elementos comunes son la apertura de la campaña a todos los mayores de 12 años (no hay vacunas aprobadas todavía para menores de esa edad) y la extensión de medidas que flexibilizan los pinchazos, como los dispositivos sin cita previa necesaria y horarios más amplios. Elena Vanessa Martínez opina que “es una buena estrategia que también facilita el acceso a la vacuna apersonas que por razones personales, laborales u otras no siempre pueden acceder al sistema sanitario en las condiciones de cita previa”.
La literatura científica ha distinguido tradicionalmente dos perfiles entre quienes más cuesta inmunizar. El primero es el de los antivacunas, con los que la posición mayoritaria es que no vale la pena perder el tiempo, ya que son muy pocos y resulta imposible convencerles porque no responden a los planteamientos racionales. El segundo es el de los reticentes. Trilla explica que “son personas con dudas sobre la seguridad y la eficacia de las vacunas. Quieren más información y es importante ofrecérsela porque suelen responder bien a las explicaciones específicas”.
Este experto pone el foco en un tercer perfil: el de los apáticos. “Lo estamos descubriendo ahora. Es gente que no se siente interpelada, que no está muy interesada, que tiene otras prioridades... No es tanto un tema de información como de motivación. Con ellos sería conveniente buscar figuras con carisma y ascendencia sobre distintos grupos de población para involucrarles en la campaña”, sigue Trilla.
No hay apenas información disponible sobre entre qué colectivos o grupos de población se están alcanzando menores tasas de inmunización. Los datos ofrecidos por algunas comunidades confirman que el rechazo frontal a la vacuna con el que se están topando siguen siendo muy reducido, en torno al 1%, y que las razones del actual parón parecen ser otras.
“Los que menos están acudiendo a vacunarse son los usuarios de 20 a 30 años, pero no podemos llamarlo rechazo. No acuden por motivos laborales, desplazamientos vacaciones....”, explica un portavoz de la Junta de Castilla-La Mancha. El colectivo con el que más dificultades se está encontrando el Servicio Vasco de Salud es el de los 30 a los 39 años, añaden fuentes del organismo. Otras comunidades como Galicia también ponen el foco en los menores de 40 años.
Con información de Bernat Coll, Pedro Gorospe, Eva Saiz, Cristina Vázquez y Sonia Vizoso.
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