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Un sindicato legal en el limbo de la prostitución

El Supremo acepta que se sindiquen las prostitutas que ejercen por cuenta propia, pero no pueden darse de alta en la Seguridad Social ni se reconoce una parte empresarial con quien negociar

Integrantes del sindicato Organización de Trabajadoras Sexuales (Otras), durante la comparecencia de este lunes para valorar la sentencia del Supremo.
Integrantes del sindicato Organización de Trabajadoras Sexuales (Otras), durante la comparecencia de este lunes para valorar la sentencia del Supremo.Carles Ribas (EL PAÍS)

Exultantes, con camisetas donde se podía leer “trabajadores sexuales en lucha”, las integrantes de la Organización de Trabajadoras Sexuales (Otras) han celebrado públicamente este lunes la sentencia del Tribunal Supremo que reconoce el derecho a que se sindiquen, entre otros trabajadores sexuales, las prostitutas que no trabajen “por cuenta ajena”. El fallo del Supremo, sin embargo, deja más interrogantes que respuestas. Permite unirse al sindicato a prostitutas que trabajen por cuenta propia, cuyo número se desconoce. No es posible darse de alta como prostituta en la Seguridad Social ni está claro con quién se puede negociar, puesto que al proxeneta la ley no lo reconoce como empleador. Las integrantes de Otras piden reuniones con las ministras de Igualdad y Trabajo. Ninguno de los dos departamentos ha valorado aún el contenido de la sentencia del Supremo sobre unos estatutos que el Gobierno consideró en 2018 “un gol por la escuadra”.

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Todo arranca en agosto de 2018, cuando por un “error” del Ministerio de Trabajo que costó el puesto a la directora general de Trabajo, Concepción Pascual, se publicaron en el Boletín Oficial del Estado (BOE) los estatutos de Otras. La entonces ministra, Magdalena Valerio, consideró que formalizar su creación en el boletín fue “un gol por la escuadra”. Cuando la causa estaba en la Audiencia Nacional, Trabajo señaló en un informe que esta organización estaba creada “en fraude de ley” para fines distintos a los previstos legalmente. Trabajo señalaba entonces que los estatutos de Otras ofrecen una “apariencia de legalidad” que no es tal. Y recordaba que la legislación penal española no permite trabajar como prostituta por cuenta ajena porque la figura de un posible empresario “en cuanto a proxeneta, queda criminalizada”. El actual Ministerio de Trabajo, que encabeza Yolanda Díaz, no ha valorado las posibles repercusiones del fallo del Supremo.

La sentencia del tribunal, que acaba de hacerse pública, rechaza efectivamente que se pueda ejercer la prostitución por cuenta ajena y solo incluye con un condicional otras formas posibles de prostitución que sí podrían contemplarse en el sindicato: “Si se considera que la prostitución por cuenta propia sí es legal en nuestro ordenamiento, el sindicato Otras puede dar cabida a estas personas”. No se conoce el número de prostitutas que ejercen para sí mismas ni el sindicato ofrece el número de personas sindicadas en su organización que ejercen la prostitución.

“La cuestión que se nos plantea es de pura naturaleza sindical, y en este sentido va a desarrollarse la presente resolución”, señala el fallo del Supremo, que no entra en la cuestión de fondo, en “la legalidad (o ilegalidad)” de la prostitución. El tribunal recuerda, de hecho, que es una decisión que corresponde al Poder Legislativo, que no ha legislado aún sobre este asunto. El PSOE llegó a manejar un borrador de ley ya en 2018 y el actual Gobierno de coalición trabaja una ley de trata en la que prevé perseguir a los proxenetas y a quienes se lucran de la explotación de las mujeres, cuyo borrador aún no se conoce. La directora del Instituto de la Mujer, Antonio Morillas, señaló recientemente en una entrevista a InfoLibre que la prostitución “es una forma de violencia contra las mujeres y una clara vulneración de los derechos humanos”.

Otras actividades dentro del sindicato

“Hasta que Irene Montero no se siente con nosotras y nos escuche va a tener una visión sesgada de lo que es el trabajo sexual”, ha señalado este lunes la secretaria general del sindicato, Conxa Borrell. “Creo que Yolanda Díaz es más sensible, más sensata, su feminismo es mucho más abierto. Tenemos más esperanzas puestas en Yolanda Díaz”, ha asegurado sobre la ministra de Trabajo. “En cuanto a Irene Montero, tiene que romper con muchos estigmas que tiene en cuanto a las trabajadoras sexuales”, ha añadido. Y ha invitado a Montero a pasar un día con ellas. “Y que disfrute o se vaya horrorizada, pero no se puede tener solo la versión de la industria del rescate”, ha defendido, sobre las ONG que asisten a víctimas de la explotación sexual.

Integrantes del sindicato de prostitutas en septiembre de 2019.
Integrantes del sindicato de prostitutas en septiembre de 2019.cristóbal castro

El Supremo no contempla la sindicación de prostitutas por cuenta ajena pero Conxa Borrell asegura que sus interlocutoras van a ser esas trabajadoras. También ha anunciado que buscarán reunirse “con la patronal del sector”, que ha identificado como la Asociación Nacional de Empresarios de Locales de Alterne (ANELA) y la Asociación Nacional de Empresarios Mesalina (Asnem).

“Es una sentencia favorable a la libertad sindical”, señala Jesús Lahera, catedrático de Derecho al Trabajo de la Universidad Complutense de Madrid. Lahera explica que un autónomo sin empleador a cargo puede afiliarse a un sindicato general, pero no se pueden crear sindicatos solo con autónomos. Los estatutos de Otras incluyen otras categorías de trabajos sexuales que el Supremo admite sin objeciones: trabajadores de alterne (que incitan al consumo en establecimientos abiertos al público mediante la provocación del deseo sexual en el cliente), bailarines eróticos, actores porno o personas que prestan servicios en centros de masajes. La intención del sindicato es que haya un representante de cada uno de esos sectores para elaborar convenios específicos.

“La cuestión es que puedes tener una relación y prestación laboral como camarera, baile o masaje y luego ejercer la prostitución fuera. Ese contrato no te avala la legalidad de esa actividad pero es muy difícil de controlar”, señala Lahera. “Las fronteras jurídicamente están claras en una relación laboral por cuenta ajena, lo que se puede hacer y lo que no. Pero en la realidad es muy complicado porque en la práctica se puede mezclar y tampoco tenemos ahora mismo una ley que prohíba la prostitución”.

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Las integrantes de Otras consideran la sentencia un espaldarazo para seguir implantando el sindicato en España. “Será más fácil tejer redes en todo el territorio nacional, y afianzar delegaciones”, ha explicado Belén Drake, secretaria de organización de Otras, que confía en ampliar las tres delegaciones existentes hasta ahora, en Madrid, Barcelona y Málaga. Ella, igual que Borrell, ha denunciado el “acoso y derribo” al que aseguran que se han visto sometidas hasta ahora. “Durante estos dos años y medio se ha dicho de nosotras cualquier cosa: proxenetas, explotadores de mujeres, se nos han pintado las fachadas de nuestras casas, se nos ha agredido en la calle, en pasillos de universidades…”, ha explicado Borrell.

“Con la prostitución no hay libertad para ninguna mujer”, señala la presidenta de Mujeres Juristas Themis, Ángeles Jaime de Pablo. Es una de las organizaciones feministas que piden una ley por la abolición de la prostitución. Fueron dos de estas asociaciones —la Comisión de la Investigación de Malos Tratos a Mujeres y la Plataforma 8 de Marzo de Sevilla— las que denunciaron los estatutos en los tribunales. La Audiencia Nacional les dio la razón pero el Supremo ha acotado esa decisión. “Tenemos una posición abolicionista desde hace mucho tiempo. Defendemos a mujeres que están en situación de prostitución y vemos la intensidad en la vulneración de derechos”, añade la presidenta de Themis.

El sindicato, por su parte, ha sido muy crítico con lo que han denominado el “feminismo radical”. “No se puede decir que el feminismo es abolicionismo. En el feminismo cabemos todas”, ha replicado Borrell. “Estamos hasta las narices de que se nos trate como si fuésemos basura. La salud mental de nuestras compañeras está muy tocada y es muy triste que esa violencia se reciba desde las instituciones, de esas instituciones que se hacen llamar Igualdad”, ha concluido.

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