El coronavirus ya ha matado a 81 personas e infectado a cerca de 2.800 en China
El primer ministro chino viaja a Wuhan para coordinar la lucha contra el patógeno
El coronavirus de Wuhan continúa su rápida expansión por China. Las víctimas mortales ya suman 81 y los infectados llegan a 2.762, casi 800 más que 24 horas antes. Más de 30.000 personas permanecen en observación, de las que 5.794 se sospecha que se hayan contagiado con el patógeno. Las autoridades, que ya habían alertado de que la capacidad de infección del virus se está reforzando, han reconocido que uno de los puntos débiles del control son las extensas áreas rurales, a las que han regresado millones de emigrantes de zonas urbanas durante los festejos del año nuevo lunar. Este lunes se ha anunciado el primer fallecido por la nueva enfermedad en Pekín.
Desde que el sábado pasado el presidente chino, Xi Jinping, convocó al máximo órgano de mando en el país, el Comité Permanente del Politburó del Partido Comunista, para ordenar que no se reparara en costes para atajar la crisis, Pekín quiere dejar claro que está moviendo cielo y tierra para conseguirlo. Este lunes ha aterrizado en Wuhan, la ciudad de 11 millones de personas en el epicentro de la crisis, el primer ministro Li Keqiang, puesto al frente de la coordinación de los esfuerzos.
Según ha indicado el Consejo de Estado, el Ejecutivo chino, en un breve comunicado, Li visitaba los hospitales de la ciudad y supervisaba los trabajos de prevención y control. En los últimos días, los centros médicos habían advertido de que se agotaban sus existencias de material protector y habían lanzado solicitudes de donaciones al público. El propio Gobierno chino había admitido el domingo problemas para garantizar el suministro, aunque también había insistido en que movilizará las fábricas nacionales y recurrirá a los distribuidores internacionales para cubrir el hueco lo antes posible.
En la rueda de prensa diaria de la Comisión Nacional de Salud —otra de las medidas para demostrar transparencia en la gestión de la crisis—, He Qinghua, alto responsable del Centro para la Prevención y Control de Enfermedades, ha advertido de que uno de los grandes desafíos para limitar la difusión del virus se encuentra en las zonas rurales. La temporada de año nuevo ha hecho que decenas de millones de migrantes en áreas urbanas hayan regresado a sus lugares de origen para reunirse con sus familias. “La concienciación (sobre el coronavirus) es relativamente baja en esas zonas. Tenemos que cubrir ese punto vulnerable”, ha sostenido el alto funcionario. Para conseguirlo, afirmó, se movilizará a los cuadros locales del Partido Comunista y los comités vecinales en cada comunidad.
Horas antes, el alcalde de Wuhan, Zhou Xianwang, había reconocido que cinco millones de personas habían abandonado la ciudad antes de que entrara en vigor la cuarentena que la mantiene bloqueada desde el jueves pasado a las 10 de la mañana, en una medida que se ha acabado extendiendo a una quincena más de localidades cercanas con una población total de 46 millones. Una de las prioridades es ahora localizar a esas personas para que se sometan a cuarentena y eviten propagar el virus, en caso de ser portadoras.
Mientras tanto, los gobiernos de varios países occidentales continúan las conversaciones con Pekín para evacuar a sus ciudadanos atrapados en Wuhan, donde permanecen una veintena de españoles. El Gobierno japonés ha indicado este lunes que espera fletar, posiblemente este mismo martes, un avión para repatriar a sus más de 500 compatriotas en esa ciudad.
Las autoridades chinas han recomendado que se limiten los desplazamientos en la medida de lo posible y se eviten las aglomeraciones, para evitar el contagio. Entre otras medidas, ha declarado festiva toda esta semana para aplazar la mayor “operación retorno” del mundo tras el Año Nuevo, en la que se calculan 400 millones de viajes. Todos los centros de enseñanza del país retrasarán también el regreso a clase hasta una fecha que aún no se ha precisado.
El coronavirus 2019-nCoV se ha extendido ya a una docena de países en todo el mundo, que acumulan cerca de cuarenta casos. El patógeno, que los científicos creen que se transmitió a los humanos en un mercado de animales de Wuhan, puede provocar una neumonía que comienza con síntomas como el dolor de cabeza, fiebre alta y dificultad para respirar.
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