Una investigación acusa a YouTube de promocionar el negacionismo climático entre millones de usuarios
La ONG Avaaz pide a la plataforma que deje de recomendar contenidos intoxicadores y que permita a las empresas no anunciarse en ese tipo de vídeos
La gran plataforma de vídeos mundial YouTube —propiedad de Google— está fallando en el control de la desinformación respecto al cambio climático. Una investigación realizada por la organización no gubernamental Avaaz y difundida este jueves pone de manifiesto que YouTube "conduce a millones de personas a ver vídeos de desinformación climática todos los días". Aunque esta ONG admite que la plataforma ha hecho algunas mejoras, su algoritmo de recomendaciones sigue siendo un aliado de las teorías conspiratorias sobre el calentamiento global. Y su sistema lleva a que los anuncios de grandes empresas e, incluso, de reconocidas ONG ecologistas como WWF o Greenpeace acompañen a este tipo de vídeos intoxicadores.
"Exigimos a YouTube que deje de recomendar y promover contenido desinformativo pernicioso", explica Julie Deruy, coordinadora de campañas de Avaaz. Esta activista rechaza que su organización busque la censura. "Este contenido", señala en referencia a los vídeos con desinformación sobre el calentamiento global, "puede permanecer en YouTube, pero no debería recomendarse o promoverse entre los usuarios". "Queremos un debate igualitario y sano, basado en hechos", apunta. Pero "los algoritmos de la plataforma priorizan contenidos indignantes y adictivos, y los negacionistas del cambio climático están usando los agujeros del sistema para promocionar mentiras virales, poniendo en peligro la capacidad de las personas de mantener una discusión razonable", explica Deruy a EL PAÍS a través del correo electrónico.
"Nuestros sistemas de recomendaciones no están diseñados para filtrar o degradar vídeos o canales en función de perspectivas específicas", se ha defendido este jueves Google. En todo caso, la compañía asegura que ha realizado inversiones para "reducir las recomendaciones de contenido límite y la información errónea o dañina".
Durante cinco meses una treintena de miembros de esta organización y especialistas externos han analizado más de 5.500 vídeos alojados en la plataforma multimedia. Se trata de los vídeos que recomienda a sus usuarios en el apartado de "siguiente" y en la barra de sugerencias. Para llegar a ellos, partieron de tres búsquedas (en inglés): "calentamiento global", "cambio climático" y "manipulación climática". Y el resultado de esta investigación apunta a que entre el 8% y el 21% de los 100 primeros vídeos recomendados contienen "desinformación" sobre la crisis climática en la que está el planeta. La búsqueda que menos contenidos intoxicadores ofrece es "cambio climático" y la que más "manipulación climática".
Para su investigación, los miembros de Avaaz han clasificado como "negación climática y desinformación" los contenidos que eran verificablemente falsos o engañosos y que tienen "el potencial de causar daño público, como socavar el apoyo público a los esfuerzos para limitar el cambio climático". Y para ello han partido de las investigaciones publicadas por el IPCC —el grupo de científicos internacionales asesores de la ONU en materia de cambio climático—, la NASA, la NOAA y publicaciones científicas revisadas por pares.
Negacionismo patrocinado
Pero la investigación de Avaaz va un paso más allá y también denuncia que muchos de esos vídeos negacionistas van acompañados de anuncios de grandes empresas internacionales o, incluso, de ONG ecologistas que llevan años liderando el activismo contra el cambio climático. El estudio ha identificado anuncios de más de un centenar de empresas vinculados a esos vídeos intoxicadores. "Samsung, L’Oréal, Decathlon, Carrefour, WWF, Greenpeace España, Nikin y Ecosia han confirmado a Avaaz que no estaban al corriente de que sus anuncios figuran junto a dichos vídeos", se explica en el estudio. "Todas estas empresas han exigido a YouTube que tome medidas inmediatas", explica Avaaz.
La inclusión de estos anuncios implica una vía de financiación para ese negacionismo a través del "programa de monetización" de YouTube. "Cada vez que se muestra un anuncio en un vídeo de YouTube, el anunciante paga una tarifa de la que el 55% va al creador del vídeo y el otro 45% a YouTube", detalla la investigación.
Esta plataforma, al igual que Google, es consciente del problema de la intoxicación y las teorías conspiratorias desde hace años. De hecho, en febrero de 2019 Google difundió un documento sobre la forma en la que lucha contra la desinformación en el que asegura que se están implantando medidas para que sus "sistemas" no difundan contenidos que puedan "desinformar a los usuarios de una manera dañina", especialmente en asuntos relacionados con "la ciencia, la medicina, las noticias o los acontecimientos históricos".
"Es un buen primer paso, pero no es en absoluto suficiente", apunta Julie Deruy. "La compañía debería empezar por desintoxicar sus algoritmos, lo que significa rediseñarlos para que la desinformación y los contenidos perniciosos no se recomienden a los usuarios", explica. Avaaz ha puesto sobre la mesa un listado de recomendaciones. Y, según Deruy, el primer paso que debe dar YouTube es definir "claramente el negacionismo climático como desinformación" y que ofrezca "inmediatamente a los anunciantes la opción de excluir su publicidad de los vídeos que contienen desinformación sobre cambio climático". Por su parte, Google ha señalado que "YouTube tiene políticas publicitarias estrictas que rigen dónde se permite que aparezcan los anuncios" y ofrece a “los anunciantes herramientas para descartar el contenido que no se alinea con su marca”.
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