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“En Londres la gente pasa de llevar mascarilla en la calle y no parece muy preocupada por la nueva cepa”

Pasajeros de dos vuelos este lunes entre la capital británica y España cuentan que les han pedido las pruebas PCR varias veces en origen y destino y que empieza a cundir el nerviosismo en Reino Unido. En España, la comunidad inglesa está desconcertada

Viajeros procedentes de Londres, este lunes en el aeropuerto de Manises, en Valencia.
Viajeros procedentes de Londres, este lunes en el aeropuerto de Manises, en Valencia.Mònica Torres, EL PAÍS (EL PAÍS)

Les pidieron las pruebas PCR varias veces tanto en el origen, Londres, como en el destino, Valencia. En eso coinciden todos los pasajeros consultados del vuelo que ha aterrizado este lunes en el aeropuerto de Manises a las 10.10, procedente de la capital del Reino Unido. En eso y en que tampoco parecen de momento muy alarmados los ciudadanos de una de las capitales financieras del mundo por la aparición en su país de una nueva cepa del coronavirus, con mayor poder de contagio. “A ver, sí que hemos visto al Gobierno muy alarmado e incluso alarmista desde el sábado, pero la gente, al menos en Londres, sigue pasando de llevar mascarilla por la calle [no es obligatorio], incluso muchos de ellos no se la ponen en el transporte público como el metro, donde es obligado, y todo eso se está notando en la incidencia, claro. Tampoco parece la gente muy preocupada por la nueva cepa”, comenta Natalia, que ha vuelto a su casa.

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Tanto ella como su pareja, Joan, trabajan como sanitarios en el centro público King´s College Hospital, en pleno centro de Londres, ahora confinado. “Tampoco se mantienen las distancias. Ves a mogollón de gente por la calle sin respetar la separación. En fin, ¿cómo no va a afectar todo eso a los contagios?”, apunta Joan. Ambos enfermeros se marcharon a Londres hace siete años en busca de un trabajo que aquí no encontraban. Lograron establecerse. Vivieron la época más dura de la primera oleada, cuando en “cada turno había dos muertos”, comentan. Ahora se someten todas las semanas a test rápidos en el trabajo.

La situación se ha complicado especialmente en los últimos días en el Reino Unido. Las autoridades británicas confirmaron el pasado domingo casi 36.000 nuevos contagios, récord histórico, y 326 fallecidos durante las últimas 24 horas, tal y como refleja el nuevo balance de víctimas de coronavirus. El domingo fue el primer día del nuevo confinamiento en Londres y el sureste de Inglaterra por el repunte de casos, asociado en parte a la aparición de una nueva cepa de contagio que se propaga un 70% más rápido que la original.

Hasta tres controles de pruebas PCR ha pasado la hispanomexicana Mónica, para visitar a su familia en Valencia. Asegura que las cosas se están poniendo muy difíciles en Londres. Se muestra muy crítica con el Gobierno británico. ”No ha tomado medidas o lo ha hecho muy tarde. Se le escapó el control y ahora mucha gente quiere irse. Yo tengo previsto volver el 7 de enero”. Hailín Moncada, que regresa de Londres a Castellón, sí que considera que empieza a haber alarmismo en la capital británica con motivo de la nueva cepa y destaca los diversos controles, como el resto de pasajeros consultados, para poder volar a Valencia. Unas medidas que aplaude una valenciana que lleva 20 años trabajando y viviendo en Londres, que ha vuelto de vacaciones con su marido británico. Ella no se aventura a definir el ambiente que se respira en la capital inglesa. “Estamos casi siempre en casa y depende de con quién hables”, señala.

En estas instalaciones no se han visto esta mañana ningún control policial sobre el cierre perimetral de la Comunidad Valenciana, que entró ayer en vigor hasta el 15 de enero. Por la tarde, el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, ha recordado a las líneas aéreas y al ministro de Interior, Fernando Grade-Marlaska, que solo se puede entrar por razones de residencia, laborales y humanitarias.

Pasajeros procedentes del vuelo de Londres a Valencia.
Pasajeros procedentes del vuelo de Londres a Valencia.Mònica Torres, EL PAÍS

El vuelo de Valencia es uno de los 201 que Aena tiene programados para este lunes que enlazan Reino Unido con los distintos aeropuertos españoles, tanto de ida como de vuelta, la operativa “habitual”, según fuentes del gestor aeroportuario. El Gobierno español anunció que reforzaría el control de verificación de pruebas PCR a los viajeros procedentes del Reino Unido en puertos y aeropuertos, ya obligatorias desde hace un mes. España, Francia y Alemania pidieron este domingo a las autoridades comunitarias que adopten una respuesta coordinada sobre prohibir el tráfico aéreo con el Reino Unido. Una veintena de países de la UE y una decena fuera de ella lo han hecho tras confirmar Londres la aparición de una nueva variante del coronavirus, más contagiosa. Finalmente, el Gobierno de España ha decidido hoy mismo, de manera concertada con Portugal, la suspensión de vuelos de entrada procedentes del Reino Unido desde mañana, salvo para ciudadanos españoles o residentes.

Mientras tanto, no han dejado de llegar pasajeros procedentes de Reino Unido. En el Aeropuerto Internacional de Gran Canaria apenas tiene dos vuelos programados procedentes de Londres. Ambos, a mitad de capacidad, según sus viajeros que, salen a cuentagotas a una terminal desierta en la que predominan policías y guardias de seguridad que impiden aguardar detenidos ante las puertas de salida.

El primero en salir arrastrando su trolley es Enrique, entrenador profesional de hockey que ha vuelto apresuradamente a casa. Me han pedido os test de negativos varias veces, tanto en el aeropuerto Stanford como aquí, a la llegada”, relata. “Se está notando cada vez más nerviosismo en la capital”.

Les siguen Tom y Jason, una pareja de Newcastle que va a quedarse hasta enero en un apartamento en Playa del Inglés. “Pues mira, si te somos sinceros, nos sentimos más seguros aquí que en casa, la verdad”. Tanto es así, que no le importa la cuarentena de diez días que habrá de pasar a su regreso.

De la misma opinión es Helen. Ella y su media docena de familiares procedentes de las Midlands van a pasar diez días en Bahía Feliz, una ciudad vacacional cerca de la playa de San Agustín (municipio de San Bartolomé de Tirajana). Relata de forma festiva que van a mantenerse seguros sin interaccionar con otros turistas durante su estancia, y se muestra sumamente crítica con la labor del Ejecutivo Boris Johnson. “La verdad, no parece que tenga mucha idea de lo que está haciendo”, comenta manteniendo las distancias soportando las chanzas de sus acompañantes.

Nas es una grancanaria veinteañera de las que vuelve para ver a su familia. Trabaja en una productora en la city y relata un aeropuerto de salida vacío. “Me han pedido mi test de coronavirus al menos tres veces y, la verdad, estoy mucho más tranquila aquí. Pena tener que volver. Eso, si puedo...”.

“Hay mucho enfado y nerviosismo en Londres”, comenta Jenny, una colombiana que ha viajado junto a su hijo adolescente Mateo. “Gran Canaria es uno de los pocos sitios de Europa en los que me voy a poder reunir con mi marido, que vive en Alemania. Por eso vamos a pasar las Navidades aquí los tres juntos. Me da igual la cuarentena. Tampoco iba a salir mucho”. Jenny trabaja para una organización humanitaria y puede trabajar desde casa, por lo que no hace “demasiada vida social en la calle. “Pero mi hijo tiene que ir al colegio, y en ellos está habiendo muchos brotes. Estoy bastante preocupada con la situación. La gente está bastante enfadada con el Gobierno allá… Aquí creo que vamos a estar mucho mejor”.

Desconcierto en la costa alicantina

El desconcierto y la falta de información oficial parecen ser la tónica dominante entre los británicos de Alicante, la provincia española con mayor número de residentes procedentes del Reino Unido. La crisis levantada por la nueva cepa de coronavirus detectada en Londres, que ha precipitado una cascada de cierres vuelos con destino o procedencia de Gran Bretaña, ha creado una “situación muy extraña”, según Derek Monks, concejal para la Integración de Residentes Extranjeros del municipio de Rojales, uno de los preferidos por los británicos. “El Gobierno inglés ha entrado en pánico y los demás están cerrando aeropuertos a toda prisa”, declara, “parece que haya algo más que no nos están contando”.

De momento, en Ciudad Quesada, urbanización donde viven la mayoría de sus compatriotas, “no hay sensación de preocupación”, asegura Monks, “ni en las calles ni en los bares”. No obstante, ha detectado “mucha actividad en las redes relacionada con este asunto”, por lo que espera un aluvión de “llamadas de gente que me va a preguntar por ello en los próximos días”. Sobre todo, de “gente muy mayor que ha vuelto a Reino Unido a celebrar las navidades y no sabe si va a poder regresar”.

También al sur de la provincia, en Orihuela Costa, hay potro foco importantísimo de británicos residentes. Antes de que se anunciara el posible cierre de aeropuertos conjunto de España y Portugal, Kevin Reardon, presidente de la British Legion en esta localidad, aseguraba que el Gobierno de Sánchez estaba haciendo “lo correcto”. “España es muy responsable y confía en las pruebas PCR”, señala, “ya que de todas formas, parece que la nueva cepa del virus ya se ha expandido a otros países como Alemania o Países Bajos”. En cualquier caso, Reardon lamenta “la poca decisión” del gabinete de Boris Johnson, que hace “demasiados cambios y demasiado rápidos”.

La periodista y empresaria turística Michelle Baker, radicada en Benidorm, cree que Downing Street “ha gestionado fatal la crisis y ha perdido el respeto de sus ciudadanos”, porque “no quieren ofender a nadie, son demasiado tolerantes”. Sin embargo, no cree que el cierre de vuelos vaya a cambiar mucho la crítica situación de la gran capital turística alicantina. “Cuando España comenzó a pedir PCR a los turistas”, sostiene, “ya fue como si hubieran cerrado”. “Cada prueba cuesta allí unas 180 libras, en torno a 200 euros”, afirma, “y entre eso y el estrés de la situación, la gente prefiere postergar su viaje a otro momento”. “Sin ingleses y sin Imserso”, zanja Baker, “los hoteles de Benidorm se llenarán de okupas de aquí a unos meses”.

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