Lecciones de esta pandemia
Recortar en salud pública en atención y cuidados sanitarios, en atención primaria, ha tenido efectos muy negativos a la hora de afrontar los problemas provocados por la covid-19
Sufrimos los efectos terribles e inesperados de una grave enfermedad infectocontagiosa que mata y genera mucho sufrimiento. Y no serán menores las consecuencias de la crisis económica que está provocando y que traerá millones de parados, pobreza y miseria. Los efectos devastadores de la pandemia dejan unas cuantas lecciones. Es importante y urgente que los responsables políticos adopten medidas sociales para paliar sus efectos y para prepararnos para futuras amenazas.
En la última década nuestros dirigentes decidieron reducir el gasto público a costa de debilitar fuertemente los servicios sociosanitarios. Recortar en salud pública en atención y cuidados sanitarios, en atención primaria, ha tenido efectos muy negativos a la hora de afrontar los problemas provocados por la covid-19. Imponer los recortes fue debilitar las estructuras sanitarias que ahora estamos pagando. Es urgente remediar esta situación.
Para cualquier ciudadano y, desde luego, para un médico o enfermera que a diario luchan contra la enfermedad y los efectos letales del virus, no es entendible que algunos políticos utilicen la pandemia como un instrumento dialéctico para mejorar sus posiciones electorales. Es grave que no se quiera entender la importancia de lograr acuerdos entre todos, por encima de intereses de partido, para responder a esta crisis sanitaria y, a la vez, para recuperar el músculo económico de España. Debería ser obligatorio desde la ética pública para quienes ostentan responsabilidades políticas en la oposición o en el Gobierno.
Sería deseable que la amenaza de riesgo real que ha evidenciado la pandemia para personas de países ricos y pobres, y de todas las clases sociales dentro de cada país, ayudara a terminar con las políticas sanitarias de exclusión, y obligara a prestar atención a los que viven en la precariedad, o al otro lado del mundo. Esta pandemia nos enseña también que todos estamos conectados.
Es importante que nos demos cuenta de que propuestas de sistemas de atención basados en el modelo de EE UU y otras propuestas neoliberales no solo son injustas y más caras, sino que serían un suicidio para una buena parte de la ciudadanía. Un sistema nacional de salud universal, de calidad, financiado mediante impuestos y basado en una atención primaria dotada convenientemente es la mejor respuesta a la crisis sanitaria actual y precisa un cambio de paradigma en modelos de atención que presta.
Otra lección de la crisis sanitaria es que sería bueno revisar la deslocalización de producción de bienes estratégicos y empresas como la relacionada con la salud, porque esta no será la última pandemia. Para acabar con la dependencia exterior en cuestiones fundamentales como el cuidado de la salud será necesario garantizar en España un sector productivo con intervención pública, que responda tanto a la producción de medicamentos básicos como de insumos sanitarios, así como revisar las prerrogativas abusivas que disfrutan las patentes sanitarias.
Las transferencias de las competencias en atención sanitaria y salud pública a las comunidades supusieron un impulso al desarrollo del sistema sanitario público, pero en ese proceso hubo errores. La crisis de la covid-19 evidencia la necesidad de compatibilizar las responsabilidades de las autonomías con las razones e intereses de salud de España como país. Es necesario reprogramar el papel central y fundamental de autoridad sanitaria y con ello recobrar el papel coordinador del Ministerio de Sanidad, dotándolo del músculo y del cuerpo del que ahora carece.
Por respeto a las personas que tanto han sufrido y están sufriendo en esta pandemia, es preciso que todos aprendamos de las lecciones que nos ha dejado esta crisis, y es exigible que las organizaciones sociales, los partidos políticos y los Gobiernos central y autonómicos colaboren lealmente para responder a los retos planteados, como han sabido hacer los profesionales de los servicios esenciales y el conjunto de la ciudadanía.
Juan José Rodríguez Sendín es médico de familia y Fernando Lamata Cotanda es médico especialista en Psiquiatría.
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