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“Sin los recortes, la sanidad madrileña estaría mejor preparada”

El presidente del Colegio de Médicos de Madrid habla sobre cómo se enfrenta el sistema sanitario a la crisis del coronavirus

Isabel Valdés
El nuevo presidente del Colegio de Médicos de Madrid, Miguel Ángel Sánchez Chillón.
El nuevo presidente del Colegio de Médicos de Madrid, Miguel Ángel Sánchez Chillón.

Miguel Ángel Sánchez Chillón (Madrid, 1958) es doctor en Medicina Familiar y Comunitaria y presidente del Colegio de Médicos de Madrid. Toda su trayectoria ha estado unida a la cooperación y la Atención Primaria. Actualmente trabaja en el Centro de Salud Gandhi y ha ocupado cargos directivos en organizaciones no gubernamentales como Médicos del Mundo y la Fundación Antisida. En esta entrevista habla sobre cómo la sanidad madrileña afronta la crisis provocada por la pandemia de coronavirus; en la región se registran las cifras más altas de toda España de casos confirmados (2.245), pacientes críticos (1.150) y fallecimientos (1.825), según los datos de este miércoles. Hace también un repaso a la reorganización del sistema en ese contexto y a la situación de los profesionales, que se enfrentan a diario a un sistema colapsado.

Pregunta. ¿Qué opina de la reorganización de la Atención Primaria que ha hecho la Consejería de Sanidad para hacer frente a esta crisis?

Respuesta. Desde el Colegio le hemos manifestado la opinión de que algunas decisiones que se estaban tomando eran erróneas desde el punto de vista de una crisis infecciosa como esta. El problema es que teníamos un sistema robusto, con algunos problemas derivados de la crisis y los recortes y uno de los puntos fuertes era la atención primaria, que hace un papel fundamental de modulador, catalizador, de filtro y que había que haber reforzado. Y, de una forma, no sé, inopinada, desde el Sermas se toma la decisión de echar mano de los profesionales de Primaria [para derivarlos al gran hospital de campaña en Ifema] que es el que debía haber estado más reforzado.

P. ¿Cuánto cree que tiene que ver la situación actual con la privatización y los recortes desde hace más de una década?

R. Está claro que si la sanidad madrileña hubiese estado mejor de lo que estaba o no hubiese sufrido los efectos de los recortes hubiese estado más preparada para afrontar la situación. No quiere decir que no hubiésemos vivido la situación, la situación es grave y hubiese sido grave igualmente, pero algo menos con el sistema de salud más adaptado a las circunstancias reales.

P. ¿Se han tomado decisiones tarde en esta crisis?

R. El problema es que tenemos una sociedad en la que fluyen las comunicaciones, fluye la población de una forma importante, los mecanismos de transmisión tienen ahí un caldo de cultivo fantástico. Teníamos el ejemplo en China y haber tomado esas medidas de forma dramática y temprana no hubiera sido visto como algo demasiado preventivo.

P. La cifra de sanitarios contagiados ya es supera el 12%.

R. Es una cifra altísima. Si a eso añadimos EPIS a cuentagotas... Las medidas de prevención no se desarrollaron de manera intensiva.

P. ¿La solución habría sido y es hacer test a los profesionales?

R. Si todos tomamos las medidas de prevención a rajatabla nadie se debería contagiar. Pero el test tiene un efecto importante a la hora de plantear la estrategia de trabajo, porque podríamos saber cuáles son los que ya están contagiados y por ahí podemos cortar el mecanismo de contagio.

P. Las UCI en Madrid ya han superado su capacidad. ¿Qué va a ocurrir en próximas semanas?

R. Hay que empezar a plantearse la importación momentánea de especialistas para dotar las UCIs y a lo mejor el esfuerzo que hay que hacer es sobredimensionar y crear más unidades. Eso es una cuestión que no se puede plantear desde el colegio. Hay que intentar evitar que llegue el mayor número posible de gente a UCIs, tienen la capacidad que tienen, una vez que sobrepasemos esos números de capacidad nos vamos a encontrar cuestiones de tipo ético. Derivar pacientes a otras comunidades, por ejemplo, no. Las demás deben estar haciendo lo que en Madrid hace dos, tres o cuatro semanas, prepararse para afrontar la epidemia si va a ser con el mismo daramatismo. Y teniendo en cuenta que las provincias más pequeñas tienen una cintura mucho menor, no tienen el número de hospitales y profesionales que Madrid. Importar material y profesionales es una opción viable y óptima.

P. ¿Y qué opina de la centralización de ciertos servicios como las urgencias pediátricas en dos grandes hospitales?

R. Si teníamos un sistema robusto había que reforzarlo pero no desarmarlo, si para atender a la masiva llegada de enfermos había que aumentar los servicios que fuese, habría que haberlo hecho. Quizás se tenían que haber creado esos hospitales de campaña al principio. Hay un montón de enfermedades que hay que seguir atendiendo y el haber roto momentáneamente esas estructuras que funcionan bien no va a aumentar mucho la capacidad de respuesta y sí va a hacer que parte del sistema pierda funcionalidad.

P. ¿Cómo ve el corto plazo?

R. Los expertos en la materia sostienen que no tardaremos en llegar al pico, que estamos en la peor semana. Esperemos que tengan razón. Tenemos que mantenernos firmes. Hago un llamamiento a mis colegas para que a pesar de que estamos trabajando en máxima tensión y estrés, y aunque a veces no haya protocolos claros, mantengamos la calma y la templanza. Vienen tiempos muy difíciles a la hora de tomar decisiones clínicas y cualquier opinión que vertemos tienen que ser comedidas para no sembrar incertidumbre o zozobra en el ciudadano.

P. ¿Qué consecuencias personales, laborales, profesionales... va a tener todo esto?

R. Esto es una pequeña catástrofe y no estamos habituados a este tipo de situaciones tan traumáticas. Por tanto, dejará secuelas que se superarán con ayuda. Afortunadamente la población, lo reconoce todos los días, sabe que tenemos unos buenos servicios públicos y, evidentemente, lo que exigirán es que nos tengan mejor cuidados. Esto servirá como impulso y la propia administración tomará buena nota para que esto, que puede volver a ocurrir, no nos pille tan en pañales.

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Sobre la firma

Isabel Valdés
Corresponsal de género de EL PAÍS, antes pasó por Sanidad en Madrid, donde cubrió la pandemia. Está especializada en feminismo y violencia sexual y escribió 'Violadas o muertas', sobre el caso de La Manada y el movimiento feminista. Es licenciada en Periodismo por la Complutense y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS. Su segundo apellido es Aragonés.

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