Plan de desescalada de Francia: desde el 11 de mayo podrán reabrir comercios, pero no bares o restaurantes
Los desplazamientos quedan limitados a un máximo de cien kilómetros y se prohíben todos los eventos culturales y deportivos de más de 5.000 personas hasta septiembre
¿Qué podrán hacer los franceses a partir del 11 de mayo, día fijado para la desescalada tras casi dos meses de confinamiento por el coronavirus? Según el plan presentado este martes por el primer ministro, Édouard Philippe, los comercios tienen luz verde para reabrir, pero no los bares, restaurantes, ni cines o teatros. También podrán empezar a acudir a clase, de forma voluntaria, los alumnos de primaria y los pequeños que van a guarderías, no así los estudiantes de secundaria. Bibliotecas o pequeños museos reabrirán sus puertas, pero no los grandes museos ni las salas de conciertos. De igual forma que no habrá ceremonias religiosas antes del 2 de junio, tampoco estará permitido antes de septiembre ningún evento deportivo o cultural que reúna más de 5.000 personas. Adiós a la temporada deportiva, especialmente de fútbol. ¿Vacaciones o escapadas? No a más de cien kilómetros de distancia. ¿Pero salir a la calle? Sí, aunque con las máximas precauciones, incluso con el uso obligatorio de mascarilla en lugares como el transporte público. Hasta las reuniones privadas estarán restringidas a un máximo de 10 personas.
“Es un régimen de libertad en el que debemos fijar excepciones. Son reglas estrictas, pero espero contar con el civismo de los ciudadanos, porque nos va la salud de todos en ello”, dijo Philippe ante la Asamblea Nacional. Esta celebró posteriormente una votación no vinculante en la que la mayoría de la oposición se abstuvo o votó en contra. Desde la izquierda a la derecha, se ha criticado una gestión de la crisis que ya ha dejado más de 23.000 muertos en Francia y que ha provocado una fuerte caída de la confianza en el Gobierno. Casi dos tercios de los franceses (62%) no confían en que el Ejecutivo sea capaz de gestionar bien la desescalada, según una encuesta de Odoxa-CGI publicada este martes.
Desde que el presidente francés, Emmanuel Macron, fijó el 11 de mayo como el fin del confinamiento nacional, se esperaban los detalles de la desescalada que, según ha precisado ahora el primer ministro, será muy progresiva, lenta y con posibilidad de dar marcha atrás si la epidemia vuelve a extenderse o la gente no respeta las consignas. Y estas son muchas y afectarán profundamente y durante un tiempo imposible de definir la vida de los 67 millones de franceses.
Philippe estableció tres principios y una estrategia para la desescalada, una época que, subrayó, es “tan esperada como temida” por los ciudadanos. Se trata, explicó, de aprender a “vivir con el virus, actuar progresivamente y adaptar localmente” las medidas que se establezcan. Hay que asumir, subrayó el primer ministro, que en ningún caso se podrá volver, al menos por el momento, a la “vida de antes”. La desescalada estará marcada por tres claves: “proteger, testar y aislar” a los enfermos de covid-19.
Para ello, el jefe de Gobierno prometió que, para el 11 de mayo, Francia podrá realizar hasta 700.000 tests virológicos por semana. Una cifra que, afirmó, da el “margen suficiente” para poder efectuar campañas de detección del virus que permitan evitar una nueva crisis y, a la postre, un nuevo confinamiento que sería fatal para una economía que podría “derrumbarse”, explicó durante la hora que duró su discurso ante los 75 diputados —el máximo permitido por las medidas de distanciamiento social— presentes en el hemiciclo. Hasta la semana pasada, Francia solo era capaz de realizar hasta 200.000 tests semanales.
Aunque hasta ahora el Gobierno francés se había mostrado reticente a hacer obligatorio el uso mascarillas, Philippe reconoció este martes que “será preferible en numerosas circunstancias” utilizarlas —especialmente en el transporte público, donde será obligatorio— y aseguró que “habrá suficientes mascarillas” el 11 de mayo. Tras unas primeras semanas de escasez, que llevaron al Gobierno a requisar toda la producción y almacenaje nacionales, Francia recibe actualmente “casi cien millones de mascarillas quirúrgicas por semana, y recibiremos casi 20 millones para el gran público, lavables, a partir de mayo”, explicó Philippe. Francia quiere alcanzar la autonomía en la fabricación de mascarillas este 2020, pero hasta finales de año no será posible, según ha admitido el Gobierno. El Estado se ha comprometido a asumir el 50% de los costos de la adquisición de mascarillas de uso público que hagan las autoridades locales.
Los comerciantes que reabran a partir de esa fecha también podrán exigir a los clientes que la porten, además de establecer aforos limitados. Todos los comercios generalistas tienen permiso para reanudar su actividad, pero en cuanto a bares, cafés y restaurantes, la decisión será tomada “a finales de mayo para ver si pueden abrir después del 2 de junio”. De igual forma, el 11 de mayo los ciudadanos podrán acudir a espacios culturales restringidos como “mediatecas, bibliotecas o pequeños museos”. Sin embargo, los grandes como el Louvre, los cines, teatros o salas de conciertos “no podrán reabrir”, subrayó Philippe sin concretar fecha.
¿Qué se podrá hacer entonces? Se podrá salir a la calle sin necesidad de una declaración jurada como durante el confinamiento y los desplazamientos estarán limitados a un máximo de cien kilómetros “salvo motivo imperioso, familiar o profesional”. Tampoco se podrán celebrar reuniones privadas o públicas de más de diez personas. El deporte seguirá siendo individual y no en cualquier lugar: los parques y jardines solo abrirán donde el virus “no circule de forma activa”. En cuanto a las playas, seguirán cerradas al menos hasta el 1 de junio.
También la vuelta al cole será muy escaladonada. El 11 de mayo solo podrán acudir, de forma “voluntaria”, los niños que van a guarderías —aunque solo un máximo de 10 niños por clase— y los alumnos de primaria. En el caso de secundaria, la vuelta se hará en una segunda fase a partir del 18 de mayo y solo los primeros cursos exclusivamente en aquellos departamentos donde la circulación del virus es “muy débil”, con un máximo de 15 alumnos por clase. En cuanto a los estudiantes de lycée, el segundo ciclo (15-17 años), la decisión sobre su reapertura se tomará “a finales de mayo” para una fecha progresiva en junio. En cualquier caso, los profesores deberán portar mascarilla, al igual que los estudiantes de secundaria, a quienes se proporcionará una de forma gratuita si no disponen de ella.
El plan esbozado por Philippe, que anunció además que la semana que viene se presentará a votación el proyecto de ley que extienda por otros dos meses, hasta el 23 de julio, el estado de urgencia sanitaria, está marcado por la cautela y revela una vuelta a la normalidad muy lenta. Esta no incluirá eventos masivos como conciertos, festivales o partidos. “La temporada 2019-2020 de deporte profesional, especialmente la de fútbol, no podrá retomarse”, zanjó Philippe.
Aplazada la votación sobre la aplicación de rastreo de covid-19
El Gobierno francés prepara una aplicación específica para rastrear posibles contagios denominada StopCovid. Asegura que su uso será “voluntario, anónimo, transparente y temporal”, según reiteró el secretario de Estado responsable de las nuevas tecnologías, Cédric O, al dominical Journal du Dimanche. Aun así, la iniciativa ha generado fuertes reticencias —incluso en el seno de la mayoría parlamentaria del Gobierno— por la posible violación de las libertades individuales y públicas que implique su uso. Una situación —y unas dudas— que reconoció el primer ministro, Édouard Philippe, quien inesperadamente decidió retrasar el debate y votación de la medida, que debería haber sido incluida en el plan de desescalada presentado este martes.
Las preguntas que genera StopCovid “me parecen fundadas. Tienen que ser planteadas. Deben ser debatidas”, dijo Philippe al anunciar el aplazamiento de su discusión, que ameritará, prometió, “un debate específico seguido de una votación específica”. Eso sí, cuando la aplicación esté en marcha, porque ahora sería “prematuro” dado que en estos momentos no hay capacidad de afirmar “si funciona y cómo funciona”, puesto que no se ha acabado su desarrollo, reconoció. Por el momento, no hay fecha para el lanzamiento de StopCovid. Aunque la idea es que esté disponible para el 11 de mayo, día en que acaba el confinamiento nacional, “ese objetivo sigue siendo un reto”, reconoció Cédric O el domingo.
La decisión —y el reconocimiento del retraso en el desarrollo de la aplicación, en el que están implicadas instituciones y empresas exclusivamente francesas— ha sorprendido en cuanto que hasta este mismo fin de semana el Gobierno preveía no solo debatir esta tecnología en la sesión del martes, sino que se negó incluso a ampliarla o a celebrar una votación separada. Ello llevó a la oposición a acusarlo de intentar ocultar las divergencias internas que suscita esta tecnología. El domingo, la Comisión Nacional de Informática y Libertades (Cnil), un organismo asesor, dio su visto bueno a la aplicación, aunque subrayó la necesidad de aportar “garantías suplementarias” en materia de seguridad y privacidad.
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