El gobernador del Amazonas: “Un 90% de nuestras UCI tienen pacientes de coronavirus. Es una carrera contra el tiempo”
El Estado brasileño ha construido un hospital especial para indígenas y se afana por ampliar la estructura hospitalaria, que puede colapsar en 15 días
El Estado brasileño del Amazonas, en el que se concentra buena parte de la selva brasileña y de las comunidades indígenas, corre el riesgo de sufrir un colapso en su sistema de sanidad con la covid-19. Con poco más de cuatro millones de habitantes, suma 1.554 infectados y 105 fallecimientos confirmados por coronavirus. Pese a estar distante de São Paulo —epicentro de la enfermedad y que tiene 45 millones de habitantes, 11.043 infectados y 748 muertos—, es el cuarto Estado brasileño en número de casos. El gobernador Wilson Lima, del Partido Social Cristiano, sopesa decretar el confinamiento total para contener la pandemia. “No nos va a quedar otra alternativa”, afirma en entrevista por vídeo. El Estado financia una investigación de fármacos contra la covid-19. Hace pocos días identificó que pacientes que hicieron uso de la polémica cloroquina en dosis altas tuvieron complicaciones cardíacas.
Pregunta. Usted ha dicho que el sistema de salud de su Estado está al borde del colapso. ¿Cuál es la situación?
Respuesta. Aún no hemos entrado en colapso porque estamos aumentando nuestra capacidad de atención médica. Montamos 15 camas UCI extra en el hospital [del Estado] de Manaos, y 12 camas UCI más en el servicio de urgencias, ya está listo para estos pacientes. Diría que más del 90% están ocupadas debido a la covid-19.
P. Han fallecido dos indígenas por coronavirus. ¿Qué se está haciendo para proteger a la población indígena?
R. La salud indígena es responsabilidad del Gobierno federal. Ayer [el pasado domingo 12 de abril] recibí a la ministra Damares Alves (al frente de Derechos Humanos), al presidente de la FUNAI [Fundación Nacional del Indio], al superintendente de la Policía Federal y al comandante militar del Amazonas para discutir estos asuntos. Acordamos un hospital de campaña, en la capital, específico para atender indígenas. El ministerio les destinará 60.000 cestas básicas y trabajamos para repartir estos alimentos. Con los alcaldes estamos trabajando para impedir la entrada de personas en las aldeas.
P. ¿Cuál es el reto del Gobierno ante esta pandemia?
R. Tenemos que aumentar nuestra capacidad de atención médica, acelerar los estudios con la cloroquina y con el plasma. Estamos en una carrera contra reloj. Se espera que el pico llegue aquí en los próximos 15 días. En ese periodo no puedo presentar resultados conclusivos de ningún estudio. Por eso aumentamos nuestra estructura.
P. ¿Contempla la posibilidad de decretar el confinamiento total si los registros de coronavirus suben?
R. Es una decisión que tenemos que analizar con los demás poderes (fiscalías, Tribunal de Justicia, Tribunal de Cuentas). Si seguimos con una evolución significativa, no nos queda otra alternativa.
P. El confinamiento voluntario en el Amazonas llegó a rozar el 70%, y hoy se encuentra en el 50%. ¿A qué se debe ese descenso?
R. La gente tiene una resistencia natural a quedarse en casa. También hay un problema económico, principalmente para quienes tienen trabajos informales. Y también existe la resistencia de aquellos que no creen que el virus provoque todo este estrago que está causando.
P. ¿Y qué se está haciendo para intentar aumentar ese porcentaje?
R. Hemos aumentado el trabajo de inspección, con la Policía, vigilancia sanitaria. Disponemos de sistemas que controlan los sitios en los que hay aglomeraciones. En esos barrios la Policía está actuando de manera muy incisiva. También he dictado un decreto que prohíbe la circulación de pasajeros por ríos y carreteras. Solo se permite el tráfico de cargas. Y el de pasajeros que necesiten desplazarse para realizar algún servicio de extrema necesidad.
P. Pero el aeropuerto sigue abierto.
R. Todos los que llegan al aeropuerto, automáticamente entran en cuarentena. En cuanto una persona desembarca, se le mide la temperatura, nuestros equipos le realizan una entrevista y le hacen descargarse una aplicación en su móvil, para posteriormente ir monitorizándola mediante geolocalización.
P. ¿Qué le parece la conducta del presidente Bolsonaro, en contra del confinamiento y que sale a la calle a saludar a la gente?
R. No voy a entrar específicamente en esa cuestión del presidente. Todas las medidas de aislamiento social que hemos tomado se basan en las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud y del Ministerio de Sanidad. Claro que hay una preocupación muy grande con la actividad económica. Debemos tener un mínimo. Necesito que funcione el sector primario, de lo contrario ¿cómo produciremos los alimentos? Y que haya un mínimo de comercios abiertos. Pero no existe otro método que reduzca más el avance del virus que el aislamiento social. Buscamos el equilibrio. Nuestra lucha es para preservar vidas. Y que la gente no se enferme toda al mismo tiempo.
P. El Gobierno federal propuso destinar fondos a los Estados. ¿Ha recibido alguna asignación de las que le prometieron?
R. Aún no nos ha llegado nada porque falta la aprobación del Congreso Nacional. La ayuda que nos ha llegado han sido 25 respiradores, 10 médicos intensivistas y tres facultativos más que son del hospital Sirio Libanés, de São Paulo. También 35 millones de reales [6,7 millones de dólares] para comprar material y ampliar la estructura de atención médica. Hay un compromiso por parte del Gobierno federal de destinar 15 millones de reales más [2,9 millones de dólares] para poner en pleno funcionamiento nuestro hospital de referencia. En el Parlamento ya se ha aprobado la asignación de los fondos de salud y esperamos la sanción presidencial. De momento, solo tenemos propuestas.
P. ¿Cuál es el impacto económico de esta pandemia en su Estado?
R. Para el mes de mayo se prevé una pérdida del 30% de nuestros ingresos. En el acumulado anual, las pérdidas serán del 25%. Dependemos de la aportación que el Gobierno Federal nos ha prometido. Este año va a ser muy complicado. Pero el Estado no va a quebrar.
P. ¿Cómo está ayudando la iniciativa privada?
R. De varias formas. Tenemos un acuerdo con una fábrica de motocicletas [Honda] para la construcción de un respirador artificial, un proyecto conjunto con nuestra universidad estatal. El prototipo ya está listo y se está empezado a probar en animales.
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