Soria comienza a trasladar pacientes de coronavirus a hospitales de otras zonas para aliviar su UCI

El hospital San Pedro de Logroño recibió este miércoles por la noche, procedente del hospital Santa Bárbara de Soria, uno de los primeros pacientes trasladados entre comunidades autónomas en España desde que estalló la crisis del coronavirus. La Rioja anunció el martes que había ofrecido sus UCI, donde había camas suficientes para alojar a más enfermos de la Covid-19 procedentes de otras regiones. La consejera de Sanidad de la Junta de Castilla y León, Verónica Casado, ha afirmado en las últimas fechas que la situación de los hospitales de Soria y de Segovia, particularmente castigados por la pandemia, estaba “controlada”.

Casado anunció ese mismo martes que “uno o dos pacientes” podrían recalar en el hospital de San Pedro, de Logroño, donde, según la consejera de Sanidad riojana, Sara Alba, disponían de 12 de la 45 camas de cuidados intensivos que ofrece el centro. Este traslado se ha coordinado entre los gerentes de ambos hospitales, mientras que durante estos días anteriores la UCI de Soria también se había aligerado mediante el envío de afectados a Valladolid o Burgos.

El jefe del Servicio de Anestesiología y Reanimación del Complejo Hospitalario de Soria, Justo Aldea, confirma que se han trasladado varios pacientes, pero llama la atención sobre una de las grandes quejas históricas de los sorianos: las escasas infraestructuras de comunicaciones. “Las carreteras son un desastre, temblamos cuando hay que mandar a un enfermo crítico desde Soria a Logroño o Valladolid”, admite Aldea. “Si hay que hacerlo, hay que hacerlo”, sentencia, sabedor de que en su centro las plazas de las UCI, con 11 nuevas camas que complementan a las 10 habituales, “se saturan con dos nuevos ingresos”.

El propósito de estos traslados es anticiparse a posibles picos de coronavirus o al ingreso de personas con otras patologías. “Tenemos muy poca capacidad y nunca la hemos tenido”, denuncia Aldea, que se prepara ahora ante el enigma de qué pasará en las próximas fechas: “Estamos en un impás entre el pico que se ha ido parando y lo que viene”. Los criterios que se siguen para decidir quiénes son desplazados a otros hospitales pasan por el estado de salud de cada persona. Hay algunos enfermos cuya debilidad convierte en demasiado arriesgado montarlos en una ambulancia.

La última palabra la tiene la familia: “Nosotros tenemos que asegurarles que allí habrá mejores condiciones y que el riesgo es el menor posible”. “La gente es un cielo”, aplaude Aldea, agradecido por el entendimiento popular ante el colapso sanitario. Su unidad, la de Anestesiología, ha habilitado las 11 camas nuevas de la UCI, que se exponen a constantes movimientos: “Esta mañana hemos dejado cuatro camas libres entre el traslado de anoche, un fallecimiento y dos salidas”. Pese a ello, la situación va cambiando con el paso de las horas, advierte Aldea, y por eso es esencial estar preparados para posibles repuntes.

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