Un ministro de Brasil levanta la ira de China al acusarla de usar el coronavirus en “un plan para dominar el mundo”
Es el segundo incidente diplomático del Gobierno con el país que fabrica el tan necesitado material sanitario, que además es su principal socio comercial
Con miles de escuelas cerradas y millones de alumnos en casa por la crisis del coronavirus, el ministro de Educación de Brasil, Abraham Weintraub, ha desatado con un tuit la ira de China, que además de país de origen del tan necesitado material de protección para el personal sanitario es el primer comprador de las materias primas brasileñas. “¿Geopolíticamente, quien podLá saliL foLtalecido, en téLminos Lelativos de esta cLisis mundial?”, escribió mofándose del acento chino para completar esta provocación protagonizada por personajes de tebeo en sintonía con teorías conspiratorias: “¿Quiénes son los aliados en BLasil del plan infalible del Cebollina paLa dominaL el mundo?”. La embajada china en Brasilia respondió contundente en Twitter a este segundo incidente en un mes.
La Covid-19 ha matado hasta ahora a 553 personas en Brasil y contagiado a 12.056. La réplica diplomática de China está en consonancia con la creciente asertividad de sus diplomáticos ante quienes culpan a su país de la pandemia. La Embajada en Brasil acusó públicamente al ministro con su nombre y apellido de “hacer declaraciones difamatorias” de “cuño fuertemente racista” para “estigmatizar a China, al asociar al país con el origen de la Covid-19”. Y colgó la nota en un hilo de siete tuits. Hasta hace no tanto, los diplomáticos chinos preferían defenderse de cualquier acusación discretamente, lejos de la opinión pública. Ya no.
Visto el calibre del enfado chino, Weintraub eliminó el tuit pero sin abandonar el tono desafiante porque horas después declaró en una entrevista que admitiría que es “un idiota” si China vende a su ministerio “mil respiradores a precio de costo” para los hospitales universitarios. Entraba ahí en un asunto que cada vez preocupa más en Brasil: las dificultades para comprar test, batas y mascarillas de protección para su personal sanitario. El propio ministro de Salud, Luiz Henrique Mandetta, abiertamente enfrentado a Bolsonaro y que este lunes sobrevivió a fuertes presiones para que abandonara, confesó hace unos días las dificultades para adquirir el material fabricado en China que su personal sanitario requiere ante “el poderío comprador de Estados Unidos”, que a golpe de talonario está logrando que las empresas rompan preacuerdos que tenían con otros países.
2/7-Deliberadamente elaboradas, tais declarações são completamente absurdas e desprezíveis, que têm cunho fortemente racista e objetivos indizíveis, tendo causado influências negativas no desenvolvimento saudável das relações bilaterais China-Brasil.
— Embaixada da China no Brasil (@EmbaixadaChina) April 6, 2020
Weintraub es parte del núcleo más ideológico del Gobierno, alineado en esta crisis con la tesis de Bolsonaro de que la cuarentena es una medida demasiado radical por sus nefastos efectos en la economía. El ministro de Salud, que es médico, lidera el bando contrario, el que defiende que el aislamiento social es ahora mismo el instrumento más eficaz para ralentizar la propagación pese a los daños colaterales que causa. En esa línea, el gobernador de São Paulo, João Doria, decretó este lunes una prórroga de dos semanas, hasta el 22 de abril, de la cuarentena para una población equivalente a la de España. Doria, que comparece bajo el rótulo #QuédateEnCasa, trabaja con un comité científico de 16 miembros que creó el 26 de febrero, cuando el coronavirus llegó a Brasil. Estos estiman que, con el cierre de las escuelas, del comercio y otras actividades no esenciales, São Paulo tendrá unos 110.000 fallecidos por coronavirus, frente a los 277.000 que sumaría si no se tomara absolutamente ninguna medida.
El mes pasado Eduardo Bolsonaro y la embajada china ya se enzarzaron cuando el hijo del presidente acusó a Pekín de ocultar información sobre la pandemia como en su día hizo la URSS con el desastre de Chernóbil. El otro problema, para Brasil, es que China también es fundamental para su economía como el principal comprador de la soja, el mineral de hierro y buena parte de las exportaciones sobre las que se sustenta.
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