El coronavirus hipoteca el futuro de jóvenes que buscan un buen empleo
Más de 400.000 estudiantes de FP ven peligrar las 400 horas de formación en empresas necesarias para titularse. Los profesores improvisan actividades a la espera del consenso entre las comunidades
“Es un lío burocrático y en medio estamos nosotros”. Ana Belén Medina, de 20 años, resume así la situación en la que ha dejado el coronavirus a los alumnos de Formación Profesional que este curso deben realizar prácticas en empresas para poder titular (unas 380 horas de marzo a junio en los grados medios y unas 400 en los superiores). En su caso, sus profesores les han llamado a “boicotear” una de las propuestas de la Comunidad de Madrid para poner remedio al cierre de puertas de los laboratorios a estudiantes en prácticas. “Hemos firmado un papel para negarnos a que los profesores simulen en los institutos el trabajo que deberíamos hacer en las empresas, es una tomadura de pelo”, cuenta por teléfono.
La pandemia de Covid-19 ha dejado en el aire el futuro de más de 400.000 alumnos de FP que deben realizar sus prácticas y que estos días viven pendientes de la reunión que mantendrá el próximo martes el Ministerio de Educación con las comunidades autónomas para fijar un criterio común sobre la flexibilización de los requisitos para obtener el título. Ana Belén, que está en segundo del grado superior de Anatomía Patológica y Citodiagnóstico, empezaba esta semana sus prácticas en el hospital Príncipe de Asturias y, aunque es plenamente consciente de la gravedad de la situación, cree que lo que debe aprender en el centro hospitalario no pueden resolverlo sus profesores dentro de unos meses en clase. “Hay material de laboratorio que no tenemos, por no hablar de las autopsias, ¿Acaso nos van a traer un cadáver al instituto para diseccionarlo?”, cuestiona.
Su plan es presentarse a Selectividad y acceder a la Universidad el próximo curso para estudiar Medicina. Al proceder de una FP de grado superior, solo deberá examinarse de dos asignaturas de la rama científica. “Estamos a mediados de marzo y es imposible saber qué va a ser de nosotros”, lamenta. Tampoco está claro el escenario de la Selectividad. Las comunidades anunciaron esta semana que se aplazará y que la nueva fecha dependerá del fin del estado de alarma.
Hasta el momento, la mayoría de autonomías han aprobado decretos para detener las prácticas en centros de trabajo. Pero todavía no está claro el plan para que los jóvenes recuperen todas esas horas, que representan el 20% de la nota final del ciclo de FP. Clara Sanz, secretaria general de FP del Ministerio de Educación, asegura que “ningún alumno va a perder el curso por esta situación”, y que los estudiantes podrán seguir su itinerario académico “sin ningún problema” —los alumnos de grado medio podrán acceder al superior, y estos a la Universidad, de igual manera que se garantizará que los que lo deseen se puedan incorporar al mercado laboral—.
¿Cómo? La fórmula que baraja ahora el ministerio (y que deberá consensuar con las autonomías) es que se modifiquen los requisitos para titular, tanto en lo referido al número mínimo de horas de prácticas —que ahora está en 220 y se reducirá— como en las fechas —los alumnos podrían disponer del mes de julio para realizar sus prácticas de empresa—. “Debemos ir paso a paso y no adelantarnos a los acontecimientos; si hay que tomar medidas extremas como que los profesores recreen las prácticas en los institutos se hará, pero ahora es precipitado”, aclara Sanz.
Pese a que España tiene una de las peores tasas de escolarización en FP de grado medio (el 12% de los estudiantes se decantan por esta vía frente al 26% de media de los países de la OCDE), en el curso 2019-2020 un total de 861.906 alumnos cursan FP en alguna de sus modalidades (en bachillerato son 672.524 y en la universidad, 1,2 millones). De ellos, menos de la mitad (400.000) están ahora en periodo de prácticas.
Fernando Sansaloni, director del instituto público Cotes Baixes en Alcoy (Alicante), cuenta cómo las empresas se adelantaron a la Administración y la semana del 6 de marzo ya empezaron a comunicar que no recibirían a estudiantes en prácticas como consecuencia de teletrabajo y de las medidas de distanciamiento social y confinamiento decretadas por el Gobierno. “Estamos desbordados, no para de sonar el teléfono y a la vez improvisamos tareas para que los chicos hagan en casa que estén relacionadas con el trabajo que deberían estar haciendo en las empresas”, cuenta. Utilizan herramientas de videoconferencia, fundamentalmente de Google porque las públicas están sobrecargadas. “En los ciclos menos prácticos, como Comercio y Márketing, es factible: les encargamos que diseñen una web con Wordpress; pero en otros como Mecánica no podemos simular un cambio de aceite”.
La importancia de las prácticas no reside únicamente en la obtención del título. En muchos de los programas, el centro educativo y las empresas se distribuyen el contenido curricular, de forma que no basta solo con el periodo de clases. “Además, en las compañías adquieren el sentido de la responsabilidad, de la puntualidad, maduran como profesionales”, añade Sansaloni, que reclama una respuesta rápida por parte de las comunidades para tener claro qué futuro les espera a los chicos.
“Ante esta situación de alarma, de confinamiento y de centros educativos cerrados, son los docentes los que deben hacerse cargo de la situación y reformular el plan formativo”, apunta Ignacio de Benito, coordinador de la Alianza para la FP Dual, una red que impulsa en España el modelo alemán (el 68% de los estudiantes alemanes que cursan la dual consiguen un empleo en la empresa en la que realizaron sus prácticas). “Tiene que haber una norma clara de cómo actuar cuanto antes… no debería haber diferencias entre comunidades para evitar la desigualdad entre alumnos”, añade.
Prácticas en remoto en las tecnológicas
En el instituto público Campanillas de Málaga, la mayoría de grados que ofrecen de FP son del ámbito tecnológico, como Desarrollo de Aplicaciones Web. Muchos de sus alumnos no han visto interrumpidas sus prácticas con la crisis del coronavirus porque algunas de las empresas han incluido en sus planes de contingencia un programa de prácticas en remoto. “Son las ventajas del entorno web, los alumnos ya están acostumbrados a trabajar solos con sus ordenadores y están familiarizados con las plataformas online de videoconferencia o los chats para preguntar dudas”, explica Juan Carlos Amaya, jefe de departamento de informática en el Campanillas.
El problema lo tienen con los nuevos alumnos de FP Dual —modalidad que compagina las prácticas con la asistencia a clase de forma intercalada—. Las compañías han declinado, por el momento, aceptar a nuevos alumnos, ya que sin conocerles previamente no quieren darles acceso a sus sistemas operativos por motivos de seguridad. “Están en un limbo, no sabemos qué hacer con ellos porque parte del currículum lo imparten las compañías y la otra nosotros en el centro”, expone Amaya.
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