México recupera el símbolo de las muertas de Juárez para protestar contra la violencia de género
Unas 40 organizaciones impregnan en todo el país cruces rosas, símbolo de la lucha contra el feminicidio
Mariana Peralta aún tiene aserrín rosa entre las uñas. Hasta hace unos minutos, la adolescente de 15 años, estaba dibujando una letra N gigante con los coloridos restos de madera. Dos horas después de haberse acercado al Monumento a la madre de Ciudad de México, muy cerca del centro de la capital, como otras decenas de personas autoconvocadas, la misión está cumplida. Una vista aérea al lugar basta para dimensionar una enorme cruz rosa, de unos 20 metros de largo, pintada sobre el asfalto, acompañada por la leyenda "Ni una menos".
México revivió el domingo su capítulo más doloroso para visibilizar el fracaso de la política ante la violencia de género. Unas 40 organizaciones civiles impregnaron, en diferentes Estados, la cruz rosa que se convirtió en símbolo de las protestas por las mujeres asesinadas de Ciudad Juárez, el municipio de Chihuahua en la frontera con Estados Unidos que desde 1993 sufrió una brutal ola de feminicidios. Se calcula que 700 mujeres fueron asesinadas en aquella ciudad. Las cifras nacionales, que han ido en aumento en 2019 hasta alcanzar los 10 feminicidios diarios, han empujado a cientos de mujeres en todo el país a replicar la iniciativa bajo la consigna Cruzada con nosotras.
"Vinimos porque no sabemos cómo ayudar para que esto cambie", dice Peralta, que ha llegado al Monumento de la madre junto a su familia. "Me da mucha tristeza lo que está pasando con nosotras". Detrás de ella se erigen además 200 rostros impregnados en camisetas dispuestas sobre la enorme cruz. Las caras de 200 mujeres que ya no están. "En realidad son muchas más, pero no nos alcanzaría el espacio para ponerlas a todas", asegura Yesenia Zamudio, madre de María del Jesús Jaimes, asesinada en enero de 2016 al ser arrojada desde un quinto piso cuando tenía 19 años. "Ojalá todo esto sirva para romper con la apatía que ha convertido este país en un cementerio".
La intervención en el monumento capitalino fue acompañado de una campaña para pegar pegatinas del Ni una menos por varias ciudades. En Ecatepec, el municipio del Estado de México con las cifras más fatales para las mujeres, incluso se llevó a cabo una manifestación en la que familiares de víctimas recorrieron la ciudad con cruces que llevaban los nombres de las asesinadas. "En México es un parteaguas la cruz rosa, porque son las víctimas y sus familiares quienes dan a conocer en todo el país lo que estaba pasando en Ciudad Juárez", explica Ixchel Cisneros, directora de El día después, la asociación que ha convocado la protesta. "La cruz representa la historia de estas mujeres que han estado peleando por más de 20 años".
"Tendemos a querer focalizar la violencia y decir ‘es que en el norte’ o ‘¡uy! ser mujer en Juárez’, y no, hoy el problema es ser mexicana en México", dice el actor mexicano Diego Luna, que ha acompañado la cruzada. La campaña también ha sido incluido la presentación del cortometraje documental Nosotras, de la directora Natalia Beristain, que reconstruye historias de un puñado de mujeres que ha sufrido violencia de género o ha sido asesinada en ese municipio, como el caso de Idaly Jauche Laguna, una joven que desapareció en 2010 tras ir a una entrevista de trabajo.
La propuesta de las organizaciones, encabezadas por Red Mesa de Mujeres Juárez y el Centro de Derechos Humanos de las Mujeres de Chihuahua, también está pensada para movilizar a los hombres. "La campaña te obliga a replantearte tus dinámicas mas íntimas", dice Luna. "Cada quien tiene que hacer el esfuerzo por hacer un trabajo introspectivo, cuestionarse y confrontarse con esas preguntas duras y dolorosas".
Peralta asegura que asistirá a las manifestaciones convocadas este lunes en la capital mexicana por el día de la no violencia contra las mujeres. "Se tiene que acabar esta violencia", afirma. "No quiero decir que las nuevas generaciones nos van a salvar", comenta Cisneros, "pero me emociona mucho que haya un montón de jóvenes alzando la voz como a mi me hubiera gustado hacerlo hace unos 10 o 20 años".
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