Los médicos belgas, contra los padres que imponen el veganismo a sus hijos
La academia de medicina advierte de que genera carencias y problemas de crecimiento
La alimentación de un hijo es una de las decisiones más personales que deben tomar los padres, pero en los últimos días se ha convertido en asunto de controversia pública en Bélgica. El tenso debate comenzó cuando el responsable de derechos de la infancia de la región francófona, Bernard De Vos, consultó a la Real Academia de Medicina belga sobre los riesgos potenciales de que los padres elijan para sus hijos una dieta enteramente vegana. La respuesta de los siete médicos belgas que conformaron el comité de expertos ha sido tajante: se trata de "un régimen restrictivo que entraña carencias inevitables y necesita el seguimiento permanente de los niños para evitar retrasos irreversibles en el crecimiento". Su opinión no coincide con las de otras instancias médicas, que consideran la dieta vegana apropiada para todos los ciclos vitales si está bien planificada.
La respuesta del organismo belga ha ido acompañada de varios testimonios de sus especialistas, que advierten incluso de casos "gravísimos" que culminan en la hospitalización del menor. Los médicos estiman que, al seguir la dieta vegana, los niños no reciben vitaminas esenciales como la D y la B12, calcio, oligoelementos y otros nutrientes indispensables para su correcto desarrollo. "Hablamos de retraso del crecimiento, psicomotores, desnutrición e importantes anemias", alerta Isabelle Thiébaut, pediatra experta en dietética que ha colaborado en el aviso lanzado por la academia.
La conclusión es clara: el veganismo debe estar proscrito para niños, adolescentes, mujeres embarazadas y lactantes. Y sin embargo, la tendencia es la contraria. Según sus datos, el 3% de los niños belgas sigue en la actualidad esta alimentación. "El personal sanitario se enfrenta a un verdadero dilema ético. Dejamos cierta libertad, intentamos explicar a los padres los riesgos de esa dieta, pero ¿qué hacer cuando creemos que mantienen una actitud peligrosa para la salud del hijo?", se pregunta el profesor Georges Casimir, también pediatra.
La muerte en 2017 de un bebé que durante varios meses solo fue alimentado con leches vegetales de maíz, arroz, avena y quinoa, y que en el momento de fallecer estaba por debajo de su peso recomendado, ya generó una primera polémica en el país sobre el modo en que los padres aplican dietas veganas a sus hijos. "Ciertos desarrollos deben realizarse en un momento preciso de la vida y, si no se hacen, es irreversible", lamentan.
Al aumentar la ingesta de legumbres, los doctores advierten de una presencia demasiado elevada de potasio y fibras en el cuerpo de los menores. "Cuando se es niño, el cuerpo fabrica células cerebrales, lo que implica necesidades más importantes de proteínas y ácidos grasos esenciales. El cuerpo no los produce, hay que recurrir a las proteínas animales", insisten. En caso de no hacerlo, ven imprescindible recurrir a suplementos y realizar análisis de sangre frecuentes.
Al hacer pública su opinión, desarrollada en un informe de nueve páginas, los expertos dicen querer llamar la atención sobre la incongruencia que supone tener que atender a niños nacidos con buena salud debido a lo que consideran malos hábitos. Y celebran que gracias a la rápida intervención de los pediatras, se ha conseguido atajar el riesgo que corrían los menores en muchos casos.
En 2016, la diputada italiana Elvira Savino presentó un proyecto de ley para sancionar, incluso con cárcel, a los padres que siguieran esta dieta con sus hijos, pero su visión y la de la academia belga choca con otras opiniones de expertos. La mayor agrupación de nutricionistas del mundo, la Academia Americana de Nutrición y Dietética, mantiene que una alimentación sin productos de origen animal es apropiada para cualquier ciclo vital, siempre que se haga con planificación e información. Una revisión de estudios de 2017 sobre dietas vegetarianas en niños no resultó concluyente acerca de los beneficios o potenciales peligros.
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