Un detenido por dejar morir a varios caballos en una finca de La Línea
En el terreno había más de una decena de équidos abandonados sin comida ni agua
Bernardo Piña aún se estremece al recordar la “película de terror” que se encontró en una finca rústica de La Línea de Concepción. Para el concejal de Seguridad Ciudadana de esta localidad gaditana es difícil de olvidar la imagen de dos caballos agonizantes, el aspecto famélico de otros diez y el olor a putrefacción de los equinos que ya habían muerto de hambre y sed.
Un hombre de 61 años ha sido detenido como responsable de los hechos, descubiertos el pasado 3 de marzo aunque no han sido hecho públicos hasta este martes. Está en libertad con cargos por los delitos de maltrato animal y abandono, según fuentes de la investigación.
La “tremenda” situación de los animales fue descubierta por una patrulla de la Policía Nacional cuando pasaban por las inmediaciones de una finca rural del camino de Torrenueva. Los agentes se percataron que desde la parcela, ubicada en la barriada de El Zabal y cerca del barrio de La Atunara, emanaba “un fuerte olor a putrefacción”. Cuando se asomaron al interior del terreno, vieron a doce caballos, tres cerdos y un perro en malas condiciones. Estaban, según la policía, “en un estado absoluto de abandono, sin comida ni agua y rodeados de heces”.
“No he conocido en estos cuatro años de mandato una bestialidad de estas características”, reconoce Piña. El concejal llegó al lugar de los hechos poco después tras ser avisado por la Policía Local, que también formó parte del operativo. “Había un caballo y una yegua en el suelo en muy mal estado. Sacamos agua de un pozo y le dimos alfalfa de un terreno cercano. El caballo empezó a reaccionar. Se nos pusieron a todos los vellos de punta al poderlo recuperar”, relata el edil.
Una barriada de casas ilegales
El Zabal es un intrincado laberinto de casas de altas tapias, grandes puertas y sistemas de vigilancia. En teoría, no es más que una barriada rural de La Línea que linda con la barriada de La Atunara. De facto, ambas zonas llevan años en el objetivo de la policía por ser uno de los epicentros de las mafias que trafican con hachís en el Estrecho de Gibraltar.
El dinero ilegal ha provocado la proliferación de gran cantidad de edificaciones irregulares edificadas sobre fincas rústicas que antaño no eran más que huertas o invernaderos. Tan solo el Ayuntamiento tiene más de 400 expedientes urbanísticos abiertos en esta zona, pero la escasez de medios le impide ejercer un mayor control en la barriada.
El plan especial de seguridad del Campo de Gibraltar ha llevado parejo la creación de una unidad de blanqueo en la Comisaría de La Línea. Precisamente, a finales de 2018 destaparon su primera gran investigación: la construcción de 16 chalés ilegales con dinero de la droga.
Una yegua, también en situación agonizante, no tuvo tanta suerte. Los veterinarios de la empresa encargada de la atención y recogida de animales de la ciudad intentaron salvarla durante horas en el mismo solar. Ante la imposibilidad de recuperarla, tuvieron que sacrificarla en la misma finca. Su muerte se suma a los restos de otros equinos fallecidos que había en la parcela. “Uno que estaba allí debía llevar más de un día muerto, pero los agentes encontraron huesos de otros por lo que había más”, detalla Piña.
Tras descubrir lo ocurrido, la Delegación de Sanidad del Ayuntamiento de La Línea, ha elaborado un informe. En él se determina que los animales presentan un estado corporal “muy deficiente”, debido a su estado de abandono total, la existencia de una situación de maltrato por la falta de cuidado en atención veterinaria e incluso por las condiciones de insalubridad del espacio donde residían, según han explicado desde la policía.
Los 11 caballos supervivientes, así como el perro y los cerdos se encuentran ahora bajo la protección del Ayuntamiento. Parte de los animales se recuperan en una protectora de animales del Campo de Gibraltar y la otra en las instalaciones de la empresa encargada de la recogida de animales en la ciudad. La intención, según ha explicado la policía, es que puedan ser adoptados y entregados, una vez termine el proceso judicial que dirima la responsabilidad del presunto autor del maltrato.
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