El Papa acepta la renuncia del arzobispo de Tarragona
Jaume Pujol, que alegó motivos de edad, cesó del cargo el pasado febrero en pleno escándalo de abusos a menores
El Papa ha aceptado la renuncia del arzobispo de Tarragona Jaume Pujol Balcells, que presentó su dimisión el pasado mes de febrero, en pleno escándalo de abusos sexuales a menores por parte de sacerdotes que dependen del arzobispado. Aunque Pujol puso su cargo a disposición de Francisco por motivos de edad, como marca el derecho canónico, al cumplir los 75 años y desvinculó su decisión del descrédito que vive la diócesis, el pontífice argentino ha resuelto la salida del arzobispo en un tiempo excesivamente breve para lo que suele ser habitual en estos casos. El sacerdote Joan Planellas Barnosell sustituirá a Pujol al frente del arzobispado de Tarragona, según informó la Santa Sede este sábado a través de un comunicado.
A inicios de febrero se destaparon varios casos de tocamientos a menores en distintas parroquias de la archidiócesis de Tarragona, una de las más antiguas de España. En ese momento, Pujol, después de apartar de sus funciones a dos curas involucrados en los abusos, compareció ante la prensa y calificó lo ocurrido como “un mal momento” de los religiosos. Además alegó que no los expulsaría del oficio religioso, la sanción más severa desde el punto de vista canónico, porque, según él, el asunto no era lo suficientemente importante como para alejarles completamente del contacto con los fieles. “No fue tan grave como para secularizarlos”, dijo entonces. Más tarde trató de remediarlo y matizó que al referirse a “un mal momento” de los sacerdotes no trataba de rebajar la gravedad de sus conductas. Pero en el Vaticano, que en esos días se preparaba para encarar la histórica cumbre antipederastia, la puntualización de Pujol no sirvió de nada y no consiguió aliviar la polvareda que levantaron sus declaraciones iniciales.
La premura con la que el Papa ha aceptado su renuncia es señal de que la figura de Jaume Pujol resultaba incómoda en el Vaticano y de que había gran interés en acelerar al máximo el relevo en el arzobispado de Tarragona. El proceso de dimisión de un obispo por motivos de edad se inicia cuando el prelado cumple los 75 años y se concluye solamente cuando el Papa decide hacer efectiva la renuncia. El pontífice suele conceder a menudo una prórroga para extender el mandato uno, dos o hasta cinco años en algunas ocasiones, para que los obispos puedan continuar los proyectos que tenían iniciados en sus respectivas diócesis. Pero en este caso, como ha sucedido en otros en los que el religioso en cuestión está salpicado por escándalos de abusos, los tiempos han sido fulminantes.
Jaume Pujol, nombrado por Juan Pablo II, fue arzobispo de Tarragona desde 2004. es numerario del Opus Dei y fue profesor ordinario de Pedagogía Religiosa en la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra. Su sucesor, Joan Planellas, tiene 64 años y es decano desde 2015 de la Facultad de Teología de Cataluña. Tomará posesión el próximo 8 de junio.
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