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El Infierno de la feria, en silencio para los autistas

El Ayuntamiento de Sevilla silenciará cuatro horas las atracciones de la Feria de Abril para que puedan disfrutar de ellas los niños con este trastorno

Javier Martín-Arroyo
Atracciones de la calle del infierno en la Feria de Abril sevillana.
Atracciones de la calle del infierno en la Feria de Abril sevillana.PACO PUENTES

Y de repente, se hará el silencio. El ruido, actor omnipresente en la Feria de Abril de Sevilla, se tomará un respiro esta primavera durante cuatro horas en las atracciones de esta fiesta, para que los niños autistas puedan disfrutar de ellas sin sentir miedo o ponerse nerviosos. La iniciativa, que prevé imponer el silencio y eliminar luces estridentes durante toda una tarde en la feria, rompe moldes en la capital andaluza porque es la primera vez que se tiene en cuenta a este colectivo, tradicionalmente olvidado por las Administraciones y víctimas de la incomprensión. Estos menores accederán a la denominada calle del Infierno, donde se sitúan las atracciones y la mayor concentración de decibelios del recinto ferial, más alta y ensordecedora incluso que la de algunas casetas. 

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El Ayuntamiento de Sevilla implantará estas cuatro horas libres de ruido para niños y adultos con trastornos del espectro autista (TEA) después de la petición de la Asociación Asperger-TEA Sevilla, entidad que agrupa a 400 familias con miembros con esta condición neuronal. "Es cuestión de voluntad, sensibilización y hacer accesible las fiestas a otras personas. Nuestros niños quieren ir a la feria y relacionarse, pero siempre que van vuelven agobiados y bloqueados porque no soportan esa sobrecarga sensorial que hay allí. Son cuatro horas y probablemente irá mucha más gente. La calle del Infierno tiene bien puesto el nombre, es un infierno sensorial. Entras allí y ya no puedes hablar", relata Rafael Jorreto, presidente de esta asociación. Los colectivos estiman que hay más de 40.000 personas con TEA en Andalucía.

"Los ruidos como la música a un volumen elevado puede ser una auténtica tortura para una persona con autismo, ya que puede provocarles crisis de ansiedad, bloqueos, ataques de pánico e incluso dolores", ha subrayado Jorreto, presidente de esta asociación. "Cuatro horas sin ruido no molestan a nadie (...) No ha costado mucho, primero enviamos una carta antes de Navidad al Ayuntamiento sevillano y luego la compartimos en Change.org. Ahora llevamos 80.000 firmas", explica.

España firmó en 2007 la Convención Internacional de Derechos de las Personas con Discapacidad, un tratado amparado por la ONU pero cuya traslación a la realidad cotidiana depende de la sensibilidad de los políticos y las Administraciones, a menudo impermeables a las peticiones de los colectivos para la inclusión de estas personas.

De este modo, la extrema sensibilidad de estas personas ante las luces, ruidos o sonidos con un volumen muy elevado, como la música o sirenas de las atracciones, ha hecho que esta petición sea atendida en la capital andaluza. Durante esas cuatro horas, los empresarios de las atracciones bajarán el volumen de las casi 400 atracciones, englobadas en la Asociación de Empresarios Feriantes de Andalucía, Ceuta y Melilla.

"Es una iniciativa única en España. Queremos que esta fiesta sea más accesible y que las familias con niños y adultos con este tipo de trastornos puedan acudir durante un día a disfrutar de las atracciones con total tranquilidad para hacer de la feria una fiesta inclusiva", ha enfatizado el delegado de Seguridad del Consistorio sevillano, Juan Carlos Cabrera. Esta medida se añade en Sevilla a la instalación de una atracción destinada a personas con movilidad reducida, una noria de 30 metros y 24 cabinas, completamente accesible, que también se estrenará este año en la próxima Feria de Abril.

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Sobre la firma

Javier Martín-Arroyo
Es redactor especializado en temas sociales (medio ambiente, educación y sanidad). Comenzó en EL PAÍS en 2006 como corresponsal en Marbella y Granada, y más tarde en Sevilla cubrió información de tribunales. Antes trabajó en Cadena Ser y en la promoción cinematográfica. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla y máster de EL PAÍS.

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