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Los feligreses de un pueblo de Ourense piden que regrese un sacerdote investigado por pederastia

Ángel Sánchez Cao fue apartado por el obispo de Astorga el pasado martes, acusado de abusar de menores en los ochenta en un seminario

Julio Núñez
Juan Antonio Menéndez, obispo de Astorga, en septiembre.
Juan Antonio Menéndez, obispo de Astorga, en septiembre.EFE

Los feligreses de dos parroquias de O Barco de Valdeorras (Ourense) han hecho público un comunicado en el que solicitan el regreso del sacerdote Ángel Sánchez Cao, apartado por la diócesis de Astorga -a la que pertenece- el pasado martes por supuestos abusos a menores en el seminario menor de La Bañeza (León) durante los años ochenta. "Las autoridades eclesiásticas se quejan de la falta de vocación, pero hay que tener mucha, no solo vocación, sino también paciencia cuando ves que tu 'propia casa', la Iglesia a la que perteneces, es la primera en señalarte con el dedo de la culpabilidad", recriminan los vecinos al obispo José Antonio Menéndez, también presidente de la comisión antipederastia de la Conferencia Episcopal Española. En señal de apoyo al supuesto abusador, los vecinos de Arcos y Veigamuiños (parroquias donde ejercía dicho cura) no acudieron a misa de Año Nuevo y afirman en la nota que tampoco lo harán el próximo día 6, día de la Epifanía. Los feligreses han remitido el comunicado al obispo, donde también anuncian una recogida de firmas en contra de las medidas adoptadas.

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La decisión del obispado se produce dos años después de que Emiliano Álvarez, supuesta víctima de Sánchez Cao, denunciase en 2017 en los medios y en la diócesis a dicho cura por abusos a finales de los años setenta. La diócesis abrió un proceso canónico que, a día de hoy, no ha concluido. "Aún recuerdo despertarme por las noches y verle, rubio con gafas doradas, quitándome el pijama mientras me apuntaba con una linterna", relató a EL PAÍS el denunciante en una entrevista el pasado septiembre. Durante los últimos dos años, el supuesto abusador continuó oficiando misa en la parroquia y en contacto con niños. El pasado mayo, según informó El Diario de León, celebró las comuniones de los niños de la localidad. En la nota de prensa del pasado martes del obispado justificaban el apartamiento de Sánchez Cao por nuevas "noticias fundadas" que le acusan de abusar de otro menor durante su estancia en La Bañeza.

Los vecinos de las parroquias ourensanas subrayan que la Iglesia no ha confirmado la veracidad de dichos delitos y que las nuevas acusaciones son fruto "del pecado capital de la envidia", del que, dicen, "el mundo eclesiástico tampoco se libra". La veintena de catequistas que imparten clases a más de 130 niños de las parroquias de Sánchez Cao han decidido dimitir como muestra de "repulsa ante la decisión del obispo, ya que nunca ha sido testigo de ningún comportamiento o queja similar a los hechos relatados".

Los feligreses describen a Sánchez Cao como un sacerdote entregado que, a pesar de haber sido "portada de periódicos y medios de comunicación" durante dos años, no ha dejado de lado su labor como clérigo. "Los curas, en su afán cristiano de predicar con el ejemplo, afirman y reafirman su cuestionada reputación y se convierten en los que lideran las parroquias que más niños tienen recibiendo catequesis, con el mayor número de catequistas impartiendo".  Los feligreses de dicho sacerdote también defendieron su inocencia cuando se hizo pública la primera denuncia en 2017. El sacerdote siempre ha negado los delitos de los que se le acusa. "Lo hasta aquí relatado bien podría ser ciencia ficción, pero lejos de serlo, es la realidad que está viviendo un cura valdeorrés a quien el obispado ha considerado culpable sin ni siquiera atreverse a juzgarlo", concluye el comunicado.

Otro cura de Astorga apartado una década por abusos

Junto con la decisión de apartar a Sánchez Cao, el obispo de Astorga anunció el inicio del cumplimiento de la condena por parte del sacerdote José Manuel Ramos Gordón por abusar de, al menos, cuatro menores en el seminario menor de La Bañeza, centro donde supuestamente también abusó el sacerdote de O Barco de Valdeorras. Ramos Gordón fue apartado por Menéndez en 2017 tras un juicio canónico a un año de ejercicios espirituales. El obispo silenció a los medios la condena y permitió que Tábara, localidad donde hasta entonces dicho sacerdote era párroco, le hiciera un homenaje. La primera víctima, insatisfecha con la pena, lo hizo público en los medios y ese mismo año se sumó otra denuncia. El Vaticano ordenó reabrir el caso y Ramos Gordón fue nuevamente sentenciado el pasado septiembre, pero recurrió el fallo. Motivo por el que hasta esta semana no ha comenzado a cumplir la condena.

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