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Las urgencias de Barcelona atienden una agresión sexual cada día

El hospital Clínic, de referencia en la ciudad para estas situaciones, recibe este año unos 400 casos, el doble que en 2005

Una mujer camina por una calle, en una foto de archivo. GETTY / VÍDEO: EFE
Jessica Mouzo

Las víctimas de agresiones sexuales en Barcelona se cuentan por centenares al año. Una al día, al menos. Esa es la media que llega a los servicios de urgencias del hospital Clínic, centro de referencia en la capital catalana para atender estos casos. Cualquier sospecha de agresión sexual que recibe cualquier centro sanitario de la ciudad es derivado al Clínic, que cuenta con una unidad especializada para atender de forma integral a las víctimas. En lo que va de año (hasta el 31 de octubre), ya han atendido 351 casos y la tendencia apunta a que cerrarán el 2018 con unas 400 personas —la inmensa mayoría mujeres— visitadas en esta unidad. Se trata del doble de las registradas en 2005, cuando este servicio se puso en marcha.  

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"Los casos atendidos han aumentado de forma desmesurada. Es una problemática sumamente grave. Estas agresiones hacen enfermar a las personas", ha zanjado Antoni Castells, director médico del Clínic. Según los datos que maneja el centro y que radiografían el perfil de la agresiones sexuales en la ciudad, el 91% son mujeres. En el 100% de los casos, no obstante, el agresor es un hombre.

Las agresiones registradas este año apuntan a que el 62% de las víctimas son menores de 25 años e incluso, desde que el pasado mayo el Departamento de Salud de la Generalitat ordenase al centro centralizar también los casos de víctimas menores de edad, el hospital Clínic ha atendido a 12 mujeres de menos de 18 años. 

Según los indicadores clínicos analizados en cada una de las víctimas, los médicos del hospital barcelonés calculan que hay sospechas de sumisión química en uno de cada cuatro casos. Esto significa que "una sustancia química que afecta al sistema nervioso central facilita que se haya producido esta agresión", señala la doctora Lluïsa García, psiquiatra y presidenta de la Comisión de Violencia Intrafamiliar y de Género del hospital. Lo que no pueden llegar a aclarar los facultativos es si el consumo de esta sustancia fue voluntario —la víctima tomó algún tipo de droga y el agresor se aprovechó de su vulnerabilidad al estar bajo los efectos de esas sustancia— o involuntario —el agresor intoxica deliberadamente a la víctima para agredirla—. La cifra del 25% de casos sospechosos de sumisión química, ha señalado García, coincide con la prevalencia registrada en otros países.

El protocolo del centro incluye la realización de pruebas para detectar la presencia de tóxicos en sangre y orina. Cerca del 60% de las víctimas femeninas y el 53% de los hombres agredidos atendidos en la unidad refirieron haber consumido alcohol u otras drogas. Con todo, ha aclarado García, no se ha detectado la presencia de la burundanga, conocida en el imaginario colectivo como la "droga de la violación". Entre 2013 y 2016 se analizaron 1.000 muestras y no se encontró burundanga en sangre ni en orina. No podemos decir que haya pero tampoco que no haya, porque esa sustancia se elimina muy rápido del organismo", ha matizado. Un estudio del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses, en Madrid, analizó unos 152 casos sospechosos entre 2010 y 2013 y tampoco encontró nunca ni rastro de esta sustancia.

Abordaje integral

La unidad especializada del hospital barcelonés cuenta con un protocolo de actuación específico y un equipo multidisciplinar especialmente formado para atender a las víctimas. Para empezar, en la misma puerta de urgencias disponen de un box separado, para dar más intimidad y seguridad a la víctima. En cuanto entra una persona que refiere haber sufrido una agresión sexual, el protocolo se pone en marcha y una enfermera, que acompañará a la víctima permanentemente, será la encargada de coordinar el dispositivo.

Los profesionales de Trabajo Social y varias disciplinas médicas —desde ginecología hasta infecciosas— se ponen en marcha y el centro activa la alerta al Juzgado de Guardia para avisar al médico forense. El equipo médico, formado específicamente para atender estos casos, realizará una exploración física y psicológica completa a la víctima y se hará un seguimiento de seis meses en el caso del servicio de infecciosas y de un año para atender las posibles lesiones psíquicas.

El centro también facilita las gestiones a la víctima si quiere denunciar el caso. Este año lo hicieron el 63%, una cifra que va en descenso desde el 2014 (denunció el 72,8% de los 250 casos atendidos). 

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Sobre la firma

Jessica Mouzo
Jessica Mouzo es redactora de sanidad en EL PAÍS. Es licenciada en Periodismo por la Universidade de Santiago de Compostela y Máster de Periodismo BCN-NY de la Universitat de Barcelona.

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