El Gobierno creará una bolsa pública con todas las plazas universitarias para frenar la endogamia
La ley obliga a difundir las convocatorias desde 1983, pero no se cumple y un 73% de los profesores se doctora en el mismo campus en el que acaba trabajando
El Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades centralizará en Internet las convocatorias de plazas en los campus públicos para que estén al alcance de todo el mundo. “Proponemos un registro único de todas las plazas que salgan en las universidades. De forma que se sepa cuándo se convoca una para profesor titular o para profesor ayudante, por ejemplo”, afirmó en un acto reciente José Manuel Pingarrón, secretario general de Universidades. “Publicidad y transparencia. ¿Hay mejor manera de luchar contra lo que llaman endogamia? A lo mejor sí, pero desde luego esto es muy importante”, prosiguió Pingarrón.
Según los datos públicos sobre universidades del Gobierno, el 73,4% de los profesores en los campus públicos trabajaba en 2016 en la misma universidad en la que se había doctorado, frente al 31,5% en las privadas. Javier Martín Cavanna, presidente de la Fundación Compromiso y Transparencia, sostiene que una medida más eficaz para frenar la endogamia sería obligar a cada universidad “a publicar su porcentaje de endogamia”. Los datos que se conocen solo informan por comunidades autónomas.
Martín Cavanna, que redacta informes sobre transparencia universitaria, cree que esta medida es loable —facilita la vida a los aspirantes al puesto—, pero sirve de poco para frenar la endogamia “si no se conoce cómo se otorga esa plaza”. Coincide en el diagnóstico Luis Sanz-Menéndez, del Instituto de Políticas y Bienes Públicos del CSIC: "Ayuda a la transparencia y favorece la movilidad, pero el problema radica en los criterios de contratación y en los integrantes de la comisión que evalúa [elegidos a dedo por el departamento]". Ambos se refieren a que muchas plazas son un traje a la medida del perfil académico del candidato de la casa, lo que coloquialmente se conoce como “oposición con bicho”, plazas que ya se sabe para quiénes serán solo con ver los méritos y el currículo académico que se solicita.
José Manuel del Valle, abogado especializado en pleitos universitarios, es optimista: "Se va a ganar algo en transparencia, no lo suficiente pero es un pasito más. En realidad, la RLU [Ley Orgánica de reforma Universitaria de 1983] obligaba ya a informar de las plazas al Consejo de Universidades, pero no funcionó por desobediencia de las propias universidades".
También la LOU [Ley Orgánica de Universidades, de 2001], que es la norma vigente, promulga que la "convocatoria de la plaza será comunicada al Consejo de Universidades para su difusión". Pero nada de eso ocurre. “El problema es que la universidad es una organización gremial anterior al Estado de derecho y sigue sus propias reglas”, critica Del Valle. El rector de la Complutense, Carlos Andradas, presidente también de Asuntos Académicos en la Conferencia española de rectores (CRUE), reconoce sin circunloquios que la información entre los campus no fluye o lo hace "a medias".
Hasta 1983 se convocaba una única oposición en España y quien más puntos lograba elegía destino. Ese año se descentralizó el proceso con la RLU y cada universidad convoca las suyas. En 2001, la LOU volvió a unificar las oposiciones, pero el boicot de los campus fue tal —consideraban que atentaba contra su autonomía universitaria— que decayó en 2007. Hoy para presentarse a una plaza hay que estar acreditado por la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA) o por las agencias autonómicas (si no es puesto de funcionario), y quien la otorga es una comisión de la universidad que designa a los miembros externos (colegas de otras universidades). Este sistema también ha dado lugar a otra de las expresiones más conocidas en los campus, el hoy por ti, mañana por mí, que hace referencia a que un profesor externo apoya al candidato que le dicen y luego le devuelven el favor cuando el tribunal es en su universidad.
Jordi Caballé estudió Económicas en la Universidad de Barcelona, se doctoró en la de Pensilvania y fue fichado hace 25 años en el mercado americano como profesor de la Autónoma de Barcelona. Como en Estados Unidos, la Asociación Española de Economía organiza desde 1995 también un mercado en el que las facultades ofertan plazas sin compromiso de permanencia y los candidatos se postulan. “Mi departamento, de Economía, en 25 años no ha contratado a nadie que haya hecho allí la tesis. Se necesita que venga gente nueva que aporte nuevas técnicas. Exportamos e importamos”, opina Caballé. “Si te quedas con tu director, aparte de otras servidumbres, la calidad de tu tesis será peor porque no tienes incentivos”, sostiene. Las facultades de Económicas de la Pompeu Fabra, Barcelona, Carlos III o Alicante tampoco contratan a sus propios doctores.
Para crear el repositorio el ministerio de Pedro Duque necesita que los campus públicos —no incluirá los privados— manden las convocatorias. "En principio a nosotros nos parece bien todo lo que sea facilitar la información, pero lo que pedimos es que esto no ralentice el proceso", explica Carlos Andradas. "Lo que queremos es que se replique de forma automática la convocatoria de cada web universitaria", reclama el rector de la Complutense.
A Irene Valle, doctoranda de la Asamblea de Jóvenes Investigadores de la Universidad de Granada, la medida de Duque le deja fría: “Me parece bien, pero así no se arregla que haya gente investigando gratis o cobrando 500 euros por dar clase”. Aunque termina diciendo con ironía: “Pero vamos sí, esto frena algo la endogamia. Se van a llenar los juzgados de denuncias, diciendo: el concurso debería haberlo ganado yo”. Por eso la Federación de Jóvenes Investigadoras reclama en su decálogo de peticiones una base de datos común en la que se puedan dejar los currículos y se publiquen los baremos y las puntuaciones de todos los candidatos desglosados, además, por apartados.
Herramientas europeas infrautilizadas
El Código de Conducta de Contratación de Investigadores de la Comisión Europea exige lo contrario que suele ocurrir en España, que los anuncios de plazas "no presenten un perfil tan especializado que desanime a posibles candidatos". Además, los avisos deben pormenorizar las condiciones y los derechos laborales, así como las perspectivas de desarrollo profesional. La Comisión Europea acredita también con el sello Human Resources Strategy for Rechearchers (HRS4R) la política de recursos humanos transparente.
Luis Sanz-Menéndez, autor de diversas investigaciones sobre la endogamia, cree que "si no traduces al inglés el anuncio, excluyes ya a los extranjeros". Estos, por otro lado, deben de estar acreditados por la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA) para la mayoría de las plazas.
En 2012 la Comisión Europea creó además el Portal Europeo para la Movilidad de los Investigadores Euraxess, en el que se cruzan convocatorias de plazas de investigación, pero en España apenas se utiliza. Hay inscritas 104 entidades de este país, casi todas catalanas y no todas de titularidad pública. "Euraxess funciona muy bien en países pequeños como Holanda o los escandinavos, donde no es determinante la proximidad social y cognitiva. Donde uno no te elige porque te conozca o sepa del tema en el que trabajas", sostiene Sanz-Menéndez.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.