“El Papa está en el núcleo del problema de la pederastia”
François Devaux preside la asociación Parole Liberée que acabó con el silencio sobre los casos de pederastia de la Iglesia francesa
La voz de François Devaux suena cansada a través del teléfono. Y desanimada pese a que la organización que preside, Parole Liberée (Palabra Liberada), parece estar más cerca que nunca de sus metas. Constituida en 2015 por víctimas de pederastia del cura Bernard Preynat, capellán de un grupo scout religioso de Lyon acusado de haber abusado de unos 70 menores entre 1970 y 1991, esta asociación ha logrado, en apenas tres años, que la Iglesia no haya podido seguir ocultando los casos de pederastia, como hizo durante décadas. Pero no lo anima siquiera el inicio en Orleans de otro juicio por abusos en el que un obispo está inculpado por haber acallado abusos de uno de sus subordinados. Este proceso podría dar pistas sobre qué pasará cuando en enero, a instancias de Parole Liberée, se siente en el banquillo uno de los religiosos más influyentes de Francia, el cardenal de Lyon, Philippe Barbarin.
En el centro de su desánimo está lo que considera una falta de interés real de la Iglesia católica, desde su rama francesa al propio Vaticano, por atacar de raíz el problema de la pederastia. Es lo que le ha llevado a rechazar la invitación para participar este sábado en la reunión sobre pederastia que celebrará la Conferencia de Obispos de Francia en el marco de su asamblea anual en Lourdes.
"Me parece más una operación de comunicación que otra cosa. No han preparado para nada ese encuentro, les mandé muchas preguntas sobre cómo se iba a organizar y no recibí ninguna respuesta y me di cuenta de que en el fondo abordan esta cuestión con un amateurismo que bordea la falta de respeto ante la gravedad y amplitud de los hechos denunciados", explica. "No me parece que estén con ánimos de erradicar este flagelo e implantar medidas que lleven a reformas. Así que no voy a perder el tiempo en eso".
Parole Liberée envió hace algo más de un año un informe con numerosas propuestas para mejorar la respuesta de la Iglesia ante casos de pederastia. Desde crear un fondo de indemnización a las víctimas a reclamar al Vaticano que levante "de manera sistemática" la prescripción de los casos de abusos contra menores o, también, que los expedientes de curas pederastas no sean llevados por religiosos próximos a los acusados. Hasta ahora, lamenta Delvaux, no ha habido ni una sola reacción. "Hay mucho por hacer, pero ninguna respuesta. Y mientras no estén dispuestos a implementar esas reformas, no podemos esperar mucho más", advierte.
Aunque está satisfecho de que, finalmente, el cardenal Barbarin se vaya a sentar, a partir de enero, en el banquillo de los acusados por haber ocultado durante años los abusos de Preynat, se siente dolido por la reacción del Vaticano. La Santa Sede impidió hace unas semanas que el cardenal español Luis Francisco Ladaria Ferrer, prefecto de la Congregación de la Doctrina de la Fe, tuviera que comparecer ante la justicia francesa por el caso Barbarin. De acuerdo con la instrucción del caso, Barbarin consultó a Ladaria en 2015 qué hacer ante las denuncias de pederastia contra Preynat, y este le pidió "evitar todo escándalo público" a la hora de tratar los casos. Para Devaux, se trata de un "uso abusivo de la inmunidad diplomática" de Ladaria. Y una muestra, apostilla, de lo que considera la responsabilidad directa del papa Francisco.
"Para mí no hay duda sobre la responsabilidad, por no decir la culpabilidad, del Papa, que está perfectamente al corriente de la amplitud de este flagelo pero que hace como que no tiene información", sostiene. Según Devaux, Francisco "solo actúa por reacción y coacción, después de una presión de la opinión pública, a pesar de que está totalmente al tanto de la problemática". De hecho, recuerda, "es él el que instaló la comisión de protección de menores, que presentó un informe que el Papa ni siquiera ha comentado". "No me cabe duda su responsabilidad y culpabilidad, creo que está en el núcleo del problema", lamenta.
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