La Iglesia francesa pide perdón por su “silencio culpable” ante la pederastia
La Conferencia Episcopal se reúne en una jornada de ayuno y oración en el santuario de Lourdes
Los obispos de Francia han pedido este lunes perdón en Lourdes por los casos de pederastia vividos en el seno de la Iglesia católica. Siguen así las directrices del Vaticano, que propuso a todas las conferencias episcopales escenificar un mea culpa anual. El caso del cura Bernard Preynat, imputado por la justicia por abusar presuntamente de hasta 70 víctimas, ha avivado el debate en este país. "Tenemos que salir de este silencio culpable", ha dicho el obispo de Puy-en-Velay Luc Crepy en la misa de la mañana.
Lourdes es el lugar habitual en el que se reúne el episcopado francés. La jornada de este lunes está marcada por el ayuno. Terminará con una reunión a puerta cerrada con una de las víctimas. El escándalo se ha avivado en los dos últimos años gracias al trabajo de la asociación La palabra liberada. Los testimonios recabados sobre el caso Preynat han suscitado nuevas revelaciones en diversas diócesis que han puesto en entredicho las buenas palabras de los obispos.
"Sí, tenemos que salir del demasiado largo silencio culpable de la Iglesia y de la sociedad y oír el sufrimiento de las víctimas", ha dicho en la misa el obispo Crepy, según informa desde Lourdes AFP. "Los actos de pederastia, estos crímenes tan graves, destruyen la inocencia y la integridad de los niños y jóvenes".
La Iglesia francesa ha tomado medidas para luchar contra la pederastia. Ha abierto, por ejemplo, un buzón de correo electrónico para recibir testimonios al que ya han llegado un centenar de comentarios, según el propio Crepy, y células locales de escucha. "Pero este es un trabajo a largo plazo", ha explicado el obispo. "Tenemos que seguir trabajando en la prevención, la información y la vigilancia".
La asociación La palabra liberada insiste en considerar, sin embargo, que no hay voluntad real por parte de la jerarquía católica de cambiar las cosas. El caso Preynat, mantenido en sus labores junto a jóvenes a pesar de las denuncias privadas de los chavales y sus familias, puso al cardenal de Lyon, Philippe Barbarin, en el ojo del huracán a principios de año. A pesar de las acusaciones de inacción por las que fue atacado Barbarin, este obtuvo poco después, en mayo, el respaldo del papa Francisco, que le recibió en el Vaticano.
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