Caddy Adzuba: “Se sigue utilizando el cuerpo de la mujer como arma de guerra”
"El galardón demuestra que nuestro trabajo no pasa desapercibido", celebra la congoleña
La llamada de dos amigas españolas la sorprendieron por la mañana. La han telefoneado desde Madrid y Granada. Y Caddy Adzuba, periodista congoleña de 33 años, ha descolgado el móvil en su país natal para saber que este miércoles ha sido elegida premio Príncipe de Asturias de la Concordia 2014. Un galardón que la reconoce como "símbolo" de la lucha contra la violencia que afecta a las mujeres en África; y que ensalza su "valor" para "arriesgar" la vida y trabajar en favor de la paz en la República Democrática del Congo (RDC).
"Desde hace al menos 10 años, venimos denunciando la violencia sexual contra la mujer en nuestra nación. Es cierto que algo se ha mejorado, que los índices de asaltos han bajado. Pero las mujeres continúan siendo violadas y se sigue utilizando su cuerpo como arma de guerra", relata ella misma por teléfono a EL PAÍS. Lo subraya con voz firme desde Bukavu, ciudad de la provincia de Kivu del Sur, al este del país. Allí trabaja actualmente para Radio Okapi, una emisora impulsada por la misión especial desplegada por la ONU para la estabilización de la RDC, en guerra desde mediados de los 90.
Adzuba se describe como una "reportera" de calle, como una periodista que ejerce "sobre el terreno y habla con la gente". Y, precisamente, esa concepción del oficio la llevó a documentar violaciones, mutilaciones, torturas genitales y descuartizamientos —entre otros horribles crímenes cometidos en un conflicto que dura casi 20 años—. Las víctimas se lo contaron con detalle. Pero en la radio nacional de su país, donde trabajaba la década pasada, no le dejaron difundirlo. Así que se marchó, para recabar después en la emisora de Naciones Unidas.
El jurado la reconoce como "símbolo" de la lucha contra la violencia sexual
"Este premio significa un reconocimiento internacional del trabajo hecho para hacer ver qué pasa en nuestro país", insiste esta licenciada en Derecho, la mayor de ocho hermanos. Una mujer que creció en un barrio acomodado de Bukavu y que se convirtió en refugiada en 1996, cuando estalló la guerra y huyó con su familia. "Hemos conseguido que hoy, en el Congo, se hable de que existe la violencia contra la mujer", celebra.
Aunque, para contribuir a ese avance, Adzuba ha recorrido un duro camino. Dos intentos de asesinato, además de amenazas de muerte de grupos militares, le han procurado la protección especial de la ONU. Porque la libertad de expresión y de prensa también han formado parte de su lucha.
Pero las intimidaciones no han hecho mella en su relato. Menos aún, en su mensaje. En el documental PourQuoi? ella narra la historia real de una mujer violada y obligada a comerse a sus hijos durante su cautiverio como esclava sexual. Atropellos a los que quiere poner voz. Lucha para sacarlos a la luz. "Y este premio demuestra que el trabajo que realizamos no pasa desapercibido".
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