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La OMS advierte contra los perjuicios de suspender vuelos o viajes a la zona

El organismo pide a las empresas que no abandonen el área ante la escasez de suministros

Cartel colocado en Monrovia (Liberia) que recuerda el peligro del ébola.
Cartel colocado en Monrovia (Liberia) que recuerda el peligro del ébola.ZOOM DOSSO (AFP)

La Organización Mundial de la Salud no comparte la decisión de las compañías aéreas, las de navegación u otras de suspender los servicios con los países afectados por el brote de ébola (Guinea, Liberia y Sierra Leona, ya que Nigeria tiene otra situación con un brote aparentemente controlado). “A consecuencia de estas decisiones, los países están empezando a sufrir carencia de suministros, incluidos la gasolina, alimentos y otros productos básicos”, afirma la organización en su último comunicado. Por eso anima a las empresas a que tomen sus decisiones “basándose en criterios científicos”, y les recuerda que el virus solo se contrae mediante un contacto directo con los enfermos o sus fluidos, y que el riego en los viajes es muy pequeño. Solo cuando una persona tenga síntomas compatibles con el ébola —que, como se ha visto en los últimos casos sospechosos descartados en España, pueden confundirse con infecciones varias, desde las anginas a la malaria— se aconseja suspender el viaje.

La OMS ha hecho estas advertencias a la vez que ofrecía las últimas cifras del brote: 2.743 casos, de los que han fallecido 1.350. Esto supone un incremento de 233 afectados y 121 fallecidos. Los datos muestran una propagación sostenida del virus. El número total de afectados se duplica alrededor de cada mes, y el aumento en los últimos 10 días ronda el 30%.

Ante este avance se intensifica el interés por los fármacos experimentales que puedan llegar a usarse. EE UU ha negado a Nigeria uno que pedía el país africano, alegando que era un simple pesticida.

Más allá de las moléculas concretas, Oliver Brady, epidemiólogo de la Universidad de Oxford, publica este jueves en Nature un estudio que ilumina los problemas de este abordaje. Según sus cálculos, al menos 30.000 personas deberían tener acceso a los fármacos para la prevención o tratamiento del ébola. Y eso cuando lleguen. Brady explica que ha considerado cuatro grupos de población, de más a menos necesitados, y que, con los datos actuales, ha calculado cuántos deberían ser tratados. El primero de esos colectivos es el de los que ya están infectados y la gente cercana a ellos. El siguiente, el personal sanitario que les trata y los que se encargan del manejo de los cadáveres. A un nivel de necesidad ligeramente inferior están otros trabajadores esenciales para el trabajo de los sanitarios, como el personal de los servicios sociales, funcionarios y los encargados de la logística. Por último, habría que atender a los viajeros enfermos y sus contactos.

El problema es que, normalmente, los fabricantes tienen muy poca cantidad. Por ejemplo, el fabricante del suero que se ensayó con el religioso español Miguel Pajares ha anunciado que ya no le quedan existencias, y solo ha tratado a seis personas.

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