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Detienen a un hombre en Sudáfrica que tuvo 16 años a su familia cautiva en casa

La policía cree que la esposa y los cinco hijos fueron víctimas de torturas y abusos

La policía sudafricana ha detenido a un hombre de 36 años acusado de tener cautivos a su mujer y sus cinco hijos en el domicilio familiar situado en un barrio residencial de la localidad de Springs (Johanesburgo) durante 16 años sin que el vecindario tuviera conocimiento del hecho. Los investigadores apuntan a que los integrantes de la familia fueron víctimas de torturas y abusos. El juez ha decretado el ingreso del padre en  prisión a la espera de que la próxima semana preste una segunda declaración judicial.

Ninguno de los menores estaba actualmente escolarizado, aunque la hija menor acudió “algún tiempo al colegio”. Según la policía, el padre supuestamente sometía a sus familiares a descargas eléctricas y a quemaduras con antorchas y no se descarta que haya violado a alguno de ellos. La casa presentaba un aspecto “sin condiciones higiénicas pero llena de muebles caros” y, según los investigadores, a los menores se les obligaba a dormir en unas sábanas sucias. Ahora, tanto los niños como la madre se encuentran alojados en casa de familiares.

Ninguno de los menores estaba actualmente escolarizado

El asombroso cautiverio salió a la luz después de que uno de los cinco menores, de 11 años de edad, escapara de la casa para pedir ayuda a sus vecinos de la urbanización, de clase media alta, al este de Johanesburgo. Estos devolvieron al menor a su casa, que mostraba hematomas y sangraba y posteriormente denunciaron el caso a las autoridades debido al mal estado del niño.

Según fuentes de la investigación, posteriormente el padre intentó ahogar al niño en la piscina y después lo dejó atado y escondido bajo una manta en una buhardilla. Pero los vecinos también habían denunciado el caso a la policía, que se presentó en casa del ahora detenido. El hombre, ante el interrogatorio de las autoridades, aseguró “consternado” que su hijo se había fugado otra vez. Los agentes no creyeron su versión y, aunque registraron la casa no encontraron al muchacho porque lo había escondido en un lugar de difícil acceso. La policía, ante la sospecha de que no se trataba de una travesura infantil, activó el protocolo para localizarlo. El padre se apresuró a trasladar al niño a un centenar de kilómetros al sur, con unos familiares, a quienes les explicó que la hermana mayor, de 16 años, había golpeado al niño. La madre finalmente confesó a la policía que era víctima de un secuestro familiar en el interior de la casa.

El supuesto maltratador compareció el miércoles ante un tribunal de Springs, que decretó su detención en dependencias policiales, a la espera de que la próxima semana el juez decida si le concede la libertad provisional. En el exterior de los juzgados, miembros de las asociaciones en favor de los derechos humanos que ayudaron a buscar al menor exhibieron pancartas rechazando los abusos infantiles y calificando al acusado de “monstruo”. Mientras, su abogado defensor acusó a la policía de negligencia en la investigación.

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