La mexicana acusada de homicidio tras denunciar violación saldrá de la cárcel
La joven que denunció violación y fue acusada del homicidio de su agresor, deja la prisión con exceso de legítima defensa
Tras más de cincuenta días de encierro, Yakiri (Ciudad de México, 1993) se encuentra a un paso de volver a casa. En diciembre pasado un juez dictó auto de formal prisión contra ella por homicidio calificado. La joven había pedido auxilio a una patrulla de la policía días antes en la calle. Con la ropa rasgada y múltiples hematomas en el cuerpo –fotografías que se extraviaron y no formaron parte del expediente- fue trasladada a una comisaría para denunciar que dos hombres la habían llevado por la fuerza hasta un hotel, donde la violaron. Según su versión, en el forcejeo, ella hirió en el cuello a uno de ellos, Miguel, con un cuchillo. Horas después, el hombre, de 37 años, apareció muerto en su casa y su hermano Omar, el otro agresor, la acusó de asesinato. Aquella noche en la comisaría nadie creyó a Yakiri. Nadie le dio retrovirales ni le practicaron exámenes ginecológicos concluyentes. Tampoco le dijeron en ningún momento que estaba en calidad de detenida.
Este lunes, finalmente, la quinta sala penal del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal resolvió la apelación de la defensa de Yakiri y reclasificó el delito en un homicidio con exceso de legítima defensa, lo que permitirá salir de la cárcel a la joven tras el pago de una fianza.
Al otro lado del teléfono, la familia de Rubí, como la llaman quienes la conocían ya antes del suceso, celebra su vuelta. Abandonar la prisión era el paso prioritario, pero la batalla legal no se acaba aquí. Yakiri tendrá todavía un proceso, pero en otros términos. A partir de ahora será un juez de paz penal el que lleve el caso. El actual, Santiago Ávila, ha debido declararse incompetente. "El juez ordinario no puede conocer de delitos no graves”, explica el abogado Jesús Robles Maloof, quien ha seguido el expediente desde el primer día.
Para el defensor la resolución es “una salida tibia y nada reconfortante”. “Desde el punto de vista de la víctima, debemos celebrar que esté en libertad, porque no podemos perpetuar su sufrimiento, pero desde el punto de vista de acceso a la justicia es una solución insatisfactoria. El poder judicial y las diferentes instancias están para revisar los actos, pero no es eso lo que ha ocurrido en los últimos meses, sino que hemos visto que en los casos de orden político el poder judicial y gubernamental se alían y los errores no se corrigen. Debieron retirar los cargos”, concluye. Robles Maloof explica que la aplicación del exceso de legítima defensa en este caso no es acertado. "El exceso se refiere a que el acto de violación es menor al de la muerte. La legítima defensa contempla una acción similar a la del daño causado. Esto es: violación u otra agresión. En este caso, una interpretación así es irracional".
A primera hora del martes está previsto que se comunique el monto total para la fianza. Después, Yakiri podrá salir del penal de Tepepan, al sur de la gran urbe, para probar de nuevo la comida de su madre, Marina. Segura de sí misma, hace apenas dos semanas, durante una entrevista en la prisión, la muchacha daba una lección de madurez. “Estoy viva,a sí que tengo que agradecerlo. Yo también aprendí de todo esto. Lo que vale la familia, un peso, la comida y por supuesto, la libertad”.
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