La ESA lanza con éxito el telescopio espacial Gaia
El lanzamiento, a bordo de un cohete ruso Soyuz, se ha producido a las 10.12 de esta mañana Sus datos permitirán hacer un mapa tridimensional de la galaxia con más de mil millones de estrellas
A las 6.12 hora local, con las primeras luces del amanecer en Guayana francesa (las 10.12 hora peninsular española), ha partido al espacio el gran telescopio europeo Gaia, en un cohete Soyuz. Tiene que viajar un millón y medio de kilómetros antes de llegar, dentro de un mes, al lugar donde trabajará durante cinco años. 41 minutos después del despegue, se separó el telescopio de la última etapa del cohete. “Ahora Gaia esta en nuestras manos”, declaró muy satisfecho el astrónomo español Álvaro Gimenez, responsable del programa científico de la Agencia Europea del Espacio (ESA), en base espacial de Kourou (Guayana Francesa). El momento de la verdad durante esta primera fase del viaje del Gaia ha sido, menos de dos horas después de la partida, el despliegue del gran parasol de 10,4 metros de diámetro, que era imprescindible que se abriera como una flor y se quedara completamente plano, sin arrugas, para proteger al telescopio de la radiación solar. La operación se ha realizado automáticamente a la perfección y a la primera, han destacado los expertos de la ESA.
El nuevo telescopio medirá la distancia, posición y desplazamiento de mil millones de estrellas en la Vía Lactea para poder realizar un mapa tridimensional de la galaxia. Los científicos podrán investigar así su origen, estructura y evolución. Gaia descubrirá también un gran número de otros objetos celestes, como planetas extrasolares, supernovas y nuevos asteroides.
“Gaia es un telescopio para el futuro, llevará la astrometría a otra dimensión”, señaló Eric Béranger, responsable de satélites de Astrium, la empresa que ha liderado la construcción de Gaia, en la que han participado medio centenar de compañías del sector, la mayoría europeas (incluidas nueve españolas), pero también estadounidenses. “Gaia tiene el mayor plano focal que se ha construido para un telescopio espacial, es cien veces mayor que el de una cámara de fotos avanzada”, puntualizó. El plano focal esta integrado por 106 CCD que suman mil millones de píxeles.
La misión empieza ahora, dijo Giménez, recalcando que en cuanto el telescopio esté operátivo se empezarán a recibir cantidades inmensas de datos astronómicos. Tal es el volumen de información que se espera recibir, que una parte esencial del trabajo previo de los investigadores ha sido preparar toda la red de proceso y almacenamiento de datos, integrada por seis centros, uno de ellos en Barcelona.
Arianespace, la empresa europea responsable del lanzamiento, comercializa los Soyuz rusos, un tipo de cohete de gran fiabilidad (son ya 1.812 lanzamientos en la historia de este cohete) para cargas medias, como es el Gaia, un satélite de algo más de dos toneladas. La operación de lanzamientos se ha realizado desde el centro de control de Soyuz, cerca de la plataforma de estos cohetes, en cooperación con los responsables de la misión, en la sala Júpiter de la Base de Kourou, a unos 20 kilómetros de la plataforma de Soyuz. El de Gaia ha sido el sexto lanzamiento de Soyuz desde Kourou.
El telescopio funcionará en el espacio durante cinco años. “La misión precursora de Gaia fue Hipparcos, que midió 120.000 estrellas y su resolución era tal que habría podido ver un hombre en el suelo de la luna; pero Gaia, con la tecnología más avanzada, sería capaz de distinguir una moneda de un euro en la superficie del satélite natural de la Tierra”, explicó Giménez antes del lanzamiento, señalando que la mayor precisión ahora conducirá a descubrimientos. Además, el nuevo telescopio verá con esas altas prestaciones a muchísima más distancia que los observatorios anteriores equivalentes. “Queremos entender y explorar el universo, queremos adquirir conocimientos”, resumió Giménez el objetivo fundamental de Gaia. Y con las comparaciones de precisión a cuestas, los responsables de Astrium explican que Gaia seria capaz de identificar un pelo a 700 kilómetros de distancia.
El lugar de trabajo de Gaia es Lagrange 2, un punto en el espacio de equilibrio gravitatorio en dirección contraria al Sol donde el telescopio evitará el calor y la luz de la estrella, de nuestro planeta y de la Luna. El gran parasol, desarrollado y construido en España por la empresa Sener, y que se ha convertido en emblema de Gaia, cumplirá este papel de protector garantizando una gran estabilidad térmica del telescopio, que funcionará a 170 grados bajo cero. Gaia es un cilindro de 3,8 metros de diámetro y 4,4 metros de alto, además del parasol, que incorpora paneles solares en la parte trasera.
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