¿Cómo se conceden las becas?

El programa Erasmus, creado en el curso 1987-1988, funciona de la siguiente manera. La Comisión Europea reparte los fondos (unos 450 millones de euros anuales) en función de los estudiantes y profesores universitarios que tiene cada país, el coste de la vida y el éxito del programa de años anteriores. En cada Estado, una agencia decide si se dan menos becas pero más cuantiosas (por ejemplo, Italia o Francia) o más becas para más estudiantes, pero de menos dinero. Así lo hace España, que, con más de 39.000 becarios, es el que más Erasmus envía.

El número de estudiantes que hay en cada país depende de los convenios bilaterales que firman las universidades: una titulación de un campus busca y acuerda con las homólogas de otros países a la que enviar y de donde recibir Erasmus. En España, evidentemente, hay muchísimos convenios: por eso está entre los que más manda y acoge.

Los alumnos solicitan en su universidad un Erasmus entre las posibilidades que los convenios le ofrecen. Si hay más solicitudes que plazas, se selecciona en función del “expediente académico, el nivel de conocimiento del idioma de estudio en destino, el currículum vitae y, adicionalmente, si es necesario, requisitos específicos que pueden fijar los centros y que pueden incluir distintas pruebas”, explican desde la Universidad Complutense.

Los alumnos pueden hacer un Erasmus para estudiar durante unos meses en otro país, pero también para hacer prácticas. Esta última modalidad es de las más extendidas para los alumnos de FP de grado superior y escuelas superiores de arte, que también pueden participar en el programa Erasmus. El modo de participación y de selección de estudiantes es similar al de la universidad.