La inesperada lucha judicial de una pareja gay para casarse en Francia
Un convenio entre París y Rabat veta el matrimonio de marroquíes con personas del mismo sexo El folletín judicial de los novios es seguido paso a paso por la prensa francesa y marroquí
¿Se casarán Dominique, de 56 años, y Mohamed, de 22? Dominique es francés y Mohamed marroquí y ambos residentes en Francia cuya Asamblea Nacional (Parlamento) votó en abril el matrimonio gay. Aun así no es seguro que puedan contraer matrimonio. La nacionalidad de Mohamed lo dificulta y podría hasta impedirlo. Francia y Marruecos siguen paso a paso el folletín judicial de esta pareja.
Los novios tenían previsto contraer matrimonio el 14 de septiembre en el ayuntamiento de Jacob-Bellecombette, un pueblo de la región montañosa de Saboya. Dos días antes la fiscalía de Chambéry, la ciudad más cercana, se lo prohibió. Argumentó que “los convenios internacionales priman sobre el código civil y la ley [del matrimonio gay]”. Así lo estipula el artículo 55 de la Constitución francesa, recalcó.
El convenio civil al que alude es el que suscribió París con Rabat en 1981 que ya veda el matrimonio de marroquíes con personas del mismo sexo aunque residan en Francia. París tiene firmados acuerdos similares con otros diez países (Argelia, Túnez, Camboya, Polonia, Eslovenia, Kosovo, Montenegro, Serbia etcétera) y se sabe de al menos un camboyano al que el ayuntamiento le denegó el matrimonio con un francés.
La ministra de Justicia, Christiane Taubira, quiso dejar claro que pese a la nueva ley los convenios bilaterales seguían vigentes. El Gobierno francés no tenía intención de renegociarlos para adaptarlos a los nuevos tiempos. A finales de mayo envió una circular recordando a los fiscales la validez de esos textos. Las asociaciones de defensa de los gay como SOS Homofobia lamentaron la distribución de una circular “discriminatoria”.
Dominique y Mohamed no se dieron por vencidos. Recurrieron el veto del ministerio público a su unión y, el 11 de octubre, un tribunal de Chambéry les dio la razón. La ley sobre el matrimonio gay, explican los jueces, ha “modificado implícitamente” las relaciones jurídicas internacionales de Francia. Queda así justificado “desprenderse del artículo 5 del convenio franco-marroquí” que veta el matrimonio homosexual.
“Se trata de una decisión histórica que creará jurisprudencia y pondrá de verdad el matrimonio al alcance de todos los homosexuales”, se alegró Didier Besson, el abogado de la pareja gay ante las cámaras de la televisión. Su regocijo fue de corta duración. La fiscalía anunció el pasado martes que recurría el fallo del tribunal. Al enterarse de la noticia el letrado reaccionó afirmando que sus clientes padecen “una persecución judicial”.
Los convenios que Francia ratificó con algunas de sus antiguas colonias, como Marruecos, Túnez y Argelia, también prohíben el matrimonio de un musulmán con un no musulmán, pero, sin embargo, este artículo no se aplica.
Algo parecido es “inimaginable” en España, asegura Iván Jiménez-Aybar, profesor derecho de la Universidad Autónoma de Barcelona. “Tanto el artículo 14 de la Constitución –que rechaza la discriminación por razón de nacimiento o religión- como el Convenio europeo de derechos humanos, ratificado por España, lo impiden”, añade. “Otras cosa es que tal matrimonio no sería reconocido por Marruecos”.
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