_
_
_
_

El FBI detiene al administrador de Silk Road, el eBay de las drogas

Más de 150.000 usuarios comerciaban impunemente con estupefacientes en la web desde 2011 Las ventas mensuales en el sitio rondaban el millón de euros

Aspecto que presentaba la web 'Silk Road' este miércoles
Aspecto que presentaba la web 'Silk Road' este miércoles

Después de casi tres años operando con total impunidad, las autoridades estadounidenses han conseguido cerrar la página web y encontrar al presunto administrador de Silk Road (ruta de la seda, en su traducción del inglés), una web con una estructura parecida a eBay en la que más de 150.000 internautas han estado comerciando con estupefacientes de todo tipo desde febrero de 2011.

Nadie sabía quién estaba detrás de Dread Pirate Roberts, el apodo con el que escondía su verdadera identidad Ross William Ulbricht, un estadounidense de 29 años que ha sido detenido este miércoles en San Francisco en una operación conjunta entre la fiscalía, el FBI y la policía, según informa la agencia AFP.

En la Red y en los medios de comunicación se ha estado especulando durante todo este tiempo sobre la verdadera identidad del administrador de Silk Road, que mantenía el anonimato gracias a que la página funciona solo con un navegador que no permite rastrear las direcciones IP y a que los pagos se efectuaban en bitcoins, una moneda virtual, encriptada e independiente de cualquier regulador.

El administrador del sitio se ha estado embolsando durante estos años comisiones de entre un 6% y el 10% de cada venta que se hacía a través de la página, llegando a ingresar cerca de un millón de dólares anuales (822.000 euros), según un estudio llevado a cabo por la universidad Carneggie Mellon de Pittsburg (EE. UU). Los agentes han incautado a Ulbricht bitcoins por valor de 3.6 millones de dólares (2,6 millones de euros), la mayor incautación de esta divisa hasta la fecha.

El FBI, en su escrito, acusa a Ulbricht de tráfico de estupefacientes, piratería informática y lavado de dinero, pero también de pagar 150.000 dólares (110.000 euros) a un usuario de Silk Road para que asesinara a otro internauta que amenazaba con revelar los datos de todos los miembros de la página. El FBI no ha logrado, sin embargo, determinar si realmente el crimen se consumó ya que en los registros de la zona en la que debía llevarse a cabo no figura registrado ningún asesinato.

Para dar con la identidad de Ulbricht, los agentes rastrearon la red en busca de mensajes o publicaciones en las que se promocionara el estreno de la página. Después de escudriñar cientos de conversaciones en foros sobre drogas, encontraron a un usuario que publicitaba un nuevo sitio en el que se podía comprar y vender estupefacientes escapando de las autoridades. Los agentes encontraron entonces una dirección de Gmail con el mismo nombre de usuario, llamado Altoid, y después comprobaron que había estado registrado por Ulbricht. A partir de ese momento iniciaron un seguimiento al sospechoso y constataron que vivía en San Francisco con otro nombre y que recibía a menudo en su domicilio documentos de identidad falsos.

Ha costado casi tres años encontrar la manera de acabar con Silk Road, después de que numerosos medios de comunicación informaran del fenómeno durante todo este tiempo (incluido EL PAÍS, que intentó contactar sin éxito con el administrador hace unos meses) y que incluso un senador estadounidense pidiera su cierre en 2011. Parecía que la web estaba diseñada perfectamente para que nunca se pudiera acabar con ella. Finalmente, este miércoles ha aparecido el logotipo del FBI en el portal de Silk Road.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_