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BIENESTAR

La margarina (no) es plástico y otros bulos en Internet

Hay mentiras en Internet que sobreviven al paso del tiempo. El tema no es nuevo, pero sí recurrente. Cada cierto tiempo resurgen o se inventan nuevas. ¿Cómo detectarlas?

Alejandra Agudo
Uno de los 'hoax' más antiguos advierte (falsamente) que la margarina es casi plástico.
Uno de los 'hoax' más antiguos advierte (falsamente) que la margarina es casi plástico.GETTY

Un familiar, un amigo o compañero de trabajo que se quiere hacer el interesante (siempre los hay) y dice: “En casa comemos mantequilla mejor que margarina, que solo le falta una molécula para ser plástico”. Esto es falso. Es un uno de los bulos más antiguos que circulan por Internet (conocidos por su nombre en inglés, hoax), pero todavía sigue saltando de correo en correo, de boca en boca, y ahora también, de muro en muro en las redes sociales. Como Phileas Fog dan la vuelta al mundo, pero mucho más rápido que el viajero de la obra de Julio Verne. Lo hacen además varias veces y durante muchos años. Casi imparables. Tranquilidad. Consumir margarina no pone en peligro su salud, tampoco utilizar lentillas mientras cocina (no se derretirán) y la leche caducada no regresa a la fábrica para ser repasteurizada.

Pese a los artículos, advertencias y la larga existencia de los bulos o hoax, algunos llevan más de una década circulando por la Red, un estudio de la Asociación de Internautas publicado a finales de 2012, revela que el 97,29% de los internautas ha recibido uno de estos bulos --una cadena de email, de autoría anónima, con información alarmista sobre un servicio o producto con la petición de ser reenviado--. Estos correos suelen tratar de temas relacionados con la salud y alimentación (32,5%), la tecnología (13%) y la economía (11%), especifica el documento.

Algunos bulos ‘históricos’:

1. La margarina es casi plástico.

2. Las cápsulas de café de aluminio (Nespresso) son cancerígenas. La OCU realizó un artículo para desmentirlo. "Todo mentira, por supuesto", advertían.

3. La leche caducada vuelve a la fábrica para someterse a un tratamiento térmico una y otra vez. Aunque recientemente Grecia ha aprobado la venta de productos caducados, la información que afirma que la leche caducada vuelve a la fábrica para ser repasteurizada y el código del envase indica cuántas veces ha pasado por este proceso, es falsa.

4. El aceite usado en la cocina es contaminante y hay que echarlo al contenedor amarillo (para plásticos y envases).

5. El zumo de limón con bicarbonato es una quimioterapia natural. Pese a los beneficios de los cítricos, curar el cáncer no está ente ellos. Solo un médico puede diagnosticar y decidir un tratamiento adecuado para tan grave enfermedad.

6. El de las latas de refrescos y la orina de ratas es un clásico. Algunos cazadores de bulos lo fechan en el año 2000. Según la historia (falsa), un joven brasileño cayó al suelo fulminado por sufrir leptospirosis, enfermedad producida por la orina de las ratas, después de beber de una lata "que se guardan en almacenes infectados por roedores", alerta el correo.

7. Las sopas de sobre son malas para la salud porque contienen glutamato monosódico. Es falso. Así se lo hacía saber la Agencia Catalana de Seguridad Alimentaria a un ciudadano preocupado: "En relación con su consulta sobre este correo electrónico que circula por Internet, le informamos que el mensaje que contiene es totalmente falso y engañoso".

8. Bill Gates comparte su fortuna. Puede que lo haga de otras maneras, pero no lo hará porque reenviemos el correo con este asunto en el que dice que el millonario donará 245 dólares por cada reenvío.

El informe confirma además que el 34,5% de los internautas recibió más de 15 e-mails con bulos en el último año, el 22% más de 10 y el 23% entre 1 y 5. Esto significa que, aun con dudas sobre la veracidad de su contenido (el 88% afirma no creerlo), los hoax son reenviados. “Es la tercera vez que hacemos el estudio y los resultados son similares. Aunque hemos detectado que cada vez hay más bulos sobre enfermedades”, afirma Victor Domingo, presidente de la Asociación de Internautas quien subraya que ante la duda “no reenviar”.

También en Internet han surgido iniciativas para frenar el interminable y a veces dañino (para las empresas o las personas) periplo de los bulos. Algunas de estas acciones informativas parten de compañías que han visto dañada su imagen o la de algunos de sus productos. Así, la multinacional Unilever, productora de varias marcas de margarina abrió una página web para desmentir hasta 18 falsedades sobre este producto que circulan por Internet, entre ellas esa que dice que es casi plástico. Los desmentidos son un clásico ya en algunas empresas y otras ya ni siquiera le prestan atención a los bulos que se vierten sobre ellas.

Pero la lucha contra los hoax no es exclusiva de las compañías. Internautas particulares como Alberto García, dominicano residente en Canadá, han iniciado su batalla personal contra estas mentiras en la Red. Tras sufrir una estafa piramidal en Internet, García se propuso “desenmascarar engaños”. Uno de ellos, el de la margarina. En su opinión, la mayoría son creados “por personas por diversión. Les gusta ver cómo una mentira se vuelve viral”. Aunque en sus pesquisas ha encontrado también correos que pretenden propagar virus o hacerse con direcciones para enviar después publicidad. Abundan en Internet, páginas y perfiles en redes sociales dedicados a desenmascarar bulos.

En los casos en los que se perjudica directamente un producto o marca, el presidente de la Asociación de Internautas señala que “suele haber fraude, competencia desleal” entre compañías. Los bulos sobre enfermedades esconden, sin embargo, finalidades más retorcidas. Unos de los hoax que circula por las redes sociales, activo desde 2003, alerta sobre la enfermedad de Paget, un tipo de cáncer de mama. Para buscar espectacularidad cuenta la historia personal de una mujer “que falleció el lunes pasado” y acompaña la información con una fotografía retocada muy desagradable en la que se han superpuesto imágenes de larvas animales sobre un seno. La información es parcialmente cierta, pero quien la ofrece originariamente es en realidad un perfil de Facebook en el que se pueden encontrar enlaces para instalar, por ejemplo, Whatsapp en el ordenador. En realidad es un virus.

“Generalmente, este envío masivo de información no persigue fines económicos ni fraudulentos. En origen, la intencionalidad del autor está en generar un impacto social que se alcanza al transmitir noticias o comentarios falsos que pueden repercutir o generar algún tipo de polémica entre los destinatarios. No obstante, en casos concretos, los creadores pueden fijarse como objetivo la captación de direcciones de correo electrónico para el envío de spam, phishing, virus, códigos maliciosos o en general realizar cualquier otro intento de fraude regulado en el propio Código Penal”, indica el Instituto Nacional de Tecnologías de la Comunicación (Inteco).

Aunque la difusión de la mayoría de estas mentiras virtuales no supone un delito, puede hacer daño a las personas que las reciben si el mensaje finalmente acaba calando. Uno de los temas preferidos para engañar es la salud, porque apela a la sensibilidad de las personas para lograr que lo reenvíen “y no todo el mundo tiene un criterio para discernir que son falsedades”, previene Domingo. Por increíble que parezca perdura en la Red una peligrosa mentira sobre un remedio casero para el cáncer. No, el zumo de limón con bicarbonato no es una quimio “natural”, como afirma este hoax, que también está muy presente en Facebook.

El equipo de la página Redes Sociales Sin Mentiras, dedicada a identificar e investigar los contenidos de correos susceptibles de ser bulo, considera que la mentira de la receta contra el cáncer es “una de las más peligrosas pone en peligro la salud”. Lo cierto es que no hay estudios, evidencia científica, artículos, ni médicos que avalen la información. Solo un correo electrónico sin autor que llega de parte de un primo, un vecino o una amiga.

Pero cuidado, porque también hay invenciones que pueden afectar al medio ambiente. ¿Qué interés puede tener confundir a los consumidores para que tiren el aceite de la fritura en el contenedor amarillo, para plásticos y envases? Pues este bulo existe desde hace mucho tiempo. Alerta de que derramar una cantidad mínima de aceite usado para cocinar puede contaminar millones de litros de agua y aconseja dejarlo enfriar para depositarlo en el contenedor amarillo. Aunque parte de una premisa cierta (el aceite usado contamina el agua), lo correcto es reciclarlo llevándolo al punto limpio de recogida de aceites. En 2008, la Consejería de Medio Ambiente y Desarrollo Rural del Principado y el Consorcio para la Gestión de Residuos Sólidos de Asturias (Cogersa), tuvieron que desmentir "que el aceite vegetal usado para cocinar en los domicilios o restaurantes pueda arrojarse al contenedor amarillo dentro de envases de plástico vacíos y cerrados, tal y como se está difundiendo masivamente a través de un correo electrónico de contenido engañoso. El contenedor amarillo sólo debe usarse para envases ligeros vacíos". El comunicado sigue colgado en su web.

Al final, tanta mentira acaba por absorber las verdades, que también las hay. Una simple búsqueda en la propia Red, en fuentes fiables de información, puede sacar de dudas.

Detecte el 'hoax':

El Instituto Nacional de Tecnologías de la Comunicación (Inteco) indica cómo discernir si esa información tan interesante que ha llegado a su correo electrónico es un bulo:

• No están personalizados ni se identifica a la persona emisora. Suele ser enviado por un contacto de confianza que ha sido víctima del engaño.

• Solicitan el reenvío a otros contactos.

• Se caracterizan por contener frases amenazantes si el destinatario no cumple con lo que se le solicita.

• Pueden ofrecer regalos falsos, donaciones a instituciones o cualquier otro beneficio para incitar al destinatario a reenviar el mensaje.

• Su contenido muestra errores ortográficos y gramaticales.

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Sobre la firma

Alejandra Agudo
Reportera de EL PAÍS especializada en desarrollo sostenible (derechos de las mujeres y pobreza extrema), ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Miembro de la Junta Directiva de Reporteros Sin Fronteras. Antes trabajó en la radio, revistas de información local, económica y el Tercer Sector. Licenciada en periodismo por la UCM

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