¿Navegar el parque nacional de Monfragüe? ¡No!
Basta un paseo en barca para interferir gravemente en la lenta reproducción de las grandes aves que allí nidifican
El Presidente del Patronato de Monfragüe pretende que se pueda navegar por el río Tajo a su paso por el Parque Nacional. Busca que este espacio deje dinero. Pero basta un paseo en barca, por esta zona del río, para interferir gravemente en la lenta reproducción de las grandes aves que allí nidifican. Las más peculiares, tímidas y esquivas.
Las características excepcionales, en ocasiones únicas en el mundo, que definen la avifauna en peligro de extinción del entorno del Río Tajo, a su paso por el extremeño Parque Nacional de Monfragüe, están bien contrastadas, justificadas y reconocidas por especialistas, investigadores, ornitólogos y ecólogos nacionales e internacionales, como para dudar lo más mínimo de esta peculiaridad.
Lo cierto es que desde el inicio de los tiempos este tramo del río Tajo –escasamente poblado por diversas razones, como la frontera que representa el propio río, la escasa productividad del suelo y la difícil topografía de sus riberas– se ha mantenido sin carreteras y sin caminos, aislado del resto del territorio por dos sierras paralelas que encajan el curso del río.
Esto hace a Monfragüe un ecosistema excepcional, no por el embalse de Torrejón, como dicen algunos, sino a pesar de él. El embalse corta por la mitad al Parque Nacional, hace un efecto frontera para la fauna terrestre y no le permite tener riberas fluviales por las fuertes oscilaciones de nivel. Si no existiera el embalse, tendríamos el mejor ecosistema fluvial del Mundo, con un río Tajo 40 ó 50 metros por debajo del nivel actual, de 30 kilómetros de largo y mil hectáreas de superficie. Es decir, un incremento notable en la capacidad de acogida de nuestra sensible fauna en riberas, cantiles y bosques, en el corazón del Parque.
Por tanto, en un mundo antropizado, Monfragüe representa una isla cuasi natural separada del resto de España, cual “arca de Noé”, donde sobreviven las especies más sensibles a la presencia humana. Por poner un solo ejemplo: 300 parejas reproductoras de buitres negros dependen de que el rio Tajo conserve su intimidad.
Sirve esto para justificar que el Plan de Uso y Gestión del Parque Nacional de Monfragüe recoja, con total claridad, la prohibición de navegar, con todo tipo de embarcaciones, por el río Tajo a su paso por este espacio natural, por ser incompatible con la conservación de las especies protegidas por la legislación vigente en su máximo nivel. Petición avalada por el mundo científico nacional e internacional.
Santiago Hernández es expresidente del Patronato del Parque Nacional de Monfragüe.
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