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Un neandertal de destete temprano

El análisis de los dientes permite determinar que el individuo se alimentó solo de leche materna hasta los siete meses de edad

El crecimiento del diente y su mineralización se aprecia en las diferentes capas en las que las concentraciones de bario muestran los cambios de dieta del niño.
El crecimiento del diente y su mineralización se aprecia en las diferentes capas en las que las concentraciones de bario muestran los cambios de dieta del niño. Christine Austin and Tanya Smith

Los dientes de un muchacho neandertal de hace unos 100.000 años y cuyos restos fósiles fueron descubiertos en la cueva de Scladina (Bélgica) indican que el individuo se alimentó de la leche materna exclusivamente hasta los siete meses, que en los siete siguiente recibió complemento alimenticio y que fue totalmente destetado cuando tenía algo más de un año. La información permite a los científicos ir adentrándose más y más en la biología de aquellos humanos y el nuevo análisis que ha permitido conocer este dato es esperanzador para extender este tipo de conocimientos a otras especies. El conocimiento que los investigadores logran extraer de los fósiles va ya mucho más allá de los datos anatómicos que los paleontólogos lograban tradicionalmente. La sociobiología del pasado avanza a buen ritmo.

“Las transiciones de la dieta a edades tempranas reflejan aspectos fundamentales de la evolución de los primates y son factores determinantes para la salud en las poblaciones humanas contemporáneas”, escriben Manish Arora (Escuela de Medicina Mount Sinai, Nueva York) y sus colegas en la revista Nature, al explicar su investigación sobre el la alimentación infantil del neandertal. “El destete es crítico para el desarrollo y para las tasas de reproducción: si es temprano puede actuar en detrimento de la salud [de la cría] pero permite acortar en la madre los intervalos entre partos, lo que influye en el crecimiento de la población”. La cuestión es cómo conocer, más allá de los humanos, esas transiciones de la dieta en especies extintas sin algún tipo de marcador preciso.

Manish, junto con Christine Austin y el resto del equipo han descubierto que la edad del destete queda marcada en el tejido de los dientes del individuo. Cuando nace y empieza a mamar aumenta la cantidad de bario que ingiere ya que el contenido de este elemento es superior en la leche de la madre que en el suero que recibía a través del cordón umbilical. Ese bario se acumula en el esmalte y la dentina y su distribución disminuye drásticamente cuando la cría depende de otras fuentes de alimento.

Para validar su método, los investigadores han hecho análisis de los dientes de niños de los que se tenían datos precisos de sus calendarios de alimentación y de macacos en cautividad con la dieta controlada. Después, han estudiado los niveles de bario en un diente del muchacho neandertal, que moriría con unos 10 o 12 años y que, según los datos que han obtenido, fue completamente destetado a los 14 meses. El período de dependencia exclusiva de la leche materna de ese individuo neandertal, siete meses, es equiparable al plazo observado en sociedades cazadoras y recolectoras humanas y en chimpancés en libertad, que empiezan a suministrar complementos alimenticios a sus crías hacia los seis meses de vida, explican Arora y sus colegas. “Los humanos y los chimpancés pueden destetar completamente a sus crías con un año y 4,2 años, respectivamente, sin que se aprecien efectos serios en su salud, pero la media ronda los 2,3 a 2,6 años [en humanos] y los 5,3 en [chimpancés]”, añaden. Los investigadores especulan que los neandertales destetarían a sus crías más tarde que los humanos del paleolítico superior [nuestra especie actual] y eso, recuerdan, tiene importantes implicaciones en los modelos de crecimiento de las poblaciones y de reemplazamiento de una especie por otra.

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