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Llegar a fin de mes, ¿imposible?

Mientras acaba la crisis se pueden diseñar estrategias de ahorro e inversión que generen ingresos de forma continuada Las aplicaciones para comparar precios pueden ayudar a las familias

Miguel Ángel García Vega
Una pareja revisa las facturas en la cocina de su casa.
Una pareja revisa las facturas en la cocina de su casa.SANTI BURGOS

Ganar más dinero. Estirar el que entra en casa. Dos historias. Una misma trama. Una contada desde el lado de la inversión y la otra, desde el ahorro. Pero ambas son una preocupación cotidiana para miles de familias españolas que ven que los ingresos no cubren los gastos. ¿Se puede combatir esta situación? ¿Sirven los comparadores y las aplicaciones móviles para comprar más barato? ¿Y las redes sociales? ¿Es factible lograr una rebaja de la hipoteca o del alquiler? ¿Con el certificado de eficiencia energética se paga menos luz? ¿Es posible transformar la Bolsa en una nómina? Hay que ahorrar. Hay que invertir. Pero cómo, dónde y cuánto.

Ahorrar se ha convertido en el mantra de nuestro tiempo. Y si hablamos de artículos y servicios existen dos maneras de darle forma, reflexiona Juan José Peso-Viñals, socio de la consultora Daemon Quest by Deloitte, “los comparadores (viajes, seguros, alimentación) y la compra colectiva”.

En España, algo más del 50% de los usuarios móviles, según la agencia de publicidad madvertise, ya efectúa algún tipo de compra a través del móvil. Esta cifra augura un cambio radical en cómo compramos y ahorramos. Pero no solo en nuestro país. De hecho, la presión en el punto de venta es tan elevada que en Estados Unidos varios supermercados ya han prohibido el uso de teléfonos inteligentes en sus establecimientos para comparar precios, ya que muchas veces la mejor oferta reside, justo, en la competencia.

Por lo tanto, armados con el smartphone, el ahorro 2.0 se impone. Cada vez surgen más comparadores y aplicaciones que ayudan a las familias a ceñirse al presupuesto. Money, PocketMoney, Mi presupuesto o Money Saver gestionan gastos e ingresos de las finanzas caseras. Aunque tal vez sean los comparadores de precios dentro de las tiendas las aplicaciones que estos días disfrutan de mayor aceptación. Ahí encaja Supertruper, que permite buscar y comparar precios de cualquier tipo de producto escaneando el código de barras o tecleando el nombre del artículo. También hay aplicaciones especializadas en hallar descuentos, como Appzapp o Appsfire.

Tretas para el ahorro casero

Si descontamos el alquiler o el pago de la hipoteca, las tres partidas básicas de cualquier hogar son la electricidad, el gas y el agua. Este trío comparte la característica común de que sus tarifas cada vez son más caras. Con esta evidencia sobre la mesa, la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios) plantea varias estrategias de ahorro para hacerles frente. Tomen nota.

1. Electricidad

La mejor opción es contratar la tarifa de discriminación horaria. Si nuestro hogar es capaz de efectuar un 30% del consumo en horario valle (de 22 a 12 horas de la mañana) esa tarifa ya nos interesa. El ahorro puede llegar hasta el 10%. Y si no es posible desplazar el consumo a esa franja, la mejor opción es la Tarifa de Último Recurso (TUR).

2. Gas

No es aconsejable contratar el suministro de gas con el de la electricidad en una sola compañía. La única ventaja es que se recibe una sola factura. Las tarifas son siempre mejores si se hace de manera separada. También hay que tener cuidado con las ofertas vinculadas a la contratación del mantenimiento de la caldera. Suelen ser temporales.

3. Agua

Aquí maridan las recetas clásicas y las nuevas. Mejor la ducha que el baño. Cerrar el grifo mientras nos afeitamos o nos lavamos los dientes e incorporar limitadores de caudal. Y unas cifras para reflexionar. El gasto de lavar la vajilla dos veces al día oscila entre los 120 litros si se hace a mano con el grifo abierto, los 60 litros si se utiliza la pila llena de agua y los 25 si se pone el lavaplatos una vez al día. Así que esta última es la mejor opción.

Poco a poco, las aplicaciones van abarcando casi todos los territorios imaginables. Desde el análisis de vuelos y hoteles (Kayak y Skyscanner) a la búsqueda de gasolina barata (GasAll o Gasolineras Baratas) pasando por compartir coche y trayecto (Amovens y CarPooling) para viajar a precio reducido.

Estas herramientas —algunas de pago y otras gratuitas— nos enfrentan con la idea de que ahorrar es algo tan sencillo y a la vez complejo como planificar ingresos y gastos. “La clave radica es identificar qué puedes recortar sin que se resienta tu calidad de vida”, apunta Francisco Marín, presidente del comité de educación de EFPA (Asociación Europea de Asesores y Planificadores Financieros).

Este enfoque, que pasa por mantener un cierto nivel de vida y a la vez generar un precio asequible, es el que han explotado durante estos últimos tiempos las empresas de compra colectiva (Groupon, Privalia, Ofertix…), que desde hace un par de años atraviesan su particular edad de oro. “En el primer trimestre del ejercicio, las ventas han superado las del año pasado e incluso se han sobrepasado los objetivos”, avanza Miguel Giribit, director nacional de Privalia.

Por lo tanto parece evidente que Internet es un vehículo válido para trazar una estrategia contra la precariedad, ya que abre la puerta a comprar más barato. “La tecnología ha derribado barreras de entrada, multiplicando escalas, generando una presión de precios en la Red que no existe en el mundo offline, lo que está siendo aprovechado por los consumidores”, analiza Pablo González, experto en medios sociales de la consultora Ernst & Young. Esta tendencia también ha llegado a las redes sociales. Un reciente trabajo de la firma de marketing Social Bakers revela que la principal razón que esgrimen los consumidores para seguir a las marcas en estas redes es aprovechar las promociones. “El 20% de las ventas de Privalia se efectúan a través de Facebook”, apostilla José Luis Nueno, profesor de la escuela de negocios IESE.

Con esas reflexiones de fondo, resulta lógico que España sea el país de la Unión Europea donde más crecerá el comercio electrónico. Los analistas de la consultora Forrester estiman que aumentará un 18% anual hasta 2017, y para entonces ya moverá 9.100 millones de euros.

Sin embargo, frente a este cupón de ahorro digital todavía se mantiene el de toda la vida. Ese de papel y tijera. ¿Recuerdan? Los supermercados Dia, por ejemplo, aún cuentan con ellos, se imprimen en la tienda y aseguran sus responsables que “el descuento puede llegar al 50%” del precio del producto. Y, además, los artículos en promoción se renuevan cada dos semanas. Por el contrario, en Mango no creen que la crisis provoque que la gente se mueva de un canal a otro, pero sí “puede hacer que busquen descuentos, ya sea en Internet o en el mundo físico”, indica un portavoz de la empresa textil.

Pero si algo muestra este viaje por el ahorro es que no todos los sectores son iguales. Hay uno donde es bastante sencillo meter la tijera: el automóvil. El precio medio de los vehículos de segunda mano no deja de caer por efecto del plan Pive 2 (ayuda mínima de 2.000 euros a quienes den de baja definitiva su coche de más de 10 años). Tanto es así que AutoScout 24 —especializada en vehículos de ocasión— sitúa el importe medio de un automóvil de este tipo en 12.248 euros, un 2,7% menos que el año pasado. Sin embargo hay que darse prisa si quiere ingresar algo por su venta. Al quinto año, un coche ya ha perdido el 59% de su valor inicial. En el primero, se deja un 19%.

Internet permite conseguir

El tiempo merma a los coches, pero también a las familias. Y no solo desde las aristas de la economía. “Cuando nos dicen que la recuperación se producirá a largo plazo se va instalando en muchas personas una sensación de incertidumbre, de no saber qué pasará con su situación personal. ¿Podré aguantar estas dificultades económicas durante más tiempo?”, se pregunta el psicólogo Vicente Prieto. “Estas circunstancias no tienen por qué desencadenar automáticamente trastornos psicológicos aunque sí facilitan que se den alteraciones emocionales”. El galeno cita problemas psicosomáticos, pensamientos recurrentes de preocupación, irritabilidad, aislamiento social, cuadros ansioso-depresivos, insomnio.

Problemas de un calado evidente y que si, por lo menos, se alivian recurriendo a algunas de estas recetas de ahorro bienvenidas sean. Así que habrá que poner en valor la economía del ahorro y su influencia en la salud mental de las personas. Y entender que estos consejos hay que escucharlos de una manera nueva, y darse cuenta de que se tratan de pequeñas victorias en una complicada batalla.

Las empresas

La vivienda, para bastantes familias españolas, es responsable de muchas noches de ese insomnio del que habla el psicólogo. Pero se pueden articular algunas estrategias sencillas y efectivas. “Si tiene una hipoteca y le cuesta llegar a fin de mes, tal vez sea el momento de renegociar con la entidad financiera. Pues prefieren buscar soluciones antes que quedarse con la casa”, asegura Luis Corral, consejero delegado de Foro Consultores. Y si lo que le ahoga es el alquiler, “también es tiempo de otra negociación, pero ahora con el casero, porque el propietario siempre preferirá tener un inquilino que pague, aunque sea menos, que la vivienda vacía, con los gastos que conlleva”, asevera este experto.

Y dentro de casa, los analistas de Euroconsult recuerdan que la certificación energética será obligatoria a partir del 1 de junio para todos los inmuebles que se vendan o alquilen. Esta medida puede suponer un ahorro en energía del 60% para una vivienda que —después de acometer las reformas necesarias— mejore su etiqueta energética con el fin de ser más eficaz en el consumo de luz, agua y gas. Por ejemplo, una casa unifamiliar de 100 metros cuadrados en Madrid que pase de la letra E (la menos eficiente y que es común al 70% de los inmuebles) a la A (la más eficiente) ahorrará 2.500 euros al año.

El 20% de las compras

Si bien la factura de la luz es una de las que más escuece en el bolsillo, otra, sin ninguna duda, es la fiscal. Silvia Piedra y Jaume Duch, abogados del bufete Cuatrecasas, Gonçalves Pereira, manejan algunas ideas. Dado los elevados índices de morosidad (un problema que afecta sobre todo a autónomos y pymes), el fisco permite que en caso de impago de facturas solo haya que tributar por los importes que realmente se han percibido. Y aunque no existen muchos gastos deducibles, Hacienda ha incorporado este año como novedad una medida que facilita regularizar la situación de los contribuyentes que hayan aplicado la deducción por las cantidades depositadas en cuentas vivienda y que en el plazo de cuatro años desde su apertura no hayan podido destinar ese dinero a la adquisición de la casa.

Pero todo esto sucede en la bancada del ahorro. ¿Y en la inversión?

El automóvil es un sector

El periódico The Washington Post narraba hace pocos días la historia de Dylan Collins, un joven de 25 años que consigue ingresos de seis cifras (en dólares) al año operando como day trader (especulador diario) en la Bolsa. Dice Collins que gran parte de lo que sabe lo aprendió de adolescente en el póquer digital. Esta historia (que para muchos será la constatación de la relación entre los casinos y los mercados financieros) es el extremo. Entre medias, grises. “Es cierto que se puede transformar la Bolsa en una nómina. De hecho, es una corriente de moda”, reflexiona Daniel Pingarrón, analista de la agencia bursátil IG Markets. “Pero es un mundo difícil y, aunque no hay estadísticas oficiales, parece ser que un gran número de personas que intenta vivir del parqué fracasa”.

Descartadas opciones radicales, los mercados permiten diferentes estrategias para que mensualmente entre dinero en casa. Por ejemplo, Ahorro Corporación ofrece un consejo interesante. “Se podría planificar una cartera de acciones para que dé un flujo de dividendos que generen ingresos de manera recurrente”, aseguran sus expertos.

Renegociar la hipoteca

Detrás de esta propuesta hay un ejercicio claro de optimismo. El Ibex 35 se halla, más o menos, a la mitad de su récord. Si creemos que en algún momento España volverá a crecer, no parece descabellado pensar que el selectivo debería acercarse a esos niveles. A fin de cuentas, el índice S&P 500 y el DAX alemán viven en máximos.

Esa mirada a largo plazo parece imprescindible en Bolsa con el fin de transformar el tiempo en ganancias. Ya lo dice Santiago Daniel, responsable de inversiones de Deutsche Bank: “No es inteligente intentar predecir el movimiento a corto plazo del mercado ni tampoco creerse mejor que él”.

Otras propuestas con menos sobresaltos son las que recomienda Miguel Ángel Bernal, profesor del Instituto de Estudios Bursátiles (IEB). “Frente a la precariedad que vivimos, daría dos recomendaciones: la renta corporativa (emitida por empresas de primera línea) y los depósitos bancarios. Estos últimos dan una rentabilidad del 3%, en contraposición a una inflación que camina hacia el 1%”.

Todas estas estrategias, que transitan por los predios del ahorro, la fiscalidad, la inversión o el consumo, tienen que servir para ayudar a sortear estos meses de dificultades. Pero también como palanca para trazar estrategias vitales nuevas, que acompañen a ese tiempo. Al fin y al cabo, “la ilusión y la motivación tenemos que inventarla todos los días. Porque podemos vivir con poco dinero, pero es mucho más difícil vivir sin esperanza”, cierra Vicente Prieto.

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Sobre la firma

Miguel Ángel García Vega
Lleva unos 25 años escribiendo en EL PAÍS, actualmente para Cultura, Negocios, El País Semanal, Retina, Suplementos Especiales e Ideas. Sus textos han sido republicados por La Nación (Argentina), La Tercera (Chile) o Le Monde (Francia). Ha recibido, entre otros, los premios AECOC, Accenture, Antonio Moreno Espejo (CNMV) y Ciudad de Badajoz.

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