Bruselas quiere aumentar las multas en fraudes como el de la carne de caballo
El objetivo es que la sanción sea al menos tan alta como los beneficios obtenidos por el engaño
El escándalo masivo de la carne de caballo vendida como si fuera ternera ha dejado unas cuantas lecciones. Y Bruselas toma nota de ellas en la propuesta que acaba de hacer para mejorar la normativa europea sobre seguridad alimentaria. La Comisión quiere asegurarse de que en el futuro las multas a los defraudadores serán lo suficientemente altas como para desincentivar a aquellos que tengan pensado violar las normas. El objetivo es que la sanción sea al menos tan alta como los beneficios obtenidos por el engaño. La norma establece ahora que la sanción debe ser “apropiada”, término que Bruselas considera demasiado ambiguo.
Pese a que en el reciente escándalo los 27 socios de la UE siguieron las indicaciones de la Comisión, las autoridades comunitarias también pretenden dotarse de más poderes para tener la posibilidad de obligar a los Estados miembros a realizar pruebas como las de ADN que se hicieron para determinar hasta dónde había llegado la estafa de la carne de caballo.
La propuesta de la Comisión, que aún tiene por delante un largo proceso de negociación con los Gobiernos y con el Parlamento Europeo, podría estar en vigor dentro de dos años. Si todo sale como pretende el comisario de Salud, el maltés Tonio Borg, el paquete de medidas simplificará el entramado legal que rodea a la cadena agroalimentaria, que ahora consta de unos 70 actos legislativos, que podrían pasar a cinco.
Pero además de la simplificación de los trámites, las autoridades comunitarias quieren ampliar el pago de tasas a sectores de la cadena alimentaria que actualmente no tienen que desembolsar dinero. Bruselas trata de preservar la competitividad de las microempresas eximiéndolas del pago de estas tasas.
Una de las sorpresas del paquete de reformas aprobado hoy por el Ejecutivo comunitario es que no incluye una normativa sobre la información sobre el origen de la carne en el etiquetado. El comisario Borg ha dicho que Europa ya dispone de “una de las mejores normativas del mundo”, y que el escándalo de la carne de caballo se debió a un fraude deliberado en el etiquetado, no a una normativa insuficiente. Las leyes europeas ya establecen que la carne debe estar envasada con información sobre todos los ingredientes que contiene y el porcentaje de cada uno.
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