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Seis detenidos por fraude masivo en ayudas de la Xunta

Se apropiaron de cientos de miles de euros destinados a repoblación forestal

Sede de la empresa de Manuel Maceiras, el cabecilla de la trama de fraude en las ayudas.
Sede de la empresa de Manuel Maceiras, el cabecilla de la trama de fraude en las ayudas. OSCAR CORRAL (EL PAÍS)

Dos años de investigaciones han permitido descubrir una trama que presuntamente se apropió de centenares de miles de euros en subvenciones de la Xunta de Galicia a la repoblación forestal en la provincia de A Coruña. El fraude ha afectado a decenas de vecinos de la comarca de la Costa da Morte que aparecen, sin su conocimiento, como demandantes y beneficiarios de subvenciones para reforestar fincas de las que ni siquiera eran dueños. La policía detuvo la pasada semana a seis personas, un matrimonio de empresarios y cuatro empleados de sucursales del Banco Pastor, La Caixa y Banesto en Vimianzo (A Coruña). Hoy declararán además como imputados tres funcionarios de la Xunta. En total, una docena de personas están implicados en el caso por el Juzgado de Instrucción 1 de Corcubión.

En el meollo de este entramado están las cuentas bancarias abiertas en esas entidades de Vimianzo con simples fotocopias del DNI de personas que jamás habían pisado esas sucursales y en las que la Consejería de Medio Rural de la Xunta ingresaba, una vez concedidas las subvenciones, cientos de miles de euros. El dinero era entonces retirado en efectivo, sin constar por quién, en los días sucesivos al cobro, como consta en extractos bancarios a los que tuvo acceso este diario. En todas esas cuentas bancarias figura el principal implicado en el caso, el empresario Manuel Maceiras Hermida.

Los expedientes investigados por fraude en la Operación Forest y que dieron pie a la Xunta a conceder todo ese dinero en subvenciones forestales en la Costa da Morte están repletos de irregularidades. No solo fallaron todos los controles en la Consejería de Medio Rural en los últimos cinco años. Hay anomalías imposibles de achacar a un error o a la dificultad de verificar la autenticidad de datos y documentos.

Empresarios, empleados de banca y funcionarios engrosan la lista de imputados, ya superior a la decena, en el abultado sumario que instruye desde hace dos años el juez de Corcubión Iván Barallobre. Una de las grandes incógnitas es por qué no existe rastro en Hacienda del pago de esas ayudas públicas cofinanciadas con dinero comunitario. Hay constancia, por el contrario, y aparecen en los borradores del IRPF de los beneficiarios, de otras subvenciones de la misma índole, abonadas por transferencia bancaria por el Fondo Galego de Garantía Agraria, el organismo de Medio Rural pagador de subvenciones de los fondos europeos agrícolas en Galicia.

El asunto va más allá de ser desde hace tiempo solo “una cuestión entre particulares que tienen que dirimir los juzgados”, como alegó el pasado jueves el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo. La investigación por fraude y que llevó a una redada la semana pasada que dejó seis detenidos, ahora en libertad con cargos, afecta a “parte de 88 expedientes” tramitados en la Costa da Morte entre 2008 y 2010 por un volumen total de 918.000 euros.

La consejería no informó a la Agencia Tributaria del pago y destinatario de estas subvenciones forestales bajo sospecha, pese a ser obligatorio desde 2007. Y con independencia de que sean ayudas que tributen o no. En todos los expedientes y cuentas bancarias investigadas figuran los principales acusados de este entramado, Manuel Maceiras, conocido empresario de Vimianzo, y su esposa y socia, María Jesús Esmorís. Que no haya rastro en Hacienda contribuyó a que decenas de vecinos de la Costa da Morte no se enteraran nunca, hasta que se destapó por casualidad este fraude, que figuran como solicitantes y beneficiarios de estas ayudas para reforestar parcelas de las que ni siquiera eran dueños. Hay personas que ya habían fallecido cuando se pidió y obtuvo a su nombre una subvención. Tampoco consta a efectos fiscales que sean titulares de cuentas bancarias en las sucursales de Vimianzo del Banco Pastor, La Caixa y Banesto, abiertas sin su conocimiento, en las que Medio Rural abonaba las ayudas una vez concedidas. El dinero, una vez ingresado, era retirado en efectivo casi de inmediato en los siguientes días. En una misma semana se movía así hasta medio millón de euros pagados por el Fondo Galego de Garantía Agraria. Siempre aparece Maceiras, cotitular de esas cartillas, como remitente directo o indirecto de esos fondos.

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