La abundancia de MBA disminuye su valor
Ninguna escuela de negocios garantiza un trabajo al estudiante Los alumnos de los mejores centros suelen colocarse en tres meses
Master in business administration o MBA. Así se denomina el título que se ha convertido en la puerta de entrada al selecto club de los directivos de empresa en todo el mundo. No hay corporación que se precie que actualmente no pida uno a la hora de fichar a los ejecutivos que regirán sus designios. Por eso, en la última década se ha multiplicado tanto el número de programas como de escuelas de negocios que los imparten. El mercado se ha inundado de MBA, hasta el punto de banalizar su contenido y de perder parte de su valor tradicional. O, mejor dicho, su marchamo como garantía de éxito laboral.
Según el análisis realizado por Financial Times (FT), que elabora el ranking de MBA más prestigioso del mundo, la rentabilidad de esta formación directiva ha experimentado un gran cambio en los últimos cinco años, en gran parte como consecuencia de la crisis económica. Si a mediados de los años noventa quienes cursaban los mejores MBA en Estados Unidos veían triplicado su salario un lustro después de graduarse, desde 2008 los sueldos de los titulados crecen conforme a la inflación. O sea, muy lentamente.
Mientras tanto, los precios de estos estudios directivos en los centros más reputados del mundo, también de Estados Unidos, han aumentado un 7% anual desde 2005, acumulando un encarecimiento del 62% desde ese año. Y cuestionando si realmente compensa cursar un MBA con sus costes disparados y con las menguadas posibilidades de encontrar un empleo o progresar en el actual. ¿Ha dejado de ser este tipo de formación la gallina de los huevos de oro?
“El MBA ya no es sinónimo de empleo, salvo si se va a las mejores universidades norteamericanas, como Harvard, Wharton, Stanford o el MIT. Y puede que en alguna europea como London Business School o Insead. En las tres escuelas de negocios españolas no es así porque el proceso de selección no es tan exhaustivo como en los centros estadounidenses. En Harvard, por ejemplo, para 2.600 plazas se presentan 36.000 solicitudes. Es ese proceso de selección previo el que hace que las empresas se interesen por contratar a los graduados MBA”, indica Miguel Ángel Zuil, responsable de Boyden en España, la firma de cazatalentos pionera en el mundo. A su juicio, las corporaciones tienen perfectamente identificados a los alumnos mejores de cada promoción, al 10%, y es ese porcentaje de estudiantes el que se coloca al terminar el MBA —los más brillantes, agrega Zuil—, teniendo en cuenta las dificultades que presenta hoy el mercado de trabajo en España y en la mayoría de las economías occidentales.
Los salarios de los MBA en Estados Unidos ya no se triplican en cinco años
Las primeras escuelas de negocios españolas disienten. Gozan de gran prestigio internacional. IESE, IE Business School y ESADE figuran entre las 25 mejores del globo en el ranking de FT. Y exhiben sus datos: a los tres meses de graduarse, más del 90% de sus alumnos han encontrado un puesto de trabajo. Sin embargo, estas instituciones saben que la primera pregunta que realiza un candidato a cursar sus MBA es cuándo recuperará su inversión.
Martin Boehm, decano de programas de IE Business School, asegura que el MBA no garantiza un trabajo, pero ayuda a tener una mejor progresión en la carrera profesional. A veces, el impacto en la retribución no es inmediato, se produce 5 o 10 años después de cursarlo. Boehm señala que en las mejores escuelas de negocios del mundo, la inversión (59.900 euros en el caso de IE, después de aumentar un 62% desde 2003) se recupera en el transcurso de tres o cuatro años. El salario de sus graduados ronda los 70.000 euros anuales.
En IESE, los MBA consiguen retribuciones medias que superan los 100.000 euros anuales. Su programa de dos años cuesta 72.500 euros. Según el responsable del servicio de carreras del centro, Javier Muñoz, “una inversión tan importante solo compensa hacerla en las escuelas de negocios que encabezan los rankings internacionales. Para asegurar una carrera de éxito, la clave es ser admitido en uno de los centros top. En los siguientes del escalafón, la inversión empieza a correr riesgos”, dice.
Muñoz explica que son esas escuelas de negocios las que están en el radar de los mayores reclutadores del mundo. Las compañías por las que quieren ser contratados los alumnos MBA, y pagados. Tradicionalmente, del sector financiero y la consultoría. Esas empresas van a pescar talento fresco por todo el mundo, siempre que los centros figuren en los primeros 20 puestos de los rankings mundiales. “Los MBA son globales actualmente. Y la principal dificultad radica en ser admitido en ellos”, insiste.
Los precios de los cursos acumulan una subida del 60% en el último lustro
El director del departamento de carreras de IESE asegura que, ante el complicado mercado laboral español, “las escuelas de negocios se han visto obligadas a internacionalizarse, a pescar en otros caladeros”. Se refiere tanto a países emergentes donde los directivos formados en España son muy valorados, como Brasil, Singapur y Suiza, y donde los salarios continúan subiendo; como a sectores “en los que la creación de empleo no es una rara avis”. “Hace unos años, el 40% de los graduados MBA se colocaban en banca de inversión; con la crisis ese porcentaje ha caído al 20% y ahora son empresas de Internet, como Google o Facebook, o firmas farmacéuticas o de bienes de lujo, incluso Inditex y Mango, que antes no reclutaban a nuestros alumnos, las que la sustituyen”. Antes de que España tuviese el índice de desempleo disparado, las empresas radicadas en el país absorbían a la mitad de los alumnos MBA y ahora solo se quedan con el 20%, remarca Muñoz. El resto se van al extranjero, lo que explica que los salarios de los titulados continúen subiendo. Los graduados de IESE ganan el 64% más que hace una década y los precios del MBA se han incrementado un 34% en este periodo.
“La evolución de las retribuciones de los titulados en España es muy superior a la de los precios de los MBA. Y ello se debe fundamentalmente a que la colocación de los alumnos es internacional. En España los sueldos no evolucionan como en los países emergentes, que es donde van a trabajar”, apoya Gloria Batllori, directora de programas MBA de ESADE.
Esta institución acaba de realizar un estudio que concluye que las escuelas de negocios estadounidenses están perdiendo terreno en el mapa de la formación de ejecutivos mundial en tanto que las europeas y asiáticas lo ganan. Así, mientras que el salario medio de los MBA de las escuelas de negocios de EE UU ha aumentado un 12% entre 2001 y 2010, en los centros europeos se han incrementado más del doble en el mismo periodo, un 35%. Y en las escuelas asiáticas, el 64%. Y son el acicate para ir relegando a las instituciones norteamericanas.
Uno de sus autores, el profesor Luis Vives, aprecia dos tendencias en el panorama internacional de las escuelas de negocios, que las compañías europeas toman conciencia de que los MBA son importantes para ellas y que España es una potencia mundial en formación de ejecutivos.
La clave para el empleo es elegir una de las 20 principales escuelas
“Lo habitual es que los graduados de 30 o 31 años consigan un salto salarial inicial importante, de 30.000 o 40.000 euros, aunque el efecto de la formación adquirida debe analizarse durante toda la vida laboral del directivo”, asegura Batllori, quien justifica la subida de precios que experimentan estos programas (de 42.500 a 58.700 euros en 10 años en el caso de ESADE, un 38% más) argumentando que cada vez incorporan más servicios, como viajes y materiales que antes no incluían.
En opinión del director de programas MBA de Deusto Business School, David Ruiz de Olano, estos precios no se justifican, “hemos vivido una burbuja en las escuelas de negocios, con precios prohibitivos y de dudoso retorno a los participantes. Por eso muchos alumnos ya no están dispuestos a hacer una inversión tan importante y dejar de trabajar durante un año o dos”. La escuela de negocios vasca dice que quiere diferenciarse en el mercado MBA, por eso ha ajustado el precio de su primer programa, estrenado este curso, a 24.500 euros. Aún no ha completado sus 40 plazas.
Natalia Andía, de ESCP Europe (con un MBA que ronda los 18.000 euros), indica que en España la prioridad de los alumnos MBA no es duplicar su sueldo, sino mantenerlo. “Lo que nosotros ofrecemos es la posibilidad de conservar el puesto de trabajo, de sujetarnos a la silla, aportando un valor que no tiene el resto de la plantilla. Un valor que se acaba recompensando económicamente en las empresas”, indica en la creencia de que el valor de estos programas ya no es el mismo que hace años, que antes de la crisis, pero que merece la pena porque “pone más fácil el acceso al trabajo y mejora la empleabilidad”.
Y así lo confirman los graduados MBA consultados. Todos han abonado directamente su programa de formación directiva, pues hay que tener en cuenta que, con la crisis, las empresas invierten la mitad que antes en el desarrollo de sus empleados. Alejandro Banegas es de los que eligió una escuela de negocios estadounidense de prestigio, Chicago Booth (número 10 del ranking de FT). Está convencido de que hacer un MBA “es clave cuando te planteas un giro radical en tu carrera. Y Estados Unidos es la mejor opción. La verdad es que los precios han subido. El coste de los dos años de estudios puede superar los 150.000 dólares [115.000 euros]. Y el salario medio de salida después de la graduación, los 100.000 dólares [77.000 euros]. En España es más bajo”. Él acabó en 2010 y desde entonces ha dejado sus seis años de experiencia en banca para pasar a la consultoría y ha saltado ya a KPMG y a Deloitte. Su salario ha crecido un 50%, “y no he sido de los mejor parados de mi promoción”, precisa.
"Lo que ofrecemos es la posibilidad de conservar el puesto", dice Andía
Francesco Liistro también quiso dar un vuelco a su carrera profesional (después de haber reestructurado el negocio familiar en Italia y haber creado una consultora) “mucho más tarde de lo normal, a los 37 años”. Y optó por ESADE y, sobre todo, por Barcelona. “A los 15 días de acabar el MBA ya trabajaba en un family office, donde me ocupo de relanzar empresas en crisis, hago el trabajo que quería hacer”, asegura el directivo siciliano. A su juicio, “el MBA no te garantiza nada si tú no pones nada de tu parte de cara a encontrar trabajo”. En la firma en que trabaja Liistro, todos los empleados cuentan con MBA, que “se ha transformado en un tique para un club. No hace exitosa a la persona, pero la empuja hacia el éxito. Aunque ahora hay demasiadas escuelas de negocios y sus criterios de selección de alumnos se han relajado. No tenían que existir más de 50 en todo el mundo para formar al 10% de los profesionales que van a ser quienes dirigen las empresas”.
El caso de Rosario García Pecci nos lleva a Alemania, donde trabaja desde noviembre en la farmacéutica Grünenthal. Cuando se le pregunta si compensa hacer un máster, afirma taxativamente que sí y esgrime sus resultados: “En junio, cuando acabé el máster en ESCP Europe, era auditor interno en Gas Natural y ahora soy senior manager y mi sueldo se ha duplicado”. Sin embargo, no achaca toda su progresión a este programa (en su caso executive, para ejecutivos con más experiencia). Dos carreras, tres idiomas y siete años de experiencia cuentan.
Marta Coderch es una alumna del MBA de IESE que ahora trabaja en la consultora The Boston Consulting Group y su sueldo ha crecido un 70% desde que acabó el máster, cuyas entrevistas de trabajo le proporcionó la propia escuela. Está convencida de que el retorno del programa hay que mirarlo tanto a corto como a medio plazo, porque “la red profesional de contactos de IESE es tan grande que me va a servir durante toda mi carrera”.
La conclusión está clara: “Invertir en un MBA solo se justifica si se hace en una de las mejores escuelas de negocios del mundo; de lo contrario, es tirar el dinero. A un desempleado no le garantiza tener un trabajo. Y, respecto a los salarios, el valor de los MBA se está reajustando a la baja”, afirma Roberto García, consejero delegado de la empresa de recolocación GRI, acostumbrado a tratar con los afectados por despidos. El director general de la firma de selección de personal Hays, Christopher Dottie apostilla: “Pensar que una empresa va a apostar más por ti por hacer un MBA significa no vivir en el mercado laboral de hoy en día. Las compañías ahora valoran más la experiencia que el potencial de un ejecutivo”.
La voz del empleador
“La diferencia entre las mejores escuelas de negocios del mundo y las demás está en cómo se colocan sus alumnos. Un centro de primer nivel garantiza acuerdos con los mayores empleadores globales”, afirma Gloria Batllori, de Esade.
La consultora estratégica McKinsey es uno de ellos. A juicio de Sebastián Giménez, socio y encargado de la selección de personal en España, “los MBA son una herramienta que sirve para poner a los graduados en el mapa empleador de la compañía. El máster hace una labor de filtrado importante”. ¿Y cuáles son las escuelas hacia las que mira McKinsey para pescar talento? Fundamentalmente a las norteamericanas, porque “los MBA españoles son menos selectivos”, señala. Hacia las 12 primeras del ranking de FT, en el que solo considera tres centros europeos, uno español: London Business School, Insead e Iese, añade Giménez.
La tradición de Havard, Stanford, Wharton, Columbia, MIT o Chicago Booth no se extingue. Son las otras escuelas las que protagonizan “una larga década de declive de EE UU” en la formación de directivos, según Esade. La posición media de los centros de este país en los rankings ha pasado del puesto 41º al 52º, al contrario que la europea, que ha ascendido del 60º al 44º.
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