Londres garantizará a las eléctricas el precio de la energía nuclear
Reino Unido le asegura el precio de venta durante 40 años
El Gobierno británico garantizará durante 40 años a las compañías eléctricas el precio de venta de la energía nuclear, según asegura el diario The Guardian a partir de fuentes anónimas de la administración británica. Con los planes actuales, la subvención se limitaría a 20 años. Londres intenta así atraer a las grandes multinacionales ante el temor de que no pueda cumplir su programa de construcción de ocho nuevas centrales nucleares. En estos momentos solo está aparentemente asegurada la construcción de cuatro de ellas, de la mano de la compañía francesa EDF.
Según esas informaciones, el Gobierno aceptará asegurar un precio mínimo de venta al público de la energía nuclear, con independencia de cuál sea el precio real de venta de la electricidad en el mercado. Ese precio podría estar por debajo pero muy cerca de las 100 libras por unidad (115 euros). El precio medio actual es de unas 50 libras y los expertos calculan que podría estar en torno a las 59 libras por unidad en 2030.
Según Tom Burke, director y fundador del grupo ecologista E3G y profesor invitado del Imperial College y del University College London citado por The Guardian, un acuerdo como ese significaría que EDF recibiría subvenciones por valor de 50.000 millones de libras (58.000 millones de euros) por su inversión en la central de Hinkley Point, donde está construyendo dos reactores con capacidad de 1,6 gigawatios cada uno.
De acabar cristalizando, ese acuerdo haría saltar por los aires el compromiso adoptado en 2010 por la coalición de conservadores y liberales-demócratas de aceptar suspender la moratoria nuclear con la condición de que las eléctricas no recibieran subvenciones.
El Departamento de Energía y Cambio Climático no ha querido confirmar el acuerdo. “No se ha llegado a ningún compromiso en materia comercial o precio establecido”, señala un comunicado. “Las conversaciones en marcha están centradas en encontrar un acuerdo justo y asequible que sea conveniente para los consumidores. Cualquier acuerdo que se alcance será presentado al parlamento e incluirá los detalles del precio establecido”, añade.
El Gobierno ha pasado de “ninguna subvención” al “una ayuda justa” porque los costes de construcción de nuevas nucleares en diversos países se han disparado, mermando el apetito de las grandes eléctricas de participar en el programa nuclear británico. El último caso ha sido el de la británica Centrica, que se ha retirado de su participación en las cuatro nucleares que se ha comprometido a poner en marcha EDF Energy. Antes se habían retirado también la filial británica de la eléctrica alemana Eon y la británica RWE Npower, dejando así en el aire el futuro de las otras cuatro centrales del programa británico.
El fin de la moratoria nuclear fue impulsado primero por Tony Blair y luego por Gordon Brown en los últimos años bajo gobiernos laboristas. Los liberales-demócratas, históricamente reacios a la energía nuclear, aceptaron a regañadientes impulsar el programa con la condición de que no afectara a los contribuyentes. La coalición cree ahora que el programa no saldrá adelante sin ayudas públicas y que es necesario mantenerlo porque las actuales nucleares estarán pronto obsoletas y el país no se puede permitir depender solo del gas, las energías renovables y las centrales eléctricas tradicionales que funcionan con petróleo o carbón.
Aunque Reino Unido ha tenido un sólido movimiento antinuclear, el pensamiento único entre los críticos se ha roto en los últimos años, con destacados ecologistas defendiendo que, a pesar de sus riesgos potenciales, es una energía limpia necesaria para combatir el cambio climático. El Gobierno defiende, además, una diversificación de las fuentes de energía. Impulsa la eólica, a pesar de las críticas de quienes creen que los molinos de viento son ruidosos y afean el paisaje; no quiere depender en exceso del gas ni del petróleo o el carbón y cree que las centrales nucleares son un mal necesario.
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