El patito feo es ahora un cisne blanco
La industria de la animación en España se abre un hueco en el mercado nacional y sale decidida a conquistar el mundo
Las rizadas y abundantes coletas de Sara, anudadas en unos coquetos lazos de color en el diseño original de los dibujos, desaparecieron de un día para otro. Exigencias de un poderoso continente. Fue así como Sara, la chica a la que quiere enamorar el apuesto Tadeo, aparecía con el pelo liso. Cosas del mercado de la animación y de su filosofía de globalización mundial. “Si queréis penetrar en el mercado asiático, tenéis que quitar los rizos a Sara. En China, las chicas tienen que tener el pelo liso”, les dijo un agente de ventas a los productores de Las aventuras de Tadeo Jones.
Dicho y hecho. Sacaron la plancha y a Sara le desaparecieron las rizadas coletas. Las aventuras de Tadeo Jones, el gran éxito comercial de esta temporada en España, el mayor de un filme de animación en la historia del cine español —18 millones de euros de recaudación desde su estreno a finales de agosto — y que ha salvado, junto con Lo imposible, de Juan Antonio Bayona, la tan siempre delicada taquilla de nuestra cinematografía en 2012, es el último y gran milagro de la cada día más poderosa y boyante industria de la animación. Tras años de cierto desprecio por parte del cine de ficción, la animación ha dejado de ser la cenicienta del cuento para convertirse en princesa. Les ha costado sudores y lágrimas, pero ahora pueden incluso mirar, orgullosos, por encima del hombro. Hay mucho talento, buenos animadores, aunque algunos han tenido que emprender el camino del exilio, y se está creando una sólida industria. Ya lo apuntó el Libro Blanco, una completa radiografía de 300 páginas elaborada a lo largo de un año y que fue presentado por el sector hace un mes. Las cifras son esperanzadoras y más cuando el sector de la producción audiovisual en España no atraviesa sus mejores momentos. Un volumen de negocio de 306 millones de euros en 2011 (la estimación para 2017 es de 879 millones), 8.600 trabajos directos e indirectos (21.000 previstos para 2017) y un 38% de los ingresos generados en el exterior, son solo algunos de los datos que corroboran los sueños de mucho tiempo.
Mañana domingo será un día bien especial para todos aquellos que creen y defienden la grandeza y la autoría de este género. Por primera vez en la historia de los premios Goya, un realizador de un filme de animación es candidato a mejor dirección novel. Se trata de Enrique Gato, el director de Las aventuras de Tadeo Jones, un filme que se ha colado también en otras cuatro nominaciones más de los premios del cine español: película de animación, música, canción original y guión adaptado. “Hemos abierto el melón”, declara satisfecho Gato. “Es muy esperanzador. La Academia ha mostrado una apertura de miras hasta ahora desconocida. Nuestras películas son cine igual que el de ficción. Creo que hasta ahora ha habido un gran desconocimiento pero poco a poco nos irán entendiendo. Ya era hora de que dejáramos de ser el hermano pequeño”, añade este realizador de 35 años, quien junto al productor Nicolás Matji lleva en el largometraje de Tadeo Jones, primero para los dos, desde 2005 (tres años después consiguieron la financiación). Perfecto ejemplo de paciencia y determinación.
Ya el año pasado, Arrugas, la adaptación del cómic de Paco Roca dirigido por Ignacio Ferreras, hizo pleno en los Goya al conseguir dos premios de la Academia. Además de hacerse con el galardón al mejor largometraje de animación, la película rompió tabúes y logró, por primera vez para una obra de este género, el premio Goya al mejor guion adaptado.
‘Tadeo Jones’ y ‘Lo imposible’ han salvado la taquilla del año
Ha sido un viaje largo y plagado de piedras. Bien lo sabe Carlos Biern, el presidente de Diboos, la Federación Española de Asociaciones de Productoras de Asociación y consejero delegado de BRB Internacional, que cumple ahora 40 años de existencia. “Hemos hecho un viaje largo pero en poco tiempo. En solo 30 años, hemos pasado de ser proveedores de diseño de los estudios norteamericanos, por ser entonces un país muy barato, a ser unos grandes creadores de contenidos y ser verdaderamente competitivos a nivel internacional”.
Quizás el salto cualitativo lo dio Planet 51, en 2009, al abrir el camino en España de las grandes producciones animadas, al más puro estilo Hollywood. Primera película del estudio Ilion, Planet 51 (55 millones de presupuesto) contó con la potente distribuidora Sony para aterrizar en el mundo entero. Después de ella ha habido muchas más y otras que aparecerán. Ahí está el ejemplo de dos directores con Oscar en sus carreras como Fernando Trueba y Juan José Campanella que decidieron estrenarse en la aventura animada. Trueba, con su bolero de amor Chico y Rita, fue premio europeo al mejor filme de animación en 2011 y candidata a los Oscar un año más tarde. Futbolín, una coproducción hispanoargentina en 3D dirigida por Juan José Campanella, el realizador de El secreto de sus ojos, tiene toda la pinta de convertirse en una de las grandes sorpresas para 2013, con permiso también de Antonio Banderas y el realizador Manuel Sicilia, que con su productora Kandor Graphics tienen a punto el estreno de Justin y la espada del valor, que, con un presupuesto de unos 23 millones de euros, ya ha sido prevendida a 140 países.
El mundo, el planeta entero. Todos coinciden en que ahí radica una de las claves, quizás la más importante, de la fortaleza de la animación. Las aventuras de Tadeo Jones es la primera película española que se estrena de manera masiva en el codiciado mercado chino, además de haber sido vendida ya a 50 países, entre ellos Corea del Sur y Rusia.
No es un caso aislado ni mucho menos. Los proyectos ambiciosos, y ahora lo son todos, nacen ya con la mirada puesta en el exterior y también en el bolsillo de un mayor número de inversores. “Desde el minuto uno nuestro pensamiento está en el mercado internacional y ahí se dirigen todas nuestras energías”, asegura Nicolás Matji.
El sector tiene un volumen de negocio de 306 millones de euros
Fernando Cortizo, director de O apostol, otro de los títulos candidato mañana en los Goya, asegura que este género se vende mejor que el convencional. “Es muy exportable porque la temática es muy general”, añade Cortizo. Coincide con ellos Carlos Biern, quien explica que, desde la concepción de un filme de animación, se piensa en el público internacional. “Esta es una de las ventajas con respecto al cine de ficción”. “Somos más lentos, más caros, pero a cambio tenemos el mercado internacional y la capacidad de generar negocio más allá de la película, con toda la mercadotecnia que la rodea, juguetes, música y demás. Al contrario que la gran mayoría del cine convencional en España no dependemos del todo de nuestro mercado interno. Si fallamos aquí todavía podemos tener éxito fuera”, añade un optimista Biern.
Otras ventajas apunta también Matji, que ya prepara junto a Enrique Gato Capture the flag y la segunda parte de Tadeo Jones: “La vida de un título de animación es más larga y envejece mucho más despacio. Los DVD se siguen vendiendo mucho tiempo después de su estreno”.
Y aunque fuera en el planeta hace frío para la industria audiovisual, cuando se trata de la animación el clima sube unos grados. El cine de ficción tiene mayores dificultades para competir con las grandes películas europeas y, sobre todo, norteamericanas. En cambio, la competencia en el género de animación está más igualada. La diferencia de presupuestos (la media en Estados Unidos ronda los 30 millones de euros, mientras que en España están entre 8 y 12 millones de euros) no se palpa de manera clara luego en la pantalla. “Podemos competir con cualquiera”, asegura Biern.
No todo es un jardín de rosas. La subida del IVA del 8% al 21% y la dificultad y la falta de una verdadera política de incentivos fiscales está provocando que tengamos un horizonte algo complicado frente a países, europeos y no europeos, con mejores y más facilidades fiscales, y a donde están llegando jugosos proyectos y producciones.
‘Arrugas’ abrió camino con el Goya al mejor guion adaptado
De momento, mañana todo el sector de la animación estará pendiente de Tadeo Jones. “Es un éxito importante para todos. Tadeo ha demostrado que este género es rentable y eso animará a muchos y nos anima especialmente a nosotros”, reflexiona el bilbaíno Gorka Vázquez, que compite por el Goya a la mejor película de animación con The wish fish.
Otro de sus competidores en los Goya, el donostiarra Ricardo Ramón (El corazón del roble) comparte su opinión: “Poco a poco nos estamos ganando nuestro sitio. El bombazo de Tadeo va a ser buenísimo para la animación, y lo que se ha demostrado es que aquí hay negocio”.
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