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La noche del asteroide

El objeto 2012 DA14 cumple hoy su máxima aproximación a la Tierra Será visible con prismáticos. Los científicos descartan cualquier peligro

Fuente: NASA/JPL, Observatorio Astronómico de Mallorca.
Fuente: NASA/JPL, Observatorio Astronómico de Mallorca.A. ALONSO

No hay ningún peligro. El asteroide 2012 DA14 no va a chocar esta noche con la Tierra. Pero pasará muy cerca en escala celeste: a 27.700 kilómetros de la superficie de nuestro planeta. Eso significa que volará por debajo de la órbita de los satélites de comunicaciones y meteorológicos, que están a 35.800 kilómetros y muy por encima, por ejemplo, de la Estación Espacial Internacional, que da vueltas ahora a 386 kilómetros de altura.

La máxima aproximación del 2020 DA14 será a las 19.23 (hora peninsular), según ha informado el Observatorio Astronómico de Mallorca (OAM). Viaja a 28.100 kilómetros por hora, pasando a una velocidad relativa de la Tierra de 7,82 kilómetros por segundo, y tan cerca que cruzará el cielo a toda velocidad, lo que dificultará su observación. Será el paso de un asteroide más cercano que se ha predicho hasta ahora.

Es un objeto pequeño, de unos 50 metros de diámetro, que refleja poca luz del Sol, así que no se apreciará a simple vista, pero sí con unos buenos prismáticos y mejores aún con un telescopio. Para empezar a verlo habrá que esperar a las 22 horas, cuando estará a unos 20 grados sobre el horizonte, y pasará por las constelaciones de Canes Venatici, Ursa Mayor, Draco y Camelopardalis, han explicado los expertos del observatorio automático de La Sagra (Granada), dependiente del OAM. Fue precisamente uno de estos astrónomos, Jorge Nomen, quién descubrió el peculiar objeto hace ahora casi un año, en la noche del 22 de febrero, cuando estaba a 4,3 millones de kilómetros de aquí. “La órbita de 2012 DA14 está muy bien definida y no entraña ningún riesgo de colisión con la Tierra”, reitera.

En el momento de máxima proximidad a nuestro planeta, sobrevolará la zona oriental del Índico, cerca de Sumatra.

Se produce un encuentro celeste como el de hoy cada 40 años

Dado que el 2012 DA14 tiene una órbita muy parecida a la de la Tierra, se acercan dos veces en cada vuelta completa al Sol, explican los expertos de la NASA. “Pero este encuentro será el de máximo acercamiento en muchas décadas. La siguiente aproximación notable será el 15 de febrero de 2046”, añaden. Claro que debido a la influencia gravitatoria, tras el encuentro de esta noche variará algo la órbita del pequeño asteroide, y los científicos refinarán sus cálculos.

Con un calendario celeste así, la de esta noche es una gran oportunidad para astrónomos y para aficionados, y centenares de telescopios y en todo el mundo y sistemas de radar están muy pendientes de captar el pequeño puntito cruzando la bóveda celeste. Todos los datos servirán a los especialistas para conocer mejor este objeto, afinar su órbita, determinar su período de rotación, su forma y tamaño y deducir su composición. De momento se estima que su masa ronda las 130.000 toneladas.

Debe haber en el cielo unos 500.000 objetos próximos a la Tierra (NEO, como se los denomina internacionalmente por sus siglas en inglés) del tamaño del 2012 DA14, según calculan los astrónomos, pero por el momento han descubierto unos 9.500, explica Nomen. Y si uno de ellos chocase contra la Tierra, el impacto generaría aproximadamente 2,5 megatoneladas de energía en la atmósfera, explica la NASA. No sería una hecatombe global, pero podría ser devastador, dependiendo de donde cayera.

En 1908, en una región remota y desierta de Siberia, en Tunguska, pasó algo muy extraño: una gran extensión de arboleda quedó aplanada con los troncos caídos radialmente. Los expertos, al analizar todos los datos, han deducido que lo que pasó fue que un objeto de unos 30 o 40 metros de diámetro, un poco más pequeño que el 2012 DA14, estalló en el aire, lo que tumbó 1.200 kilómetros cuadrados de aquel bosque de un modo tan peculiar.

Según los cálculos de los científicos de la NASA, un asteroide del tamaño de 2012 DA14 se acerca a la Tierra tanto como el encuentro celeste de esta noche cada 40 años, como media, y uno choca contra nuestro planeta cada 1.200 años. Esta noche no toca.

Intenso tráfico celeste

Malen Ruiz de Elvira

Planetas, asteroides, cometas, meteoroides, meteoritos o simplemente polvo forman parte del tráfico celeste más o menos cercano a la Tierra, que habitualmente no afecta directamente de forma significativa al planeta. La formación de un sistema planetario alrededor de una estrella a lo largo de miles de millones de años no es un proceso ordenado y eficiente. Aunque se rija por las leyes universales de la física, la agregación de la materia a partir de un disco protoplanetario formado por polvo y rocas de muy diversos tamaños en órbita alrededor de la estrella, deja escombros, en forma sobre todo de asteroides, posiblemente surgidos de colisiones destructivas entre cuerpos mayores.

Los asteroides no brillan como las estrellas, y por eso su cercanía a la Tierra solo se deja sentir cuando al chocar con la atmósfera se rompen en pedazos, de los que algunos sobreviven hasta alcanzar la superficie. Sin embargo, en los últimos años existen programas de observación sistemática de asteroides, especialmente los de mayor tamaño, que pueden, por la órbita que recorren, llegar a convertirse en un peligro para el planeta. Y se han realizado varias espectaculares misiones a asteroides lejanos, que han hecho aumentar mucho el conocimiento sobre su diversidad y composición. El interés por los asteroides no es sólo astronómico. El mes pasado, una empresa estadounidense anunció que en 2015 empezarán vuelos de reconocimiento a algunos de los centenares de miles de asteroides que pasan cerca de la Tierra, con el ambicioso objetivo de utilizarlos como fuente de metales preciosos, de combustible o material de construcción para estructuras espaciales, como plataformas para reparar satélites.

La mayoría de los asteroides orbitan el Sol en un cinturón situado entre Marte y Júpiter, quizás un planeta fallido, pero muchos otros circulan por otras zonas del Sistema Solar.

Cada día la Tierra es bombardeada por unas 100 toneladas de polvo y partículas pequeñas, explica el experto de la NASA Don Yeomans. Es la basura de los asteroides y cometas, que puede verse en forma de estrellas fugaces. Cada día, llega un objeto del tamaño de un balón que se quema en la atmósfera, y varias veces al año choca con la atmósfera del planeta un objeto del tamaño de un automóvil, que da lugar a espectaculares bólidos y a veces a meteoritos.

Volviendo a la formación del sistema solar, lo extraño no es que haya tanto tráfico celeste sino que la Tierra y la variadísima vida que alberga hayan sobrevivido a un proceso tan violento, caótico e impredecible.

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