Los hospitales viven la mayor subida de ingresos por urgencias en 10 años
Los recortes y el aumento de la lista de espera empujan a los pacientes hacia esa vía rápida Seis de cada 10 entran ya por causas perentorias
Ingresar en el hospital a través del servicio de urgencias es una pauta en alza. El año pasado, el 60,6% de los enfermos que recibieron el alta había entrado por esa vía, 1,4 puntos más que el año anterior (59,2%). El incremento puede parecer pequeño pero, como alertan los expertos, supone 32.333 pacientes más cuando el número total de altas hospitalarias ha disminuido y representa, además, la mayor subida en proporción de este tipo de ingresos en los últimos 10 años, según se desprende del cotejo de las encuestas de morbilidad hospitalaria del Instituto Nacional de Estadística (INE). El incremento se debe, según los profesionales del sector, a la reducción de la asistencia programada por los recortes y al aumento de las listas de espera.
Esta tendencia al alza preocupa a los expertos. Tomás Toranzo, presidente de la Sociedad Española de Urgencias y Emergencias (Semes), justifica ese temor en realidades. “Llegan más pacientes y además en peores condiciones. Las urgencias se están usando como una vía de escape para afrontar el cierre de algunos servicios, la falta de personal, la saturación y las listas de espera. Porque una cosa es algo inesperado, como un accidente, y otra cosa es que un paciente empeore porque no se le atiende por la vía normal, no se le haga la prueba que necesita o no se le intervenga. Eso les empuja a urgencias”, dice.
De hecho, las listas de espera quirúrgica subieron un 17% en 2011, según los datos del Ministerio de Sanidad. A finales de ese año —cuando había 459.000 pacientes que aguardaban para ser intervenidos, el 9,97% con tiempos mayores a seis meses—, la demora media era de 73 días para una operación, un tiempo que en algunas especialidades, como la cirugía torácica o neurocirugía, superaba los 90 días. El Ministerio de Sanidad no revela el número de personas que esperan para pruebas diagnósticas —mamografías, ecografías, electros—. Tampoco el tiempo que deben hacerlo, pero datos como los de Cataluña o Castilla-La Mancha, cuyos pacientes aguardaban más de 48 y 41 días, respectivamente, son muy ilustrativos.
Al margen de las puras cifras, las enfermeras —las que primero analizan el estado de los pacientes que llegan a urgencias— también han notado el incremento de los ingresos por esa vía. Y, como Semes, lo achacan a los recortes y la saturación. “En algunos centros de salud se están produciendo demoras de hasta cuatro días, y en ese tiempo que el paciente está en su casa sin que el médico le vea hay algunas patologías que se agudizan”, dice Juan Carlos Mejías, responsable de Acción Sindical del sindicato de enfermería Satse. “Se ha recortado el presupuesto de manera notable y eso implica que se han cerrado plantas y servicios, que no se han cubierto bajas y ausencias y que el sistema en algunos sitios está muy saturado; así, para algunas personas las urgencias son la primera vía de salida”, indica.
Desde 2010 a 2012, el presupuesto para Sanidad del Gobierno y las comunidades autónomas ha sufrido un hachazo de 5.000 millones de euros, una rebaja que, como alertan los expertos, se deja sentir en la asistencia. “Ahora mismo hay serias dificultades para canalizar lo programado. La atención primaria sitúa al paciente en el camino del hospital, pero si ese camino va a una vía muerta el paciente tiene que encontrar una solución. Y la salida natural es urgencias”, explica Albert Jovell, presidente del Foro Español de Pacientes. Este experto, junto a Toranzo y Mejías, teme que los ingresos por urgencias tengan cada vez mayor peso.
La Encuesta de Morbilidad Hospitalaria de 2011 también apunta el descenso de las altas de pacientes (4.670.6879), un 1,1% menos, con lo que se consolida la tendencia a la baja iniciada en 2009.
El INE imputa la caída a la disminución de los nacimientos —un 3% menos el año pasado— y al aumento de la cirugía sin ingreso.
Las gestaciones y partos han caído hasta el tercer lugar en los motivos de ingreso tras haber sido el primero, pero mantienen la primacía como causa de hospitalización en las mujeres: lo es para una de cada cinco ingresadas (22,2%), según la encuesta que mide el número de altas y cuantifica los días de estancia. Ahora, la razón más frecuente para la hospitalización son las enfermedades circulatorias, el 13% (15,4% para los varones y 10,9% para las mujeres). Le siguen los males del aparato digestivo (12,1% en total), el embarazo y parto (11,8%), las enfermedades del aparato respiratorio (11,1%), los tumores (9,5%) y las lesiones y envenenamiento (8,6%).
Menos días en la privada
Los 31,3 millones de jornadas de estancia registrados el año pasado arrojaron un tiempo medio de permanencia más bajo: 6,7 días, una cifra que cae sostenidamente desde 2008 (siete días). El tiempo de hospitalización es mayor en los hospitales públicos, que trataron a más de 7 de cada 10 pacientes (72,7% de las altas). Alcanza los 7,04 días de media. En los privados baja a 5,82 y solo supera a la de los públicos en el caso de trastornos mentales (45,3 días frente a los 19,36 de los públicos) enfermedades del sistema nervioso (6,61 y 6,01, respectivamente) y embarazos y partos (3,03 y 2,98).
Por autonomías, la Comunidad Valenciana es la que tiene una estancia media hospitalaria más corta: 5,5 días, solo por delante de Melilla (5,4). En la parte baja se sitúan también Baleares (5,7), Ceuta (5,6) y Andalucía (6,3). La mayor permanencia se registra en Galicia, Castilla y León (7,6 en ambas). Se trata de comunidades muy envejecidas.
En cuanto a los motivos de las altas hospitalarias, el 92,4% obedece a la curación o la mejoría, el 3,9% a fallecimientos (183.410 el año pasado) y el 3,7% a traslados u otras causas, según el INE. Los principales motivos de defunción en los hospitales en 2011 fueron tumores (24,6%), enfermedades circulatorias (21,7%) y respiratorias (18,6%)
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