En Argentina las máquinas se tragaron al Gordo
La permisividad en las leyes provocó una expansión sin precedentes en el negocio de las tragamonedas
Hubo un tiempo en que en Argentina también se formaban grandes colas en las calles con motivo del Gordo de Navidad y el de Año Nuevo. Era una costumbre arraigada, un fenómeno cultural que trascendía el aspecto lúdico. Igual que en España, los compañeros de trabajo, las familias y las reuniones de amigos solían comprar algún número compartido. Había hasta quienes ahorraban durante el año para conseguir un billete de Navidad. Pero el negocio de las máquinas tragaperras terminó devorando al de la lotería, que ya venía decayendo desde la década de los noventa. El cambio produjo pingües beneficios para la empresa de juego española Codere y para Cristóbal López, un empresario patagónico amigo de Néstor Kirchner (2003-2007) y Cristina Fernández.
En Matanzas está una sala de juegos que se publicita como la más grande de Latinoamérica
Hay quienes consideran que tanto el Gordo de Navidad como el Pronóstico Deportivo (Prode), equivalente a la quiniela española, empezaron a decaer en la década de los noventa ante la aparición de otras ofertas de juego como la Quini 6, la Lotto, la Lotería Solidaria, las casas de apuestas de hipódromos, los bingos, los casinos y las máquinas tragamonedas. Sin embargo, el diputado en la provincia de Buenos Aires de la opositora Coalición Cívica Walter Martello, de 48 años, cree que el verdadero declive del Gordo comenzó en 2003.
En esa guerra que ganaron las máquinas fue clave la cercanía al gran público permitida por la ley. Las principales salas de Buenos Aires están ubicadas en la capital y en las localidades más pobres de la provincia. “El problema de la adicción es que termina destrozando familias”, lamenta Martello. “Millones de pesos, que salen sobre todo de los bolsillos de los trabajadores, de los desocupados y de los sectores más necesitados, terminan en las manos de un puñado de empresas. En La Matanza (donde viven un millón y medio de habitantes), que es el corazón más pobre del conurbano bonaerense, hay tres salas de juego. Una de ellas está publicitada como la más grande de Latinoamérica. La consecuencia es que la ludopatía en Buenos Aires es la tercera adicción después del tabaco y el alcohol, según un estudio del ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires publicado en 2008. Ese informe reveló que en una de cada tres familias "hay un integrante o miembro del entorno familiar con problemas de adicción al juego”.
El éxito del magnate del juego Cristóbal López, amigo de la familia Kirchner, le ha permitido extender su influencia al mundo del petróleo y de la información
Desde 2002, una de las salas más emblemáticas de Argentina es la del Casino del Hipódromo de Palermo, en plena capital de Buenos Aires. El Casino pertenece al empresario patagónico Cristóbal López, afín al Gobierno de Cristina Fernández. López instaló en el corazón de la ciudad más de 3.500 máquinas de juego. La cifra es correcta: más de 4.500 máquinas, según la información facilitada a este periódico por el Casino del Hipódromo. Cristóbal López es el principal empresario del juego en Argentina, posee más de 30 casinos y se ha asociado con empresas vinculadas a las apuestas deportivas y de Internet. Su éxito como empresario del juego durante los nueve años de Gobierno kirchnerista le han permitido extender su influencia al mundo del petróleo y de la información. En abril compró Radio 10, la emisora más escuchada del país, y también el canal de cable C5N. Desde que adquirió este año C5N la línea informativa del canal pasó a ser claramente afín al Gobierno de Fernández.
Pero sigamos con el juego. En la provincia de Buenos Aires la principal operadora es la empresa española Codere. El diputado de Coalición Cívica Walter Martello ha estudiado detenidamente sus balances. Y ha comprobado que, de los ocho países donde opera, Argentina es el que mayores beneficios le reporta. “Sus beneficios se han contraído en España a causa de la crisis, pero lo ha compensado con el 20% de crecimiento en Argentina. Acá sus beneficios son un 40% mayores que en España”.
Respecto al debate que se vive ahora en España sobre el proyecto de instalar un megacasino en la Comunidad de Madrid, Martello tiene una opinión muy clara: “Aquí, tras la crisis de 2001, también se habló mucho de la generación de puestos de trabajo. Eso fue lo que les permitió a Codere y a otros empresarios como Cristóbal López y el presidente del club de fútbol Boca Juniors, Daniel Angelici, tener el volumen de negocio que hoy tienen en Argentina. Pero esas salas de juego deberían ubicarse en localidades más asociadas con el ocio y el esparcimiento. Ni La Matanza ni Madrid son los sitios apropiados para estos casinos”, concluye Martello.
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