“Soy gitana, tengo mi peluquería y soy independiente”
Las gitanas jóvenes cada vez derriban más barreras para lograr la igualdad entre mujeres y hombres La educación y la integración social son el camino para conseguirlo
Las desigualdades entre hombres y mujeres en la sociedad actual son evidentes, y esta realidad se intensifica aún más cuando se trata de etnias como la gitana. Pero al igual que ocurre en la población en general, en la que las mujeres luchan por conseguir la igualdad, las nuevas generaciones de gitanas también llevan años sumadas a esta batalla. Este colectivo sabe que en su caso deben, además, derribar muros mucho más altos, como el arraigo quizá mayor a ciertas creencias y valores discriminatorios. Así lo han reconocido en las XVI Jornadas Estatales de Mujeres Gitanas en la Fundación Secretariado Gitano, celebradas este martes.
María Fernanda Gabarri ha conseguido derribar algunas de esas barreras. Con 16 años decidió cursar un módulo de estética en formación profesional para poder ser "dueña" de su vida. “Soy gitana, tengo mi peluquería y soy independiente”, comenta muy orgullosa. Gabarri reconoce que siempre tuvo el apoyo de su familia, sobre todo de su madre. "Desde chica me lo enseñó y lo tengo grabado. Me decía: 'estudia y ten un futuro para no depender de nadie más que de ti misma y de tu trabajo'. Y Eso llevo haciendo desde entonces", explica sonriendo.
Y hay mas ejemplos como el suyo, ha recalcado Isidro Rodríguez, director la Fundación Secretariado Gitano. Ejemplos de que es posible reducir las desigualdades mediante la educación y la integración social. "Aunque aún hay mucho por hacer", ha reconocido. Por eso, ha animado a que mujeres como Gabarri difundan esos valores que a ellas les han servido, dentro de su comunidad.
A pesar de que cada vez son más frecuentes historias de éxito, todavía existen tres grandes barreras para la integración de las gitanas: el género, la etnia y la falta de formación. Es lo que han recordado María del Carmen de Andrés Martínez, jefa de área de programas del Instituto de la Mujer, y Carmen Santiago, patrona de la Fundación Secretariado Gitano. La primera ha explicado que las mujeres gitanas siguen padeciendo altos indices de analfabetismo, pobreza y racismo. La tasa de paro de éstas es, además, tres veces mayor que la del resto de mujeres. Por eso, ha insistido en la importancia de la formación para eliminar estas desigualdades.
Santiago coincide en que la educación es muy importante, pero además llama la atención de la necesidad de "involucrar a los hombres". "Es necesario que dialoguéis con ellos, con vuestros maridos, padres y parejas. Tenéis que lograr que os apoyen en vuestras decisiones, retos y proyectos", ha dicho a las asistentes.
Emilia Vázquez Montaño, gitana de 38 años, es agente cultural del Grupo de Mujeres Gitanas. Se reconoce como una de las excepciones dentro de su comunidad y no es porque su pareja "sea payo", cuenta; sino porque llevan más de 12 años conviviendo con él, aunque no tienen ninguna intención "de pasar por la vicaria". Algo que rompe directamente con las tradiciones mas conservadoras de la comunidad gitana en la que las chicas habitualmente se casan en la adolescencia. "Hemos tenido suerte porque nunca nos han discriminado por ello y nos han apoyado, pero siendo realista esto no suele pasar casi nunca", añade.
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