La romí se revoluciona
Séfora Vargas, una de las primeras gitanas en ir a la universidad, simboliza la transformación de las mujeres de su etnia
El abuelo de Séfora Vargas Martín (Sevilla, 1980) debió ser uno de los primeros gitanos del Ejército español. Claro que más asombroso resulta averiguar que la abuela de Séfora, gitana también, escribía novelas. Con estos antecedentes familiares, la decisión de Séfora de estudiar Derecho resultó natural. Ella fue una de las primeras universitarias y también una de las fundadoras de la primera asociación de mujeres gitanas universitarias, Amuradi, creada en Andalucía. Gracias a su pelea, la Universidad de Sevilla incluyó el 22 de noviembre -día de la comunidad gitana- como una festividad del calendario académico.
Séfora se ha casado y también está a punto de licenciarse en Derecho. "Hay señoras que aprenden a escribir con 50 años y se sacan el carné, tenemos más autonomía, siento que estamos viviendo una revolución", contó ayer a los asistentes al Encuentro de Jóvenes Gitanos Andaluces, que ha organizado la Unión Romaní de Andalucía en Sevilla. Un centenar de gitanos, de entre 18 y 36 años, participan en esta cita, que concluye hoy y que persigue fomentar el asociacionismo.
La nieta del militar y la novelista cree que la comunidad gitana vive tiempos de "convulsión". "Es increíble la revolución de las mujeres en sus vidas, familias, iglesias evangélicas, tienen un afán de conocimiento increíble, esto ya no tiene barreras", sostiene.
En Andalucía viven unos 650.000 gitanos. Según algunos estudios, sólo un 1% acude a la Universidad. Las mujeres son la inmensa mayoría de las que acceden a las aulas. "Hay una parte de los gitanos que creen que cursar estudios es perder las señas de identidad", cuenta Séfora. Pero el empuje de la minoría rompedora entre la que se encuadra está arrastrando al resto. "Yo no pensé que veríamos los frutos tan a corto plazo, pero hace poco estuve en unas jornadas en Toledo con muchas mujeres y me pasé los tres días llorando". Y añade: "Hace unos años era impensable que una gitana pasara tres días fuera de casa".
Por eso en su intervención, invitó a los jóvenes a rentabilizar las oportunidades: "Os animo a que los que hemos tenido el privilegio de vivir en un ambiente favorable para estudiar y vivir una vida mejor, no la desaprovechemos".
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