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Los observadores de lluvias de estrellas fugaces se dan cita en La Palma

Arranca el proyecto de un observatorio para el astroturismo en la isla canaria

Un brillante meteoro (una perseida), que se aprecia como una línea blanca, a la izquierda, captado en 2010 en el cielo de Cerro Paranal, donde están los cuatro grandes telescopios VLT del Observatorio Europeo Austral (ESO).
Un brillante meteoro (una perseida), que se aprecia como una línea blanca, a la izquierda, captado en 2010 en el cielo de Cerro Paranal, donde están los cuatro grandes telescopios VLT del Observatorio Europeo Austral (ESO).ESO/S. Guisard

En La Palma se iniciará en 2013 el desarrollo de un centro de astronomía para aficionados que aproveche la calidad de uno de los mejores cielos de Europa para la observación. Con el objetivo de fomentar el astroturismo, el cabildo insular espera disponer de los fondos para iniciar el proyecto, que se ubicará en la explanada del antiguo vertedero de Mendo, a 1.200 metros de altura, en un enclave natural protegido. El anuncio lo hicieron las autoridades locales con motivo de la reciente celebración, por primera vez en España, del Congreso Internacional de Meteoros, una reunión anual de astrónomos aficionados y profesionales especializados en la observación de lluvias de estrellas fugaces, como las Perseidas, y otros fenómenos astronómicos.

El observatorio para aficionados es un viejo sueño que ahora por fin parece ponerse en marcha, aunque sin plazos todavía. La isla canaria ya ha dado el primer paso este año al acreditarse preliminarmente como destino Starlight. La iniciativa Starlight, apoyada por la ONU, es un programa de defensa de la calidad del cielo nocturno, como patrimonio científico cultural y medioambiental de la humanidad. La Palma dispone de la ley canaria de protección del cielo, prevista para garantizar el funcionamiento del observatorio profesional del Roque de los Muchachos, cuya aplicación debe, sin embargo, mejorar, según algunos de los expertos presentes en el congreso. El lugar pensado para el observatorio es también idóneo para la práctica del parapente, otro turismo especializado a captar, según el cabildo insular.

Los más de un centenar de participantes en el congreso intercambiaron informaciones sobre la entrada de bólidos en la atmósfera terrestre, la identificación de nuevas lluvias de estrellas y, sobre todo, las cámaras y otros instrumentos y las aplicaciones informáticas que se desarrollan continuamente para su observación y han dado como resultado un gran aumento en los datos disponibles. En España caen entre dos y tres meteoritos al años, explica Francisco Ocaña (Universidad Complutense de Madrid), de Red Española de Bólidos y Meteoritos, aunque resulte mucho más complicado buscar los fragmentos que en el vecino Marruecos. El Museo de Historia Natural de Londres compró el año pasado un fragmento (de más de un kilogramo), de los 50 encontrados, de un meteoroide marciano caído el 18 de julio de 2011 en el desierto marroquí (junto a Tissint), a razón de 1.200 dólares (1.000 euros) el gramo, según los datos presentados en La Palma por Abderrahmane Ibhi, lo que supuso batir el récord Guinness de valoración de un meteorito.

Asteroides cercanos a la Tierra

Las observaciones, indica Ocaña, pueden llevar también a localizar asteroides cercanos a la Tierra, posiblemente peligrosos, objeto de programas internacionales en la actualidad. Esa es una de las razones por las que la ESA prepara incluir en el suyo una base de datos de bólidos sin límite inferior de tamaño. Con telescopios de un metro de diámetro y satélites se pretende establecer el puente entre los asteroides con órbita cercana a la Tierra y los flujos de meteoros. No existe un límite preciso, explicó Gerhard Drolshagen: “Algunos dicen que los asteroides son los cuerpos de más de un metro de diámetro, nuestro objetivo es detectar los menores y predecir el lugar de impacto en la atmósfera en forma de bólidos”.

“Con la llegada de la electrónica doméstica, barata y fiable, la informática personal, y los nuevos y rápidos desarrollos en imagen digital e Internet, las posibilidades de los astrónomos aficionados se han multiplicado exponencialmente”, recuerda Ángel Gómez Roldán, director de la revista “Astronomía”. Los aficionados ya hacen astrometría y fotometría, se atreven a calcular la composición de los cuerpos entrantes, su densidad y su órbita, para intentar conocer el origen de esos fragmentos, normalmente desprendidos de cometas y posiblemente asteroides, que terminan explotando en la atmósfera (iluminando a veces la noche) o cayendo a tierra como meteoritos. Expertos del Instituto SETI y la NASA comentaron, por ejemplo, el funcionamiento de un sistema de 20 cámaras, con la colaboración de astrónomos aficionados, que ha permitido calcular 47.000 órbitas en un año.

Al aumentar mucho las observaciones fiables en todo el mundo, ha aumentado también el catálogo de lluvias de estrellas de la Unión Astronómica Internacional, que ya cuenta con 95 identificadas. La ionización que causan los meteoros permite detectarlos asimismo con radares potentes, explicó Johan Kero (Instituto Sueco de Física Espacial), que utiliza instrumentos en el norte de Suecia pensados para observar las auroras boreales. La Unión Europea apoya la construcción en la misma zona de un nuevo radar en tres dimensiones para observar meteoros.

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