Un traje para la igualdad
El Corte Inglés uniforma a sus trabajadores varones como ya hacía con las mujeres
Uniforme para todos. Es la decisión que ha tomado El Corte Inglés para acabar con la discriminación a la hora de exigir un vestuario para sus trabajadores. Hasta ahora los hombres podían elegir la vestimenta de acuerdo a “un correcto estilo de vestir”. La empresa les concedía una ayuda de al menos 260 euros al año para la compra de un traje, camisa, corbata y un par de zapatos, según establece el convenio colectivo de grandes almacenes vigente. Ellas estaban obligadas a llevar el atuendo que les proporcionaba la empresa: un traje de pantalón o falda y camiseta verde.
Uno de los objetivos del Plan de Igualdad que puso en marcha la compañía en 2008 era “establecer un criterio homogéneo para la uniformidad de la plantilla femenina y masculina”. El texto fijaba un plazo de un año para su realización. Pero no ha sido hasta hoy cuando se han presentado las prendas que llevarán los empleados en tienda (departamentos de juventud, ventas y deportes). La explicación de esta tardanza, según Pablo Tauroni, responsable de la dirección de relaciones laborales, se debe a que la empresa ha estado dos años “viendo distintas propuestas”.
En 2006 las empleadas de tienda pudieron optar por primera vez entre ponerse falda, hasta ese momento obligatoria, o pantalón. La mayoría elige la segunda prenda, según reconoce la propia empresa, porque lo considera “más cómodo”. Desde ahora, los 18.500 vendedores varones también tendrán que seguir las directrices de la entidad.
Tauroni ha calificado la medida de “hito histórico” en materia de igualdad. La empresa tiene, sin embargo, otras tareas pendientes en este sentido. Tres años después de la aprobación del plan, CC OO y UGT evaluaron su implantación. “El análisis de los datos escupe la realidad con absoluta contundencia”, decía el informe de los sindicatos de julio de 2011. Pese a que la plantilla de la empresa era mayoritariamente femenina (63%), las mujeres seguían sin ocupar los puestos de mando. Solo un 3% de las empleadas ejercía funciones de dirección, frente al 25% de los hombres. La propia empresa reconoce que esta desigualdad no se ha paliado, pero afirman que están trabajando en la consecución de este y otros objetivos del Plan de Igualdad.
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